25 de marzo 2005 - 00:00

Sin el Papa, el Vaticano inició las celebraciones de Semana Santa

Siguió la ceremonia por televisión Juan Pablo II. El cardenal Giovanni Battista Re leyó un mensaje del Pontífice en el que decía que se une "idealmente a todos los que están reunidos".

La misa fue celebrada por el cardenal Giovanni Battista Re.
La misa fue celebrada por el cardenal Giovanni Battista Re.
El Papa Juan Pablo II, abandonado a la "voluntad de Dios", estuvo ayer ausente de la misa del Jueves Santo celebrada en la Basílica de San Pedro, por primera vez en sus 26 años de pontificado, pero vio la ceremonia por televisión, informó el Vaticano.

"Nosotros queremos agradecer al Papa por el testimonio que continúa dando a través de su sereno abandono a Dios, lo cual lo une al misterio de la cruz", dijo a la prensa el cardenal Giovanni Battista Re.

El Papa, de 84 años, tampoco asistirá mañana al vía Crucis por primera vez en su extenso pontificado, tras ser sometido el mes pasado a una traqueotomía a raíz de una crisis bronquial.

Re, un prelado muy cercano al Pontífice que presidió la primera de las dos ceremonias del Jueves Santo, dijo que el Papa "a través de su ausencia, esta más que presente en esta misa".

El Papa, de 84 años, cuya salud es precaria, observó la ceremonia religiosa a través de la televisión desde su departamento en el Vaticano.

Karol Woljtyla siempre dijo que su vida estaba en manos de Dios, sobre todo cuando resultó herido en un intento de asesinato en 1981 y cuando se le extirpó un tumor benigno en el colon en 1992.

Al iniciarse la misa, Re leyó un mensaje del Papa en el que indicó que se une "idealmente" a todos los que están reunidos "para la celebración" del Jueves Santo, en el que los cristianos de todo el mundo comienzan a recordar el acontecimiento central de su religión: la muerte, pasión y resurrección de Jesucristo.

En su mensaje, el Pontífice envió además un saludo a los cardenales, obispos y sacerdotes de las diócesis de Roma y de todo el mundo.

"Me uno idealmente a todos vosotros reunidos en la Basílica Vaticana para la celebración de la solemne santa misa del Crisma.Saludo al Cardenal Giovanni Battista Re, que preside el sagrado rito, junto a los venerados hermanos cardenales y obispos.

Saludo a vosotros, queridos sacerdotes de la diócesis de Roma y a los que provienen de tantas otras regiones del mundo", señaló el Papa.

"Con la presente celebración litúrgica, conmemoramos el día en que Cristo comunicó a los apóstoles su sacerdocio.

Nosotros sacerdotes revivimos aquellos momentos de espiritual intimidad que Jesús compartió en el Cenáculo con sus amigos, a la vigilia de la pasión, muerte y resurrección", agregó.

"Desde mi apartamento, a través de la televisión, estoy espiritualmente con vosotros. Con ustedes doy gracias a Dios", concluyó Juan Pablo II.

A dos meses de cumplir 85 años, el Papa -que permaneció internado 28 días entre febrero y marzo en la clínica Gemeli de Roma- apareció ayer fugazmente en la ventana de su Palacio Apostólico, en el Vaticano.

El Pontífice bendijo a los fieles reunidos, tras días de insistentes rumores sobre un agravamiento de su frágil salud.

La prensa italiana asegura que el Papa, que padece las complicaciones crecientes de su larga enfermedad de Parkinson, no logra adaptarse a la cánula que le insertaron en la tráquea para respirar mejorar, y que no sólo le impide hablar, sino que también le provoca dificultades para alimentarse.

Por su parte, el cardenal alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dijo que el problema del "gobierno de la Iglesia nunca se planteó" durante la enfermedad de Karol Wojtyla.

"El Papa actúa en absoluta lucidez y ésto es también un don de Dios, considerando las pruebas corporales a las cuales está sometido", señaló.

El Pontífice "dirige la Iglesia y el problema del gobierno de la Iglesia nunca se planteó", afirmó el cardenal a un programa de televisión pública que será transmitido mañana.

"La mente está viva, existe un discernimiento quizás aún más fuerte, la capacidad de elegir lo esencial y de gobernar, sufriendo, con pocas, esenciales decisiones", subrayó el prelado, uno de los más cercanos al Papa.

Ratzinger afirmó que Karol Wojtyla redujo su actividad pero siempre tuvo la capacidad de tomar las decisiones fundamentales.

"Juan Pablo II me parece bien conciente que tiene una responsabilidad única que le dio el Señor y que sólo el Señor le puede retirar", remarcó Ratzinger.

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