La presencia de startups en nuestro país está creciendo. El futuro del ecosistema emprendedor es prometedor y tiene muchísimo potencial para ser uno de los sectores que acompañe la salida de Argentina de la crisis. El talento y la creatividad de los emprendedores argentinos son, sin dudas, un diferencial, aún en contextos desafiantes como el actual.
Startups en Argentina: desafíos y oportunidades para potenciar el futuro
El futuro del ecosistema emprendedor es prometedor y tiene muchísimo potencial para ser uno de los sectores que acompañe la salida de Argentina de la crisis.
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El talento y la creatividad de los emprendedores argentinos son, sin dudas, un diferencial, aún en contextos desafiantes como el actual.
Si bien todavía hay mucho por hacer, en el último tiempo surgieron distintas iniciativas promisorias, que en gran parte de ellas estuvieron destinadas a dar forma al ecosistema, ya sea en términos de construir comunidad, mentoring, incubación y, por supuesto, inversión. Esto es esencial ya que, sin un ecosistema que comprenda todos estos factores, resulta mucho más difícil el desarrollo del sector.
En términos de inversión, Brasil y México han “picando en punta”, capturando la mayoría de las inversiones de Venture Capital en la región. Si bien la información pública no abunda, según un informe de Endeavor, las rondas de inversión en startups Argentinas representaron aproximadamente un 10% de las rondas de inversión en startups Brasileñas. Nuestra lectura de esto es optimista de cara al futuro, el ecosistema local tiene todo para crecer y un enorme potencial si logramos abordar adecuadamente los desafíos que tenemos por delante.
Ante este escenario, el foco radica en hacer bien las cosas, crear seguridad jurídica, eliminar o adecuar regulaciones que traban el desarrollo, seguir apostando al crecimiento sostenible del ecosistema y de nuestra comunidad emprendedora.
El contexto global nos plantea desafíos también, las rondas de etapa temprana fueron perdiendo protagonismo frente a rondas “late stage”, los plazos entre la ronda seed y serie A vienen estirándose y un gran número de startups latinoamericanas han levantado una ronda de inversión sin levantar rondas subsecuentes. Todas señales de un mercado que aún permanece frío.
Lejos estamos de situarnos del lado pesimista en el análisis de estas señales: estos momentos han sido - históricamente - aquellos en los cuales hay que invertir y prepararse para el próximo ciclo.
La clave para que las startups puedan potenciarse y salir adelante radica en hacer un uso muy eficiente del capital con el que cuentan. Para ello, a nuestro modo de ver, es clave entender en qué áreas residen sus fortalezas y en cuáles otras necesitan rodearse de advisors o mentores que las apalanquen y les ahorren algunas curvas de aprendizaje. Nada de esto reemplaza la visión del founder, que es la que impulsa a la startup, pero sí puede resultar un camino interesante para minimizar el costo de las iteraciones y, por lo tanto, maximizar el uso del capital.
Para cumplir esta tarea ciertas organizaciones están llevando adelante programas de acompañamiento estratégico, mediante el cual buscan aportar toda su experiencia para ayudar a startups, scale ups (negocios que tienen un cierto rodaje y que ahora buscan escalar su modelo) y corporaciones, a resolver sus necesidades tecnológicas.
En estas iniciativas, más allá de asignarles senior advisors que las acompañan en la toma de decisiones estratégicas, se ponen a disposición de estas organizaciones una red de expertos que les brindará la posibilidad de tener la mayor cantidad de herramientas a disposición y llevar adelante su visión. Un ejemplo de este tipo de proyectos es Ingenia, la empresa IT argentina, que busca acelerar a startups a dotándolas de una mirada clave en las áreas en las que estas pujantes organizaciones tecnológicas no poseen expertise o rodaje,
Pero, ¿qué necesita nuestro país para poder ser cuna de startups?
En primer lugar, el ecosistema es fundamental. Esto quiere decir que es necesario fomentar a que se creen más incubadoras, aceleradoras, fondos, programas corporativos y, sobre todo, comunidad. Lo que está ocurriendo en este último punto, nos llena de optimismo, el ecosistema está lleno de emprendedores apoyándose entre ellos para llevar sus startups al siguiente nivel.
En segundo lugar, aunque no en orden de importancia, entendemos que el gran pendiente de LATAM es lograr potenciar los M&A (Mergers and Acquisitions/ fusiones y adquisiciones), en donde las corporaciones de nuestra región empiecen a encontrar valor en adquirir startups que les aporten innovación.
Por supuesto todo esto es mucho más fácil en un contexto macroeconómico ordenado y estable, con reglas de juego claras, seguridad jurídica y normativas acorde a la época, pretender ser una startup nation con leyes laborales de los años 70, cuando todo no era aún ni ciencia ficción, es una tarea mucho más compleja que en otros países.
Por último, pero no menos importante, todos los que podamos aportar un grano de arena para que este ecosistema crezca, debemos hacerlo.
El desafío sigue siendo grande, pero también lo es la oportunidad. Si logramos capitalizar nuestras fortalezas y trabajar en equipo, desde el sector público, privado y la comunidad emprendedora, Argentina tiene, con seguridad, todas las condiciones para convertirse en un verdadero hub de innovación y tecnología en la región.
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