...Y si el asunto de moda es el «ahorro de energía», ayer el sistema bursátil merecíaun reconocimiento. Lástima que no se trató de la eléctrica, sino de aquella que más afecta al circuito de las transacciones: el del dinero girado a lo largo de la rueda. Una caída de tensión que se extendió a los activos en general, incluidas las «cauciones», y que es denunciada por un total en el segmento de acciones que se marcó con un retroceso notorio respecto de los previos y, sin embargo, alcanzó a cubrir más de 15% de franja sobre los totales generales. Y tal merma de energía se trasladó al desarrollo y las cotizaciones, donde el Merval terminó exactamente en el mismo puerto de donde había partido varias horas antes.
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... Y mire que no es sencillo, después de estar cambiando órdenes durante tanto tiempo y congeniar alzas y bajas en un indicador ponderado, hacer que el cierre del día quede -justamente- en el de la rueda anterior: 1.701 puntos, como el viernes, dejando la curiosidad de un Merval con «0,00» de porcentual verificable. Y con una brecha mínima entre puntas, donde el piso fue 1.691 y lo máximo del día esa cifra apuntada como clausura. Ergo, lo único positivo fue eludir un cierto nivel de baja que estuvo presente en el intradiario y luego neutralizado.
Volvió a cotizar la indeseada sociedad «Poco & Nada», cuyo capital de actividad efectiva en el día no subió de los $ 38 millones y en un retorno a la zona de debilidad. Por comparación, resultó malo el saldo para Buenos Aires, teniendo en cuenta mejoras interesantes en el exterior.
Se le «plantó» la turbina principal al mercado, Tenaris, que ayer debió filtrar subas y con 193.000 papeles se vio acosada por la oferta. Esto dio baja para ella de 1,4%. Barajar y dar de nuevo, semana que se inició divorciada de la anterior. Y la Bolsa, acurrucada.
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