El Estado brasileño colocó un bono verde con un plazo de siete años en el mercado estadounidense y un rendimiento del 6,5% anual; con esto, logró captar u$s2.000 millones. Este título compite con el Bono Indexado a Indicadores de Cambio Climático uruguayo que tuvo una demanda por u$s2.701 millones.El Tesoro Nacional de Brasil destacó en un comunicado que la emisión “representa un nuevo hito en la gestión de la deuda pública” y que reafirma el compromiso del país con políticas sostenibles. En ese sentido, remarcó que la emisión está “convergiendo con el creciente interés de los inversores no residentes y con la expansión del mercado de bonos temáticos en el mundo”.Del total emitido -que fueron u$s2.000 millones- el 75% de los bonos fueron adquiridos por inversores europeos y aquellos provenientes de América del Norte, mientras que el 25% restante son inversores latinoamericanos, incluyendo brasileños. El bono tiene un plazo de siete años y una rentabilidad del 6,5%.Los fondos recaudados por el bono tienen el objetivo de ayudar a financiar acciones centradas en la preservación del ambiente, como la conservación de los recursos naturales, la mitigación del cambio climático y el desarrollo social sostenible.Colocación exitosa en UruguayEl Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) definió como exitosa la operación de reapertura del bono global en dólares indexado a Indicadores de Cambio Climático (BIICC) a 2034, con una operación que equivalente a u$s700 millones, a una tasa del 5,6% anual, correspondiente a un diferencial de 95 puntos básicos respecto al bono de referencia del Tesoro de Estados Unidos. En la colocación, la demanda de los inversores alcanzó los u$s2.701 millones, casi cuatro veces el monto adjudicado.El BIICC fue emitido por primera vez en octubre de 2022 para alinear la estrategia de financiamiento soberano del país con sus objetivos climáticos y de conservación de la naturaleza. Días atrás se realizó la reapertura, que permitió sumar nuevo fondeo verde.La operación sirvió para complementar el cronograma de fondeo del gobierno para 2023, reafirmar la estrategia de financiamiento soberana alineada con los objetivos ambientales de Uruguay, y diversificar la base de inversores de títulos públicos, accediendo a otros mercados e inversionistas focalizados en objetivos de sostenibilidad.Fueron 139 los inversores que estuvieron presentes en el libro de órdenes, de los cuales 15 invirtieron por vez primera en un título soberano del Uruguay. El 89,5% de la demanda por el bono provino de estas cuentas extranjeras, mientras que la restante fue de inversores nacionales, según los datos oficiales del MEF.Asimismo, dentro de las cuentas internacionales, el grueso de la demanda se originó en Estados Unidos y el Reino Unido, con la presencia de las mayores cuentas enfocadas en mercados emergentes de alta calificación crediticia.Sin embargo, también participaron inversores de Alemania, Austria, Canadá, Chile, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda, Japón, Países Bajos, República Checa y Singapur. E, incluso, agencias del gobierno de Corea del Sur y Suiza.
Brasil le disputa a Uruguay el mercado de bonos verdes
El Tesoro brasileño colocó u$s2.000 millones a siete años y con tasa del 6,5% anual en su lanzamiento en Estados Unidos. La estrategia uruguaya.
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