El sector de defensa y aeroespacial ha experimentado un impacto muy positivo a partir de la guerra de Ucrania, cuestión que tuvo su reflejo en los mercados desde fines de febrero de 2022. Las acciones de las empresas asociadas al ámbito militar han pegado un salto al momento del inicio del conflicto y mantienen en general una tendencia alcista. ¿La causa? Un aumento del gasto global en defensa, principalmente como respuesta a la crisis en Europa del Este, pero también con un ojo puesto en otras disputas latentes.
Los negocios de la guerra
Las principales empresas del sector aeroespacial y de defensa experimentaron un aumento relevante en sus ingresos durante 2022. La tendencia es al alza con un aumento en las acciones de los actores involucrados.
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La entrega de armas a Ucrania por parte de países como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, ha impulsado a los números de empresas como Raytheon, Lockheed Martin, BAE Systems o Rheinmettall, así como a las empresas asociadas a sus cadenas de valor. El rearme europeo ha reactivado la producción y logística de sistemas de armas principalmente aéreos -como el estadounidense F-35 Lightning II- y terrestres -como los tanques alemanes Leopard-.
Países que han brindado mayor ayuda militar a Ucrania
Los países más comprometidos en ayuda militar para Ucrania, desde el 22 de enero de 2022 al 31 de julio de 2023 (en miles de millones de euros)
Fuente: IfW Kiel Ukraine Support Tracker/Statista
El sector de defensa y aeroespacial se caracteriza por ser de muy alta tecnología, poseer ciclos comerciales largos y una producción clasificada como secreta. Pensado desde el punto de vista de un inversor, los principales drivers de la industria tienen que ver con su crecimiento lento pero constante, la condición de sector oligopólico dominado por unas pocas grandes empresas y su significativa dependencia de contratos gubernamentales, asociados a las visiones nacionales sobre la seguridad -anclados en las asignaciones presupuestarias-.
La industria aeroespacial tiene una estrecha relación con la producción para la defensa, ya que muchas empresas operan en ambos ámbitos, dado el carácter dual de su manufactura. Por ejemplo, Boeing es el mayor fabricante mundial de aviones comerciales, pero también produce aviones militares, misiles y satélites. En tanto que Lockheed Martin es el mayor proveedor mundial de sistemas de defensa, pero también tiene una división espacial que fabrica cohetes, sondas y naves espaciales. Así, por su parte Raytheon Technologies es líder en sistemas electrónicos, sensores y radares para aplicaciones tanto militares como civiles.
Desde una visión centrada en el desarrollo tecnológico e industrial, los conglomerados de producción de defensa y aeroespacial son generadores de mucho valor agregado, aportantes de empleo de calidad y fuentes de grandes innovaciones. Estas características resultan muy atractivas para cualquier gobierno.
El sector aeroespacial se beneficia de las innovaciones tecnológicas desarrolladas por el sector de defensa, como los materiales compuestos, la propulsión avanzada o la inteligencia artificial. A su vez, el sector de defensa se beneficia del crecimiento del mercado aeroespacial comercial, que ofrece nuevas oportunidades para diversificar sus ingresos y reducir su dependencia de los contratos gubernamentales.
El aumento de las tensiones geopolíticas y los planes de fortalecimiento de las capacidades militares de varias naciones han generado los actuales aumentos en los presupuestos de defensa a nivel global. Esta coyuntura beneficia a la industria de la defensa y aeroespacial. Según un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gasto mundial en defensa alcanzó los 2,2 billones de dólares en 2022, un 3,7% más que el año anterior. Los países con mayores presupuestos militares son Estados Unidos, China, Rusia, India y Alemania, representando en conjunto el 62% del gasto total en defensa del planeta.
Las principales empresas del sector aeroespacial y de defensa han experimentado un aumento relevante en sus ingresos durante 2022, y la tendencia es al alza. De acuerdo con la publicación DefenseNews, las empresas con mayores ventas asociadas a defensa en 2022 fueron:
- Lockheed Martin -NYSE:LMT- (u$s 63 mil millones), fabricante del F-35 y principal contratista de Estados Unidos.
- Raytheon Technologies -NYSE:RTX- (u$s 39 mil millones), fabricante de motores de avión, misiles, aeronaves, electrónica, etc.
- Northrop Grumman -NYSE:NOC- (u$s 32 mil millones), también de los principales contratistas de Estados Unidos, creador de los bombarderos sigilosos B-2 Spirit, del B-21 Raider y de desarrollos civiles como el James Webb Space Telescope.
- La firma china AVIC (u$s 30 mil millones), Boeing -NYSE:BA- (u$s 30 mil millones) y la británica BAE Systems (u$s 25 mil millones), entre otras.
En definitiva, tanto el conflicto en Ucrania como las tensiones en Asia del Pacífico son factores que impactan positivamente en el sector de defensa y aeroespacial, con un aumento en las acciones de las principales empresas a partir de mayores presupuestos de defensa a nivel mundial. Este presente implica retornos esperados superiores que en el pasado. Se trata indudablemente de un target de mercado que los capitales deben considerar contrapesando los aspectos éticos y políticos implicados en invertir en empresas que se benefician de la guerra.
Nota: Un inversor desde Argentina cuenta con CEDEARS de Lockheed Martin (LMT), Raytheon (RTX) y Boeing (BA).
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