Parque Chas es desde hace décadas uno de los barrios más codiciados de la Ciudad de Buenos Aires. Este trazado residencial de casas bajas posee un encanto singular. Sus calles curvilíneas, bautizadas con nombres de ciudades europeas, forman un verdadero laberinto urbano que lo distingue del resto del mapa porteño y único en la Argentina. De plano, es una zona codiciada porque predominan casas y PH inmersos en un ámbito arbolado y tranquilo, con buenas cotizaciones en un mercado inmobiliario revitalizado.
- ámbito
- Real Estate
- mercado inmobiliario
Se acerca a los 100 años el único barrio laberíntico de CABA: dónde queda y cuánto cuesta vivir allí
Se desprendió de Agronomía. Lo diseñaron Frehner y Guerrico. Sus calles arboladas y circulares llevan nombres de ciudades europeas, predominan casas y PH.
-
Vivir en el lugar de siempre: ¿por qué los argentinos casi no cambian de casa?
-
Flipping inmobiliario: cómo ganar entre 15% y 40% en dólares con refacciones puntuales
Vista aérea del entramado circular de Parque Chas. Sorprende el único barrio con trazado laberíntico de la Ciudad de Buenos Aires y de todo el país
Su centro está atravesado por una diagonal: la calle General Benjamín Victorica, antes llamada Vicente Chas y, más atrás en el tiempo, La Internacional. Esa misma denominación quedó en la plazoleta y fuente central, en homenaje a Vicente Chas, el propietario original de las tierras donde se desarrolló este particular proyecto urbanístico.
Con herencia inglesa
La historia de su trazado se remonta a 1925 (en septiembre cumplirá sus 100 años de vida y para eso se proyectaron varios festejos para celebrarlo). La familia Chas decidió subdividir los terrenos y contrató a los ingenieros Armando Frehner y Adolfo Guerrico.
Eligieron un diseño radiocéntrico, con una rotonda central y calles curvas, inspirado en el modelo de ciudad jardín inglés de finales del siglo XIX. Este tipo de diseño urbanístico, influido por postulados del urbanismo inglés, buscaba armonizar la vida urbana con el entorno natural. No solo apuntaba a mejorar la circulación y el uso del espacio, sino también a fomentar la vida comunitaria.
A lo largo de sus 60 manzanas, se destacan peculiaridades como la calle Berlín, que traza un círculo completo, o la intersección de Bauness y Bauness, donde una calle se cruza a sí misma. En Gándara y Ginebra, una misma ochava es compartida por dos casas. También hay una esquina con seis vértices, otra rareza dentro del damero porteño.
Las primeras 20 casas se construyeron para obreros. En paralelo, se aprobó el proyecto para modificar el trazado. Luego llegaron los loteos del rematador G.G. Grosso, cuyo nombre de pila aún se desconoce. En noviembre de 1927 encabezó el gran remate inicial con una consigna impactante: “Barrio Parque Chas, único en Sudamérica”. En sus avisos destacaba el trazado “estilo inglés”, la cercanía con el entonces flamante Hospital Tornú y la posibilidad de construir viviendas familiares en lotes accesibles.
El remate se realizó en carpas montadas en los mismos terrenos, con amplio despliegue de banderas, folletos y discursos públicos.
Tanto el diseño como la nomenclatura de las calles son distintivos. Se conservaron los nombres ya existentes y, en 1933, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza para nombrar las nuevas vías. Algunas de ellas fueron Ginebra, La Haya, Dublín, Tréveris, Turín, Moscú, Belgrado, Bucarest y La Internacional, esta última hoy llamada Victorica. Esta elección de nombres no fue azarosa: el barrio aspiraba a proyectarse como un rincón cosmopolita, moderno y progresista dentro del incipiente tejido urbano de Buenos Aires.
Durante décadas, Parque Chas mantuvo un perfil bajo. Aunque sus vecinos se identificaban fuertemente con la zona, en términos administrativos permaneció bajo la órbita del barrio de Agronomía. En 1976, en plena dictadura cívico-militar, un decreto del intendente Osvaldo Cacciatore eliminó su categoría de barrio. No fue hasta 2005, gracias al impulso vecinal y la sanción de la ley 1907, que Parque Chas recuperó formalmente su autonomía.
La arquitecta Magdalena Eggers, quien realiza visitas guiadas por el barrio y escribió su tesis de maestría sobre el tema (“Vivirán en un paraíso”, en alusión a un lema de venta usado por Grosso), explicó que Parque Chas fue el último barrio en conformarse oficialmente en la ciudad. “Encontramos una ordenanza de enero de 1976 que lo nombraba como barrio, pero que seis meses después fue derogada por decreto. Reflotamos esa ordenanza para volver a recuperar el barrio”, detalló.
Limites y aspecto residencial
Hoy sus límites están definidos por La Pampa, avenida Triunvirato, avenida Combatientes de Malvinas, Chorroarín y avenida de los Constituyentes. El entorno conserva un aire residencial y apacible, con calles cortas, veredas angostas, farolas bajas y árboles añosos.
“Los pioneros buscaron que las calles fueran angostas, para favorecer el vínculo vecinal. Eso se mantiene: hay mucha vinculación entre vecinos y eso atrae a quienes buscan casas en la zona”, remarcó Eggers. También destacó que la morfología del “casco original” del barrio, con sus pasajes curvos y lotes pequeños, permanece casi intacta.
Román Andrés Paikin, de San Román Propiedades, destacó que “este punto residencial de casas bajas funciona como un barrio cerrado. Desde su centro parten calles curvas, circulares, con nombres de ciudades europeas, lo que genera un recorrido laberíntico. Si no se conoce el barrio, lo más probable es que se necesite un GPS para orientarse”.
Actualmente, las zonas más buscadas para vivir están dentro del área delimitada por las avenidas De los Incas, Triunvirato, La Pampa y Andonaegui. El código urbanístico lo clasifica como Urbanización Determinada (U 39), sujeto a regulaciones integrales sobre uso, ocupación, subdivisión y estética. Eso limita la construcción en altura y preserva la escala barrial.
Los residentes priorizan casas, PH y dúplex, evitando edificios (aunque hay algunos cerca del área de laberinto). La tranquilidad y el perfil residencial son valores centrales. Aun así, Parque Chas está bien conectado con la ciudad: la estación Avenida De los Incas – Parque Chas de la línea B y las líneas de colectivos sobre Incas, Triunvirato y La Pampa garantizan buena accesibilidad.
Paikin detalló que “la mayoría de las propiedades son departamentos tipo PH, casas y dúplex. Los PH se ofrecen desde los u$s165.000 y las casas de lote propio arrancan en los u$s250.000 y llegan a los u$s350.000. Las viviendas que requieren reciclado valen desde u$s245.000, y las más categoría superan los u$s500.000”.
En cuanto a las calles con mayor demanda, Paikin remarcó que se concentran en el corazón del barrio, donde se destaca el trazado circular. “Son calles con nombres como Berlín, Londres o La Haya. Las manzanas no tienen forma regular y eso les da un aire encantador, como de otro tiempo”, dijo.
Recorrida urbana
Joaquín Manuel Castro, creador del perfil Buenos Aires al Paso en redes sociales, recorrió recientemente la zona y destacó su tranquilidad, el arbolado y el particular trazado curvo. “No es un lugar de paso para autos. Salvo los propios vecinos, nadie lo atraviesa”.
Agregó Castro que lo sorprendieron “los murales captan la atención de la vista, plazoletas, el tejido bajo y calles como Londres, Berlín y el pasaje Nápoles”.
Lo inmobiliario
Parque Chas tiene mucha demanda por su tranquilidad y estilo. Lucas Bonillo, de Centro Inmobiliario Bonillo, explicó que conserva su identidad, tiene buenos accesos y está cerca de todo tipo de transporte”.
Indicó que “los valores de casas oscilan entre u$s240.000 y u$s600.000, y los alquileres de dos y tres ambientes están entre $500.000 y $1.200.000”.
Una particularidad de este barrio del noroeste porteño es que la mitad de los terrenos no superan los 20 o 24 metros de largo.
Según Bonillo, las zonas más buscadas son las del casco histórico, con calles como Liverpool, Londres, Berlín o Atenas. “Tienen trazado curvo, poco tráfico y mucha identidad”. Destacó que el regreso del crédito hipotecario impactó positivamente. “Los PH o departamentos de 3 ambientes, en valores entre u$s130.000 y u$s170.000, son lo más buscado”.
El barrio cuenta con la Escuela Petronila Rodríguez, clubes, y un tejido urbano que mantuvo su forma original. Muchos inmuebles se reciclaron tras la pandemia: ganaron terrazas, baños extra y espacios de conexión interior-exterior. Pocas viviendas tienen jardín o pileta por tratarse de terrenos cortos, pero algunas superan los u$s700.000.
Costumbres vigentes
Además del tejido urbano, Parque Chas conserva usos y costumbres que consolidan su identidad. Las ferias vecinales, las reuniones al aire libre, las visitas escolares a plazoletas temáticas y la vida barrial sin apuro conforman un paisaje cotidiano que contrasta con el ritmo de otras zonas porteñas. La proximidad a Agronomía también lo vincula a un entorno de espacios verdes, que suma valor ambiental.
Para celebrar sus 100 años, en septiembre y octubre se realizarán decenas de actividades barriales. La fiesta principal está prevista para el domingo 5 de octubre en la Plaza Éxodo Jujeño.
Habrá feria, música, cine al aire libre y visitas guiadas. “Somos una comunidad muy movilizada, con fuerte sentido de pertenencia. Los festejos se organizan de forma horizontal y abierta”, destacó Eggers.
Según contó, el aniversario también busca resaltar la identidad barrial, la solidaridad entre vecinos y las respuestas creativas que surgen en el espacio público. Más allá de los eventos, la esencia del barrio está intacta. Y quienes viven allí, lo saben: están en un lugar distinto a todos los demás.
Dejá tu comentario