En solamente dos ruedas que abrieron el segundo semestre, los mercados se atragantaron con bajas, que bien podían corresponder a un mes entero de corte normal.
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Como si todo atisbo de reacciones hubiera sido borrado entre las alternativas, se vio ayer al petróleo metiendo más temores cada vez y en una escalada que se hizo tendencia retroalimentada. De tal forma, se vio al Dow Jones quebrando su precaria estabilidad anterior, para sumirse en 1,5 por ciento de recaída. Y el Bovespa acentuó su incontinente bursátil actual, para irse de lleno a la pendiente y marcar terrible 3,6 por ciento de nueva rebaja.
No quedaba mucho para esperar del Merval y así se tuvieron que presenciar pérdidas, sin posibilidad de rebotes, que terminaron por casi redondear 3% en el listado mayor, que resultó más benigno -nuevamente-en la nómina de las sólo «locales»: algo más de 2% de recorte. Y quedó nítidamente derramando sobre el ambiente, un peligro que parecía quedar muy lejano desde tiempo atrás: ver nuevamente perforando el piso de los 2.000 puntos y retroceder a muchos meses de estadística. El mínimo estuvo cerca, con sólo 2.025 unidades. Mientras el máximo había quedado pintado en los 2.096 puntos. Con clausura en 2.033 y bastante aledaño a sus valores inferiores.
Buen volumen
Además de la fuerte presencia de Tenaris en el total realizado en efectivo -con fuerte caída de 5,4% en sus precios-, se sostuvo una liquidez razonable para rueda tan percudida en precios. Fueron $ 86 millones, mientras las diferencias entre signos resultó -curiosamente-mucho más pareja que lo imaginable. Porque hubo 69 títulos en baja, pero con 44 aumentando de nivel.
Inicio de mes que caló hasta los huesos, viendo cómo se continúan acumulando «pisos móviles» y sin poder hallar un punto donde afirmarse de modo sostenible. La Bolsa, en la trinchera.
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