Los jueves toman forma. Y en la dinámica de los días, el Complejo Art Media se impone como punto de encuentro. No es casualidad. La fórmula tiene un nombre: Santiago Vázquez. El músico que inventó el lenguaje de percusión con señas, y que logró que La Bomba de Tiempo se establezca como una parada obligada de los lunes porteños, lleva adelante una nueva cruzada musical: PAN.
Un trance que se multiplica y se vuelve punto de encuentro
PAN, la nueva propuesta percusiva que Santiago Vázquez lleva adelante en el Complejo Art Media, convoca todos los jueves a más de mil personas que buscan "un espacio de realidad real".
En tres meses desde el primer encuentro de junio, la agrupación convocó a más de 15 mil personas. Un ciclo que gana popularidad y que avanza firme. “Es un arranque muy auspicioso. La gente la pasa muy bien. Es un lindo lugar para pasar la noche de jueves. Me deja muy contento porque se está armando una especie de fiesta en un lugar que Buenos Aires no tenía”.
Para esta iniciativa Vázquez convocó a un grupo de músicos que son líderes, productores o compositores de sus propios proyectos. Un dream team que lo obliga a reinventarse desde la dirección. “Son músicos de mucho vuelo. Tienen marcado un campo de juego con ciertas reglas. Con una búsqueda minimalista, más volcada a lo tímbrico que a lo rítmico. En el marco de una cantidad de consignas que pretendo lograr y a la que, cada uno, le aporta su caudal creativo y su imaginación musical lo que permite que yo también me deje influenciar por ellos ya que entendieron la idea”, asegura Vázquez.
Como parte de una ronda sin forma. Un movimiento sísmico que convoca, PAN crece y se multiplica. El espacio que lo contiene no es un detalle menor. El Complejo Art Media cuenta con una variada oferta desde lo gastronómico, lo lúdico y lo estético que permite que todo aquello que pasa adentro del recinto tome un formato épico. “Es como una plaza pública con tejos, metegol, ping pong, futbol tenis y básquet. No hay muchos espacios que cumplan con estas características”, asegura el artista antes de volver sobre sus palabras para afirmar que, mejor dicho, “es un club de barrio que al mismo tiempo te permite comer o bailar”.
PAN propone un lugar de unión. Como si tratase de un club de futbol. Una camiseta a seguir. Un motivo de celebración primaria que permita relacionarse. Reflexiona Vázquez: “Mi sensación es que la gente lo que necesita es un espacio de realidad real. Donde la comunicación no pasa por la información. Desde el celular o por las redes sino que lo hace a través de la presencia física real de estar unidos. En algo que nos armonice, en algo más profundo. Tiene que ver con una necesidad de estar con otros en un espacio donde la música es un convocante que nos da un ritmo para vibrar juntos”.
Y es que PAN toma forma de trance ancestral. “Trancestral”, podría ser denominación. Y eso tiene mucho que ver con las nuevas formas que tiene el público de relacionarse. “Viene de lo corporal. El ritmo se relaciona con el cuerpo. Necesitamos sentir más nuestro cuerpo y estar con otros. El baile es la disciplina o la actividad que más pone en juego el cuerpo en función de estar con los demás”, agrega.
Y a la hora de marcar un contraste con La Bomba de Tiempo, la otra agrupación que creó, y de la que ya no forma parte, sostiene que “es como la diferencia entre River y Boca. Un marciano no la va a notar, pero hay cuestiones sutiles. Quise enfocarme en un matiz. En algo que no es tan grande. Que tiene que ver con un desarrollo más específico dentro del lenguaje de percusión con señas. Se trata de un universo que ya está definido. Y desde ahí me puedo permitir que la novedad sea más específica”.
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