2 de agosto 2005 - 00:00

Si La Rural fuera el país

Si La Rural fuera el país
Si el público de La Rural representa al país y es por tanto representativa la encuesta que publicó este diario ayer y completa hoy (ver foto), ciertamente existen pocas esperanzas que la elección de octubre próximo ayude a desarrollar con real sustento en el futuro a la Argentina, más allá de los jolgorios distribucionistas de dinero público producto de un pico de bonanza como se da ahora desde el sector externo, desde un consumo impulsado y de una inflación ya alta y, además, taponada por subsidios y controles de precios. En resumen, pocas esperanzas que el país se consolide y que haya dejado para el pasado el eterno ciclo «populismo en los '70-Rodrigazo», «plata dulce-crisis profunda con tres hiperinflaciones en los '80», «buen ingreso por privatizaciones en los '90-estallido con 'corralito' en 2001». Todas las economías de los países son cíclicas pero es distinto si no hay una estructura socioeconómica y una madurez política que eviten los derroches de dinero arriba y el cataclismo cuando desciende el ciclo.

Es secundario que la exposición de Palermo, que ya concluye, sea de agro e industria.

Importa que convoca centenares de miles de personas de todas las escalas sociales con merma quizá en clases bajas que no pueden pagar $ 10 de entrada. Pero si se nivelara la presencia de pobres se agravaría más el resultado porque es significativo que es allí donde Chiche Duhalde aventaja a Cristina Kirchner.

La consecuencia es que no le será difícil al gobierno operar ese sector social para superar el escollo. Bastaría aplicar el demorado aumento general en jubilaciones y duplicar la actual asignación de $ 150 del Plan Jefes que mantiene congelada desde hace dos años. Claro, el precio será aumentar el gasto público, crear más demanda inflacionaria porque no hay inversión y desaprovechar la actual bonanza externa para hacer una Argentina que pueda dar esos aumentos desde la solidez de su mejor conformación productiva.

Surge de la encuesta el hecho de que Chiche Duhalde estaría sólo a 7 puntos, sin el manejo de «cajas», de Cristina Kirchner y del gobierno que sí las disponen en abundancia. De llegarse así a la elección de octubre el gobierno quedará encajonado entre el progresismo que lo ata al pasado y a las venganzas, y entre Eduardo Duhalde que le impondrá populismos con repartos forzados. En definitiva, perderá el país.

• Sin ideas

Aquí no está en juego que el duhaldismo quiera eliminar el distorsivo impuesto al cheque, un dólar más bajo que refuerce el salario real, aborto si o no, las formas de esterilizar el vuelco a plaza de dinero por parte del Banco Central. No hay disputa por ideas. Hace años que los Duhalde, además, no sientan en el living de su casa a economistas y lo que realmente desean es una fuerza política para pactar desde la mejor posición de fuerza con Néstor Kirchner. Según la encuesta de la Rural por ahora lo están obteniendo.

Inclusive este muestreo confirma que no era exagerado el 25% al 30% que las propias encuestas duhaldistas le vaticinaban a Hilda Duhalde. Cuando se tomen los votos positivos el 16% de esta señora puede llegar a eso.

Aunque Cristina Kirchner sale en esta muestra primera el problema para el gobierno es el porcentual de Chiche Duhalde. Ni siquiera se está dando en un público como el de la Rural, algo mermado en pobres, el deseo de la Casa Rosada que su verdadero rival sea desde diciembre el centroderecha de Ricardo López Murphy y Mauricio Macri, que serían simplemente oposición pero no costosa como le significará negociar apoyos con Duhalde. Entonces más pierde el país y la posibilidad de forjarse un futuro.

Hay cosas que en este momento político se descuentan. Una es que apenas haya contado sus diputados el duhaldismo al día siguiente de la elección se entregará al gobierno a cambio de un «pacto» que, ya está dicho, será costoso con estos guarismos de encuesta. Costoso significa: retorno de «cajas», reposición de Díaz Bancalari presidiendo el bloque del PJ en diputados, mantenimiento de Camaño en la presidencia de la Cámara y mucho más.

• Soberbia

Los periodistas del diario que encuestaron en la Rural comentaban que muchas personas -sobre todo mujeres- les decían «contra la soberbia insoportable de Cristina Kirchner póngale la cruz de mi voto a Chiche Duhalde para que la frene». Parte no despreciable del voto duhaldista proviene de quienes creen que así pararán al matrimonio Kirchner.

Otro caso preocupante para el gobierno es que le está vedado aliarse antes del 24 de agosto con el 5,3% que obtiene Luis Patti, pero sí puede hacerlo el pícaro duhaldismo. Con ese porcentual se acercaría Chiche Duhalde a nivel de exasperación de la Casa Rosada de Cristina Kirchner, con riesgo de superarla. Algo fatal para el kirchnerismo.

Decepciona también el panorama porque se da esta paradoja: si Cristina Kirchner arrasara a Chiche Duhalde en encuestas previas, surgiría la preocupación por la democracia de tal manera que el duhaldismo, cuya vigencia nunca dejará consolidar al país, por el otro lado reasegura que no haya poder hegemónico, claramente atractivo para el matrimonio gobernante.

La encuesta no marca peligro para la economía ni las inversiones (financieras, de las otras todavía se ve poquísimo). De aquí a los comicios de octubre probablemente el gobierno vaya a desfondar las arcas públicas por política pero luego tendrá que ser austero con lo cual siempre una economía se fortalece.

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