3 de octubre 2025 - 21:24

Del atraso a presionar el techo de la banda: ¿cuál es precio del dólar que permite acumular reservas como quiere el FMI?

El precio real del dólar subió 16% desde julio y amenaza con seguir trepando. Mientras el Gobierno lo mantiene entre las bandas, los economistas debaten si el valor actual permite sanear las cuentas externas.

La acumulación de reservas, una de las exigencias históricas del FMI.

La acumulación de reservas, una de las exigencias históricas del FMI.

Durante muchos meses, la mayoría de los economistas coincidieron en que el precio del dólar estaba sumamente atrasado, un factor clave a la hora de explicar el deterioro de las cuentas externas. Luego de los ajustes que tuvo el "billete verde" a partir de julio, el debate ya genera más discordia: ¿está cerca el tipo de cambio de su nivel de "equilibrio" y de lo que pide el Fondo Monetario Internacional (FMI)?, ¿alcanza solo con mirar la evolución histórica de la cotización real para asegurar que estamos, o no, frente a un precio que permite reducir el déficit de divisas?

Esta semana, el tipo de cambio oficial cerró en $1.424,50, 4% por debajo del techo de la banda (hoy en $1.482,20). Dada la fuerte demanda de cobertura en moneda "dura", en una situación de libre flotación el valor ya hubiese perforado dicho tope.

Sin embargo, con las elecciones legislativas nacionales a la vuelta de la esquina, el equipo económico activó todas las herramientas que tenía al alcance de la mano para contener al mayorista dentro del rango establecido por el esquema cambiario. Dicha batería incluyó tanto ventas del Tesoro en el Mercado Libre de Cambios como intervención del Banco Central (BCRA) vía venta de dólar futuro y títulos dólar linked.

El precio real del dólar trepó 16% desde julio: ¿está cerca del "equilibrio"?

Aun así, desde julio el tipo de cambio real multilateral (TCRM), que compara al precio del dólar en Argentina con el de sus socios comerciales, ya aumentó 16%. De este modo, se ubica en su nivel más alto desde marzo de 2024.

Si bien hasta el momento el gobierno de Javier Milei es el que más apreciado tuvo el tipo de cambio, en promedio, el valor actual del dólar ya es levemente superior al promedio del segundo mandato de Cristina Fernández. Asimismo, está tenuemente detrás de los niveles de Alberto Fernández y Mauricio Macri, aunque todavía muy abajo de los que se vieron durante el mandato de Néstor Kirchner y la primera gestión de Cristina. En comparación con el promedio de la pos convertibilidad, el precio real de la divisa está un 18% por debajo.

"Uno de los grandes interrogantes del futuro programa económico es el nivel del tipo de cambio compatible con la acumulación de reservas", señaló en un reciente informe la consultora C-P, donde se pregunta "¿qué tipo de cambio real quiere el FMI?", haciendo alusión a la histórica exigencia del organismo de engrosar las reservas.

"Ayer escuché a alguien decir que el tipo de cambio tiene que estar 30% más arriba. Eso sería equivalente al valor que teníamos cuando Macri devaluó en septiembre de 2018 y después de las PASO de 2019, o cuando asumió Milei. Me parece altísimo y creo que ese es un techo", dijo al respecto Federico Bernini, economista del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA.

Para el especialista, el valor actual "no es necesariamente malo", pero el "ruido político" presiona para que tenga que subir. "Con un 20% o 25% de aumento alcanzaría para equilibrar la cuenta corriente, aunque con el paso del tiempo quizás hasta un poco menos debido al desarrollo esperado para la energía y la minería, y el ingreso de divisas que esto generaría", acotó en diálogo con Ámbito.

Por su parte, Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier, no ve que la serie de TCRM sea el mejor parámetro para medir la competitividad de la economía argentina. Aun así, subrayó que "mientras hace unos meses la rentabilidad de sectores como el agro, la energía o la minería estaba sumamente acotada, hoy eso ha mejorado". "Puede ser que falte todavía, pero lo más importante es que no vuelva a caer fuerte la rentabilidad", profundizó.

A priori, podría afirmarse que el tipo de cambio real de hoy ya se alejó del nivel de períodos con fuerte déficit en el intercambio de bienes y servicios, como por ejemplo lo fueron los primeros tres trimestres de 2023 (el dólar estaba, a precios de hoy, cerca de $1.370), todo 2017 y la primera mitad de 2018 (con un dólar a $1.300), el segundo semestre de 2015 (con un dólar en $1.130 aproximadamente) o bien a comienzos de este año.

La presión de la deuda sobre el tipo de cambio necesario para equilibrar las cuentas externas

Sin embargo, vale aclarar que dicho saldo depende de múltiples factores, como la actividad económica, el nivel de salarios, los precios internacionales o las políticas de fomento al autoabastecimiento (esto último muy claro en el sector energético), entre otros. Además, los vencimientos de deuda son un elemento que fuerza a tener una cuenta corriente más favorable que en el caso de que no existiesen estas obligaciones con los acreedores.

Al respecto, el director de C-P, Pablo Moldovan, remarcó a este medio que "en buena medida, la magnitud del ajuste cambiario requerido para acumular reservas estará condicionado en parte por la posibilidad de acceder a financiamiento para los pagos de deuda pública en dólares". "Menos financiamiento será sinónimo de un ajuste cambiario y real más grande", alertó.

En la misma línea, el macroeconomista agregó que "los escenarios son distintos, si suponemos que el aporte de deuda privada se sostiene o se revierte", a la vez que destacó el rol de la compra de divisas por parte de "personas humanas" y "el esquema de regulaciones que se piense para ese rubro después de las elecciones".

En resumen, el tipo de cambio dejó de estar "atrasado", pero todavía luce insuficiente para satisfacer una demanda pujante, ante la proximidad de abultados vencimientos de deuda. De acá en adelante, para el Gobierno serán tareas clave despejar la incertidumbre financiera y evitar un nuevo atraso que incube una futura brusca devaluación, con sus ya conocidos impactos negativos sobre los ingresos reales y la pobreza.

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