22 de junio 2025 - 00:00

Dólares digitales: por qué las stablecoins ganan terreno como refugio de valor en Argentina

Las stablecoins son activos digitales basados en blockchain que están diseñados para que cada token valga lo mismo que la moneda que representa: un dólar, un euro, un peso, o el activo fiat que sea.

Para freelancers y emprendedores, las stablecoins abrieron una puerta enorme: la posibilidad de cobrar en dólares sus trabajos o ventas, rápido y sin pasar por bancos ni trámites eternos. 

Para freelancers y emprendedores, las stablecoins abrieron una puerta enorme: la posibilidad de cobrar en dólares sus trabajos o ventas, rápido y sin pasar por bancos ni trámites eternos. 

En tiempos de incertidumbre económica, lo primero que se busca es dónde resguardar el valor del dinero. El dólar fue, históricamente, ese refugio. Hoy, esa lógica también se traslada al ecosistema virtual, donde las stablecoins ganan protagonismo como una alternativa que combina la estabilidad del dólar con la agilidad del mundo digital.

Las stablecoins son activos digitales basados en blockchain que están diseñados para que cada token valga lo mismo que la moneda que representa –un dólar, un euro, un peso, o el activo fiat que sea. Detrás de cada token emitido o creado hay reservas verificables o un mecanismo automático que corrige la oferta para sostener la paridad. Por esa razón sirven como medio de pago y forma de ahorro, a diferencia de Bitcoin o Ether, que siguen siendo activos digitales más volátiles.

Aunque nacieron para traders cripto, hoy las stablecoins son un refugio para ahorristas, freelancers y pymes. Cumplen un rol mucho más cotidiano en economías como la argentina, ya que son una manera de cubrirse, pagar y acceder al sistema financiero global fácilmente, evitando impedimentos del sistema.

Según Chainalysis, más del 70% del volumen de criptomonedas en exchanges en Argentina se realiza con monedas estables, y cuatro de cada diez nuevos usuarios cripto en Latam provienen del país.

Los usuarios -o holders- compran, guardan e intercambian sus tokens por necesidad. A veces por limitaciones a la compra de moneda extranjera, otras porque encuentran formas de invertir a través de exchanges que simplifican el camino.

Dólar digital: ahorrar, cobrar y pagar sin fricciones

Para freelancers y emprendedores, las stablecoins abrieron una puerta enorme: la posibilidad de cobrar en dólares sus trabajos o ventas, rápido y sin pasar por bancos ni trámites eternos. Con solo una billetera digital, pueden recibir pagos desde cualquier parte del mundo y usarlos cuando quieran, sin perder valor en el camino.

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Para entender mejor su funcionamiento, vale conocer las distintas “familias” de stablecoins que circulan hoy en el ecosistema cripto:

  • Fiat-colateralizadas: respaldadas por el valor del dólar o bonos del Tesoro guardados en bancos regulados.

  • Cripto-colateralizadas: respaldadas por otras criptomonedas bloqueadas en contratos inteligentes.

  • Respaldadas por commodities: ligadas a bienes físicos como el oro.

  • Algorítmicas: estabilizadas mediante algoritmos y smart contracts que regulan la oferta.

En todos los modelos, el peg (paridad) solo se sostiene si las reservas son líquidas y auditables, lo que introduce una cuestión clave: la confianza. Los modelos off-chain, como USDT, requieren validaciones externas; los on-chain, como DAI, permiten ver en tiempo real los activos que las respaldan.

Dólar digital: ventajas, riesgos y regulación en Argentina y el mundo

Estos son algunos beneficios y riesgos clave de las stablecoins:

  • Transparencia: los modelos on-chain muestran las reservas en tiempo real; los fiat-backed dependen de auditorías externas.

  • Rendimiento: algunas versiones ofrecen retornos automáticos, pero implican riesgos como el fallo de un exchange o un default.

  • Liquidez: tokens respaldados por activos globales (dólar, oro) tienen mejor liquidez. Los locales aún enfrentan altos spreads.

  • Regulación: el marco legal en la región está en evolución, con avances y límites.

En Argentina, funcionan como una especie de “caja de ahorro 2.0”, accesible desde el celular y sin cuevas. En Lemon, por ejemplo, los usuarios asignan casi el 30% de sus fondos a stablecoins, por encima del peso y solo detrás de Bitcoin.

Brasil ya lanzó el piloto de su Real digital (Drex) y habilitó a Mercado Pago a distribuir su propia stablecoin. Proyectos como AgroToken ya conectan productos reales como soja, trigo o maíz con tecnología blockchain.

En cuanto a regulación local, la CNV exige custodia segregada de activos digitales y reportes a la UIF. Además, el Gobierno lanzó un Régimen de Tokenización, aunque el BCRA sigue prohibiendo la comercialización directa de stablecoins por parte de bancos.

A nivel global, la Unión Europea ya puso en marcha su marco regulatorio para criptoactivos y en EEUU se debate una ley federal que podría cambiar las reglas de juego.

Head of Growth de Matter Labs para Latinoamérica

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