Con su “Máquina de algas” diseñada para reducir la emisión de carbono a la atmósfera en la zona de Bahía Blanca, un equipo de la Facultad de Urbanismo y Diseño (Faud) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) se quedó con el primer premio del concurso “Desafío Alacero 2024”.
Una máquina de algas ganó un primer premio latinoamericano de arquitectura sustentable
Los estudiantes provenientes de Córdoba se destacaron en el concurso de arquitectura "Desafío Alacero", que este año tuvo la consigna de desarrollar proyectos que respondan al cambio climático con soluciones sustentables sobre un borde marítimo.
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El grupo está integrado por los estudiantes Martín Diez Dojorti, María Paz López Sivilat e Isabella Cadenazzi. Los arquitectos Pablo Oshiro y Karin Klein fueron los tutores. Todos forman parte de la comunidad académica de la Faud-UNC.
El proyecto “Máquina de algas” ya había recibido el primer premio en la etapa argentina del certamen internacional. Ahora se alzaron con la instancia latinoamericana.
De qué se trata el premio “Desafío Alacero”
El “Desafío Alacero” es un concurso pensado para futuros arquitectos. Su meta es promover la arquitectura sustentable y el uso del acero como material principal. Este año, el concurso se alineó con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 13 “Acción por el Clima”, en consonancia con la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La competencia fue organizada por la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero). Su objetivo fue brindar la oportunidad de desarrollar proyectos innovadores. Estos diseños debían abordar desafíos relacionados con el cambio climático y la sustentabilidad. Además el acero tenía que ser el material fundamental.
El concurso ofreció premios económicos. A su vez, abrió la oportunidad de ser reconocidos por la comunidad de arquitectura sustentable. Por otro lado, también habilitó el acceso a valiosas oportunidades laborales.
Cómo funciona la Máquina de algas para capturar CO2
Según explicaron, la “Máquina de algas” es una infraestructura de remediación ambiental y sociocultural del estuario de Bahía Blanca. Esa área es una de las principales emisoras de CO2 en Argentina, debido a su alta concentración de industrias petroquímicas, lo que la convierte en una “zona de sacrificio”.
Su cercanía a importantes humedales y su vulnerabilidad frente al aumento del nivel del mar agravan su situación ecológica. A medida que las actividades industriales y portuarias crecen, se pierde la relación de la comunidad con el entorno estuarino.
En la actualidad, la única porción costera libre es un basural a cielo abierto. Ese lugar representa una oportunidad para conectar el área urbana con el estuario y recuperar su valor ambiental. El proyecto propone “un parque ecológico que incorpora infraestructura de remediación y un dispositivo de algas”.
Su fin es capturar CO2 y regenerar el ecosistema, indicaron los ganadores del certamen. Este dispositivo incluye un paseo costero con áreas educativas, laboratorios y también plantaciones de algas que ayudan a purificar agua, suelo y aire, agregaron.
Además, se utilizarían extractos de algas como inhibidores orgánicos de corrosión para las estructuras de acero. Así, se incrementa su durabilidad en el ambiente marino.
La iniciativa plantea un nuevo modelo de ‘máquinas del futuro’, ambientadas a la regeneración ambiental y al desarrollo sostenible.
Quiénes fueron los jurados del premio
A nivel nacional, el jurado estuvo compuesto por los arquitectos y docentes Joan Marantz, presidente del jurado argentino, Sebastián Colle, titular del estudio Colle-Croce; Pablo Engelman, arquitecto urbanista y editor especializado; y Pablo Domecq, recibido de la UBA y con postgrados internacionales. El concurso contó con la participación de 91 alumnos provenientes de distintas universidades del país.
Luego, en la fase a nivel internacional, participaron 162 universidades de 7 países, y el jurado internacional integrado por destacados profesionales, entre ellos, Silvia Scalzo de Brasil, Alvaro Donoso de Chile, Francisco Ramírez de Colombia, Xavier Yánez de Ecuador, Alexis Nando de México y Juan Mubarak de República Dominicana dieron su veredicto final otorgando a Argentina el 1er premio, seguido por Brasil y Chile.
“Nos impulsa motivar a las futuras generaciones de arquitectos en la importancia de la sustentabilidad y en la contribución del acero a la misma”, explicó Joan Marantz, director de Desafío Alacero Argentina.
“Hemos visto en esta edición un crecimiento en la participación de las universidades que refuerza el compromiso educativo con el fomento del talento arquitectónico argentino”, añadió.
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