26 de agosto 2003 - 00:00

Los que no fueron a votar

Los que no fueron a votar
La baja cantidad de votantes en la elección porteña del domingo, un récord si se compara con la historia electoral nacional desde 1916, no es sólo un dato para eruditos: señala que en la segunda vuelta el principal objetivo de Mauricio Macri y Aníbal Ibarra es tratar de conmover a los que el domingo se quedaron en casa.

El escrutinio provisorio de la elección a autoridades en la Capital arrojó 68,5% de asistencia a las urnas, algo menos a lo que se recuerde desde 1983 en la categoría diputados nacionales y el menor en presidenciales desde 1922. Numéricamente los que no votaron son 816.368 electores porteños, mucho más de los que votaron a Mauricio Macri (639.497) y a Aníbal Ibarra (582.138).

Es cierto que nunca vota 100% de los empadronados, pero si se hubiera registrado el domingo pasado el promedio de las elecciones a diputados nacionales desde 1983, que está en alrededor de 80%, ese lote de votantes que no se expresaron en las urnas del domingo equivale a 11,5% del padrón, es decir casi 300 mil votos.

• Votos potenciales

Entre ese piso y el promedio de una elección con buena asistencia como fueron las presidenciales de 1973 o 1989 (dos triunfos peronistas con 85% de asistencia, habría un potencial de más de 380 mil votos para ir a buscar. El resto hasta 100% del total del padrón incluye un porcentaje de ciudadanos que tienen más de 70 años, están inhabilitados por alguna causal (como estar presos, pese a los amparos en contra que salen antes de cada elección), enfermos y viajeros.

Todo un nicho que puede resolver la diferencia que necesitan los dos candidatos para volcar en su favor la elección del 14 de setiembre.

Esa cantidad de votos disponible está en estas horas bajo la lupa de los estrategas de los candidatos para desmenuzar quiénes son, dónde están, qué esperan de los candidatos. Aquí algo de lo que se escuchó en los comandos de campaña de Ibarra y Macri:

1) Esos votos corresponden a sectores de opinión que
son escépticos en cuando a la utilidad del sistema. Ese descreimiento está por encima de las convicciones que usualmente se referencian en izquierda o derecha. Esta gente tiene un voto muy elaborado e informado y ha pensado en abstenerse en la primera vuelta, pero si concurrir en la segunda donde realmente se definirá la elección. 2) Otra porción de abstencionistas se alimenta en un hecho demográfico; gente que tiene domicilio registrado en la Capital Federal, que es donde trabaja o ha vivido antes, pero que reside en realidad en zonas del conurbano. Esa gente se interesa en una elección presidencial y va un domingo a la Capital a sufragar, pero cuando se eligen autoridades locales, como el domingo, prefiere quedarse en casa. Su intendente real es el de la localidad donde reside.

Dejá tu comentario

Te puede interesar