21 de noviembre 2007 - 00:00

Por aumento de retenciones ingresarán menos divisas

Por aumento de retenciones ingresarán menos divisas
El aumento de las retenciones se dejarán de producir 13 millones y medio de toneladas de granos lo que equivale a $ 14.500 millones que no ingresarán al país.

Uno de los argumentos del gobierno nacional al anunciar el aumento de las retenciones fue que esta nueva extracción al campo no iba a afectar a las inversiones.

No hay dudas de que los costos directos no se van a ver afectados, por tres cuestiones concretas: primero, porque la mayor parte de los productores ya hizo la compra de insumos; segundo, porque 50% de la siembra se hace en campos de terceros con contratos vigentes; y tercero, no se puede dejar el capital tierra sin producir, por lo que -para no tenerlo inmovilizado- alguna inversión debemos hacer.

Lo que no dijo el gobierno es que con esta nueva extracción monetaria van a disminuir las «inversiones tecnológicas», lo que significa que si ese dinero estuviera en el bolsillo del productor, con seguridad iba a estar dirigido a compras de nuevas maquinarias o a un mayor uso de fertilizantes por lo que, con tal inversión, en los años posteriores podría aumentar la producción por unidad, lo que implicaría un aumento en la producción global.

Podemos poner ejemplos: si el productor compra una sembradora nueva, con un mayor ancho de labor y mejor sistema de distribución, puede mejorar su producción en dos sentidos: primero, con una mayor área de siembra, y segundo, con un aumento de producción por hectárea al lograr una mejor implantación.

Al invertir en una cosechadora está aprovechando mejor el reducido período de cosecha, lo que implica una menor pérdida por desgrane del cultivo en planta y una mayor eficiencia en la recolección por la mejor tecnología; ambas acciones llevan a una mayor producción por hectárea.

Otra inversión tecnológica y de rápida repuesta es la fertilización. Ante la mala señal de las autoridades de gobierno, el productor -con seguridad-va a planear hacer la mínima fertilización, esperando las condiciones climáticas y de mercados. Si la señal hubiera sido positiva, indudablemente, la decisión estaría relacionada con la búsqueda del potencial productivo.

En base a estos ejemplos, decidí hacer un análisis de los últimos cinco años, teniendo en cuenta cómo incidieron estas «inversiones tecnológicas» en la producción del país, cómo reaccionó la producción en base a esta inyección monetaria y cómo podría incidir la merma del ingreso al productor.

Lo importante es saber cuántodejaremos de producir por no quedar el dinero en manos del productor, lo que pierde el país en generación de riqueza por quedarse el Estado con los recursos y cuánto pierde -en definitiva-el país dado el nuevo contexto tributario.

  • Inversiones

    Para el cálculo tomamos en cuenta las inversiones en maquinarias agrícolas y fertilizantes (Cuadro 1) a partir del año 2002.

    Suponiendo que para mantener la producción de 71 millones de toneladas anuales -producción de 2002, año del inicio de este trabajo-necesitamos de una inversión básica en maquinarias, tomamos como valor mínimo al de ese año, el que descontamos de las inversiones en los años posteriores, resultando una inversión extraordinaria anual.

    De la sumatoria de estas inversiones extraordinarias anuales obtenemos la inversión extraordinaria final que, con seguridad, se reflejará -en el futuro inmediato-en una mayor producción agrícola.

    El mismo planteo hacemos para los fertilizantes (Cuadro 1), donde calculamos la inversión extraordinaria en los cinco años, suponiendo como mínimo gasto en fertilización el efectuado en el año cero. Sumados estos dos grupos, conseguimos la inversión tecnológica extraordinaria del sector durante los últimos cinco años (Cuadro 1).

    Para observar cómo reaccionó la producción de granos en la Argentina ante esta inversión tecnológica extraordinaria, nos valemos de los datos del Cuadro 2.

    Toda producción que superó el volumen de la campaña 2001/02 necesitó de las inversiones tecnológicas, por lo que evaluamos el diferencial productivo anual a partir de esa campaña. La sumatoria refleja el aumento extraordinario del sector.

    La combinación de estos datos (Cuadro 3) indica que por cada peso invertido se producen 2,80 kilogramos extras de granos.

    Si al cálculo lo hacemos en toneladas, la ecuación sería que por cada $ 1.000 que se invierten en tecnología se obtienen 2,8 toneladas de granos en forma extraordinaria.

    Como conclusión se puede decir que en plena crisis de los años 2002/03, el productor agropecuario apostó a la producción e invirtió prácticamente el triple en inversiones tecnológicas (Cuadro 1) aumentando su competitividad, mientras otros sectores sacaban el dinero afuera del país. Esta acción emprendedora de invertir en tecnología y adaptarse rápidamente a la misma, le permitió al sector generar nuevas riquezas.

    Sin la inversión hecha en maquinarias agrícolas y fertilizantes, que alcanzó a los $ 8.187.000, no se hubiese aumentado la producción de 71 millones de toneladas a 85 millones en cinco años, con la posibilidad de llegar a 100 millones el año que viene.

  • Beneficio

    Por cada $ 1.000 invertidos en tecnología, el país se vio beneficiado con una producción extra de 2,8 toneladas de granos. Traducido en dinero, corresponde a una generación de $ 3.000 -por cada $ 1.000-invertidos en tecnología. En otras palabras, por cada $ 1 que dejamos de invertir en tecnología, perdemos de producir por un valor de $ 3.

    Toda extracción de dinero que impida la inversión tecnológica resiente el crecimiento productivo y la generación de riqueza en el país; no permite llegar al potencial productivo.

    La Argentina dejará de producir, en el futuro inmediato, 13,44 millones de toneladas de granos en razón de la extracción al sector agrícola por parte del Estado Nacional mediante el último incremento de las retenciones ($ 4.800.000-u$s 1.500.000).

    Si al cálculo lo hacemos en dinero, por la extracción dejan de ingresar -100% es saldo exportable-aproximadamente $ 14.500 millones, que es plata que aporta un chino, un alemán o un brasileño para que los argentinos vivamos mejor. Toda generación de riqueza exportable disminuye la pobreza del país.

    Las preguntas que nos quedan sin responder son: ¿qué hubiese pasado si en vez de invertir $ 8.187.000 hubiéramos invertido mucho más con la plata que nos sacó el Estado con las retenciones? ¿No hubiésemos llegado a 100 millones de toneladas en menos tiempo? ¿Quién se hará cargo de lo que podríamos haber producido y no lo hicimos?
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