La euforia por el acuerdo alcanzado con los acreedores privados por la deuda duró muy poco. Inmediatamente la realidad económica y los fundamentos macroeconómicos emergieron poniendo en duda la sostenibilidad. En ese contexto, desde hace varios meses hay corrida cambiaria en la que la demanda de dólares supera a su oferta y el Banco Central interviene sistemáticamente para evitar una devaluación.
Dólar: aseguran que aún queda "una bala de bronce" para evitar la devaluación
Desde agosto el Banco Central vendió más de u$s4.000 millones, pero la corrida cambiaria continúa.
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“Desde que se anunció la reestructuración de la deuda externa a comienzos de agosto, la autoridad monetaria vendió más de u$s4.000 millones para contrarrestar las presiones, por lo que las Reservas netas cayeron más de 50% desde entonces, perforando en la actualidad los u$s5.000 millones”, advierte un informe de Ecolatina.
Al respecto señala las distintas medidas que fueron adoptando tanto el Ministerio de Economía como la autoridad monetaria para hacer frente a la corrida cambiaria. “El Palacio de Hacienda endureció su política fiscal, ajustando en 1 p.p. del PBI el rojo primario objetivo de este año (llevándolo de 8% a 7% del PBI) y dejando entrever que podría hacer algo parecido con el rojo de 4,5% del PBI aprobado en el Presupuesto 2021”, señala Ecolatina. Recuerda además que colocó exitosamente bonos dolar linked buscando hacer del defecto virtud y captar parte de los pesos excedentes en manos del sector privado. “Las menores expectativas de emisión van en la misma dirección: marcar que el exceso de liquidez, que se traslada al mercado cambiario oficial y paralelo, se atenuará en los próximos meses”, indica.
Además, el Banco Central endureció el control de cambios, afectando no solo a las operaciones de ahorro, sino también a las deudas financieras. En el mismo sentido, limitó la compra de dólares para la importación de algunos bienes, impactando de manera directa en la inflación. A pesar de todas las medidas “la corrida no paró”, alerta Ecolatina.
En este escenario, ya casi no quedan Reservas de libre disponibilidad para vender en el mercado cambiario, el cepo asfixia el normal funcionamiento de la actividad productiva y seguir endureciendo la política fiscal será complejo de cara a un 2021 electoral. “Las intervenciones en los mercados paralelos a través de la venta de bonos parecen ser una herramienta de última instancia, que, por ahora, no logra cambiar las expectativas”, explica el informe.
La devaluación es “inexorable” se pregunta la consultora. Y responde: “Todavía queda una opción: ajustar la política monetaria. Además de esterilizar a través de pases y Leliqs -y mediante la venta de Reservas-, el Banco Central podría incentivar el ahorro en pesos a través de un mayor rendimiento de los plazos fijos y de esta forma desalentar parte de la compra de dólares”.
El informe recuerda que algo de esto se viene haciendo, ya que, por ejemplo, la tasa de pases pasivos saltó de la zona del 20% a fines de septiembre al 33% en la actualidad. En la misma línea, el rendimiento de los plazos fijos avanzó de 33% al cierre del tercer trimestre a 37% hoy (2,4% y 2,6% mensual, respectivamente). Sin embargo, en el mismo período la inflación mensual pasó de la zona del 2,5% a más de 3,5% en el cuarto trimestre del año. “Por lo tanto, a pesar de la mejora nominal, el rendimiento real de las colocaciones en pesos cayó”, advierte.
“Vale destacar que el endurecimiento de la política monetaria podría no alcanzar para frenar la devaluación”, enfatiza Ecolatina. Y explica que la escasa profundidad del crédito también torna menos efectivo este canal, de modo que hay un riesgo concreto de subir la tasa de interés, aumentar el costo de financiamiento en términos reales y, sin embargo, no poder evitar la devaluación. “No obstante, en este caso, el ajuste nominal de la tasa de interés se relajaría solo ante la aceleración inflacionaria que provocaría el salto cambiario”, analiza.
“En resumen, la corrida cambiaria lleva ya varios meses y no cede. Hasta ahora, el Banco Central optó por contrarrestar las presiones vendiendo Reservas, pero esta herramienta está cada vez más complicada. Por su parte, el Palacio de Hacienda endureció su política fiscal, pero tampoco alcanzó para frenar el desequilibrio. Queda una herramienta todavía, aunque de dudoso alcance y efectividad, ¿habrá tiempo para usarla u otra vez se impondrá el destino?”, culmina el informe de Ecolatina.
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