Todo lo que sume al índice, aunque los operadores sepan que cada rueda es un nuevo comienzo y de final abierto, seguramente que se toma de modo distinto que una baja. Y ayer, dentro del variado menú semanal, tocó que la cuarta jornada recibiera el aliciente -pequeño en su magnitud- de un signo «más». Por afuera la cuestión también se movió en rangos finales mínimos, quedando al borde de la neutralidad el Dow y el Bovespa, después de reconocer los dos lados de la frontera. El Merval se movió tan pesadamente como la base de negocios es capaz de proveer, con mínimo de 1.646 puntos y un máximo de 1.660. En el cierre quedó fijada la cifra de 1.657 puntos y esto originó un tibio 0,51% de mejora entre las líderes ponderadas. Un desarrollo que fue sumamente cansino entre las principales, pero con abundancia de desplazamientos notorios en plazas del panel general. Con Estrella, Pampa y Tear2 subiendo de 7% a 8%. Y, por las bajas, Colorín, anotando un duro 11%, Grimoldi con 4%, San Lorenzo con 2,5 por ciento.
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Volumen general que rozó los $ 32 millones de efectivo, trepando algo en la franja cubierta y hasta 8,5 por ciento.
Un caudal que sigue en la virtual línea de «indigencia» para las necesidades de nuestro mercado, ya como habituado a permanecer en ella. El terceto mayor -Tenaris, Galicia, Acíndar- ofreció una buena columna para soportar a las bajistas, destacando el grupo bancario con más de 2% de aumento. Acíndar con 1,7% y Tenaris -poco más de 1,3%- fueron muy superiores al promedio, pero por el peso ejercido en contra de buena parte del resto. Un amague de rebote, al que le queda hoy para poder cristalizar. Y la Bolsa, espera.
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