19 de septiembre 2001 - 00:00

Quedan pocos refugios de alta renta para inversores

Quedan pocos refugios de alta renta para inversores
El derrumbe de las tasas de interés en los Estados Unidos puso en aprietos a inversores conservadores de todo el mundo, incluyendo a los argentinos. El bono del Tesoro (T-Bond) a un año presenta ahora uno de sus rendimientos históricos más bajos, lo cual ya está generando búsqueda de alternativas para evitar que el dinero quede depositado en una suerte de «caja de seguridad».

El T-Bond es el principal refugio de inversores alrededor del planeta que no desean correr riesgos y eligen preservar el capital. Hace un año, este tipo de activos dejaba un rendimiento cercano a 6,50% anual para el título a un año de plazo. Pero esa tasa más que aceptable, tratándose de una inversión más que segura, se desmoronó a sólo 2,80% anual según el nivel registrado ayer.

Para colmo, la posibilidad cierta de bajas adicionales de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal podría incluso tirar aun más para abajo estos ya escuálidos rendimientos de los bonos estadounidenses.

Ante este nuevo escenario, millones de ahorristas en todo el mundo comenzaron a hacerse la misma pregunta: ¿Conviene arriesgar en otras alternativas o es preferible ir a lo seguro y conformarse con una tasa real cercana a cero?

Diego Trucco
, analista de mercados de Consultatio Asset Management, aseguró que «no es alocado conformarse con preservar el capital en circunstancias como éstas». La percepción de mayor riesgo ante los ataques terroristas que sufrieron los Estados Unidos la semana pasada aceleró la búsqueda por parte de los inversores de activos de alta calidad.

Por eso, subieron los títulos de los países más desarrollados, pero cayeron muy fuerte los más volátiles mercados accionarios. Y este fenómeno se registró en prácticamente todos los principales mercados del mundo.

Otra posibilidad, siempre en materia de inversiones muy seguras,
es volcarse por T-Bonds, pero de mayor plazo. El rendimiento de bonos a diez años alcanza 4,71% anual. Es un rendimiento mayor, pero no asegura la conservación de capital si el inversor desea desprenderse antes del papel.

Alternativas también muy seguras en los principales países de Europa tampoco ofrecen rendimientos mucho mejores. Sobre todo después de las bajas de tasas consecutivas que, al igual que la Reserva Federal de los Estados Unidos, también decidió el Banco Central Europeo.

• Alemanes

Por ejemplo, el bono del Tesoro alemán a un año de plazo deja al inversor un rendimiento de 3,64% anual en euros. El título tiene un atractivo adicional si se apuesta a una revalorización de la moneda europea. Pero si ocurre lo contrario, entonces la tasa en dólares también puede acercarse a cero, o incluso a terrenos negativos. Lo mismo ocurre con los bonos soberanos de todos los países miembros de la Unión Europea.

Según
Agustín Mackinlay, titular de Dinar.com, «las decisiones que deben adoptarse en materia de inversiones deben estar en relación con la lectura que se hace de la baja de tasas.

Si este fenómeno presagia un contexto económico mundial muy negativo, es preferible estar fuera de los mercados». En cambio, si el fenómeno es pasajero entonces será mejor estar posicionado para una recuperación.

Como suele ocurrir en estos casos, los magros rendimientos de los bonos más seguros hicieron que las miradas vuelvan a posarse en mercados emergentes. La dispersión de rendimientos que se puede obtener en bonos soberanos de corto plazo es enorme, pero siempre más elevados que los niveles de Estados Unidos y Europa.

Por ejemplo, el Global 2004 de Brasil presenta una tasa de 12% anual, parecida a la del bono 2003 de Turquía, que con vencimiento en mayo de 2003 deja 12,8% anual
.

En México, las posibilidades son menos atractivas, aunque se trata de un país que está a las puertas del grado de inversión.
Un bono mexicano en dólares que vence en setiembre de 2002 deja apenas 4,3% anual. Para conseguir mejores condiciones habrá que volcarse por títulos en moneda local, que para el mismo plazo dejan 12,50% anual. Claro que en este caso habrá que apostar a que el peso mexicano no se devaluará, lo cual introduce un riesgo adicional importante.

«En principio, está habiendo un movimiento hacia activos muy seguros, pero no hay que descartar que próximamente comience un reflujo hacia emergentes, ante mejores posibilidades de rendimiento», indicó Mackinlay. Muchos analistas de inversiones consideran que es momento de incorporar este tipo de activos en las carteras, aunque sea en porciones menores.

La Argentina ingresa en otro rango. Con un riesgo-país por encima de los 1.600 puntos básicos, los rendimientos de los títulos cortos continúan siendo exorbitantes.
El Global 2003, con vencimiento en mayo de ese año, deja 38% anual, un rendimiento imposible de obtener en otros emergentes.

La posibilidad de volcarse al mercado accionario no figura, por ahora, en el centro de las recomendaciones. Si bien Wall Street está en el menor nivel de los últimos tres años, a esta altura no está claro cuál puede ser el impacto de la crisis (económica y geopolítica) sobre las distintas empresas.

En cambio, no son pocos los que pusieron su mirada en el mercado de bonos estadounidense conocido como high yield, o de alto rendimiento. Se trata de empresas de menor calificación, que actualmente presentan un riesgo más significativo a entrar en cesación de pagos que meses atrás. En ese sentido, se trata de una decisión parecida a volcarse por bonos de países emergentes de «mitad de tabla».

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