El término anhedonia, describe la incapacidad de una persona para sentir placer o entusiasmo al realizar actividades que usualmente ha considerado agradables, también a la falta de voluntad e iniciativa para hacer determinadas cosas. Este nombre proviene de, Hedoné, espíritu femenino de la mitología griega, asociada al deseo sexual, que significa placer. Por lo tanto “anhedonia” nomina su ausencia (del griego ν-: en- «falta de» y δον: hedoné «placer».
Anhedonia: cuando se pierde la capacidad de sentir placer
Padecer de anhedonia, es un síntoma de alarma. Es muy importante, hacer una consulta con un especialista cuando alguien detecta que algo de esto le está sucediendo.
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Generalmente está vinculada a la depresión, aunque no es una manifestación exclusiva de ella, ya que puede estar presente en otros tipos de sufrimientos psíquicos e incluso presentarse sola, como una entidad en sí misma. Puede ser un sentimiento que comienza a instalarse de a poco y puede persistir por bastante tiempo.
¿Qué se entiende por “incapacidad de sentir placer”?
Una persona pude empezar a sentir falta de ganas para hacer cosas que antes disfrutaba, o bien desea realizarlas, pero no consigue “arrancar” o definitivamente ha perdido el entusiasmo.
Pero también puede suceder que alguien, “haga” cosas, pero que no le resulten placenteras. Se refiere tanto al placer sexual, el placer por realizar o disfrutar de actividades artísticas, recreativas, sociales. Este padecimiento que esta siempre presente en la depresión, conduce a la retracción y al aislamiento.
Cuando alguien experimenta poco placer en participar de actividades sociales y recreativas, hablamos de anhedonia social. Muy frecuente en los adolescentes, influenciados por el uso de las redes, en donde quedan “capturados” por el intercambio “on line” en detrimento del contacto social presencial. Comienzan a aislarse y evitar encuentros pues no encuentran en ellos satisfacción.
En psicoanálisis, se la asocia con las vicisitudes del deseo, motor de nuestra existencia y en las variaciones del placer y de un más allá del placer en asociación con experiencias traumáticas tempranas El motivo de ese estado ha de buscarse en la relación entre desencadenantes actuales y la historia personal, siempre singular.
Freud (1917) establece la diferencia entre el estado de duelo y la melancolía. En ambos una persona puede sentirse trise, desmotivada y angustiada. Pero en el duelo hay una respuesta esperable ante la perdida de algo valioso para ese sujeto, por esta causa su mundo se torna pobre, desinvestido y vacío. El individuo es conciente de esa pérdida (ej. el duelo por un familiar).
En la melancolía, (una modalidad más grave de depresión) la pérdida es inconsciente, se produce un gran menoscabo de energía libidinal pero el sujeto no sabe lo que ha perdido, una parte de él se desvitaliza y se siente a sí mismo como “perdido”; es ahora su propio Yo el que se vacía y empobrece. Además, hay autorreproches y aversión contra sí mismo. La depresión ya no es únicamente un duelo que se liga a una pérdida de libido sino a la pérdida de un objeto de amor.
La presencia de anhedonia en la depresión es bastante alta. (70 %), No hay diferencias entre hombres y mujeres, pero en el hombre, es más frecuente la anhedonia social. La edad tendría relación con la anhedonia, cuanto mayor es la edad, mayor su prevalencia.
Padecer de anhedonia, es un síntoma de alarma. Es muy importante, hacer una consulta con un especialista cuando alguien detecta que algo de esto le está sucediendo. Para finalizar,
¿Existe un tratamiento posible para la anhedonia?
¡Si, claro! Es importantísima la consulta al especialista a tiempo. El enfoque psicoterapéutico psicoanalítico es fundamental para que cada sujeto pueda situar y significar este sufrimiento en su historia personal encontrando razones para denotar sus variaciones de humor,
Si bien se recomiendan en estos casos, todo tipo de actividades que acompañen y mejoren la calidad de vida: controles médicos, realizar actividad física, tener buen sueño, una adecuada alimentación, estímulos sociales, culturales y artísticos; es muy importante que cada sujeto pueda ser ayudado en un espacio psicoterapéutico psicoanalítico para ahondar en sus motivaciones personales que han resultado desvitalizadoras. Y algunas veces hasta es necesario combinar otros recursos terapéuticos (psicofármacos, psicoterapias vinculares etc.) Lo más importante es no dejarse estar y pensar “… ya se me va a ir…”.
¡Hay que consultar a tiempo con uno o varios especialistas! De persistir este estado, su evolución lleva a un pronóstico complicado. Se trata nada más ni nada menos que de la perdida de energía de vivir y del deseo de disfrutar de la vida. De modo que no hay que dudar en consultar y bregar para estar mejor.
Médica psicoanalista. Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Coordinadora del Departamento de Psicosis de APA. Especialista den Psiquiatría. Presidenta del Capitulo Interfase Neurociencia y Psicoterapias de APSA. Mg en Psico neurofarmacología. (Extracto de una ponencia realizada el APA el 16/4/2024)
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