Un milagro de Lula: nacionalizó a Dios
Lula da Silva está voraz. No le alcanza con tener una economía elogiada en todo el mundo, que el real le gane cada día más posiciones al dólar, que el mundo desarrollado quiera incluir a Brasil en un Grupo de los Ocho ampliado y que esté apropiándose masivamente de empresas argentinas. Tampoco que George W. Bush lo haya invitado ayer, como único mandatario latinoamericano, a la esperada cumbre palestino-israelí de fin de mes, consagrándolo como gran referente regional. Ni siquiera el descubrimiento de un vasto yacimiento petrolero que convertirá a ese país en una nueva potencia energética. Justamente debido a ese hallazgo, ahora le sacó a Dios su identidad argentina. "Dios es brasileño. Después de ese descubrimiento, se comprueba que Dios es brasileño", bromeó. ¿Será que tiene razón?
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Lula se
mostró
exhultante
tras el
descubrimiento
que
puede
aumentar
50% las
reservas de
petróleo de
Brasil.
La directora de Gas y Energía de Petrobras, Maria das Graças Foster, explicó a periodistas que el aumento del precio será aplicado gradualmente y lo justificó en el hecho de que «toda la cadena de producción de gas está sobre una fuerte presión de costos».
Según cálculos oficiales, la producción de gas de Brasil está hoy en unos 49 millones de metros cúbicos por día, pero de esa cantidad sólo se comercializan 21 millones de metros cúbicos y el resto es inyectado en las operaciones petroleras.
La demanda en Brasil se satisface, además, con cerca de 25 millones de metros cúbicos diarios que llegan desde Bolivia, que pese a un reciente acuerdo sobre precios aún pretende que se le pague más por el combustible.
El presidente Lula da Silva visitará La Paz en los primerosdías de diciembre y uno de los asuntos que tratará será la reanudación de las inversiones de Petrobras en esa nación andina, que quedaron en suspenso tras la nacionalización de los hidrocarburos decidida por el gobierno de Evo Morales en 2006.
Fuentes de Petrobras adelantaron que esas inversiones estarán dirigidas fundamentalmente al sector de gas, en el que la empresa brasileña pretende fortalecerse en Bolivia. Sobre esas futuras inversiones, aún no cuantificadas, la ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, dijo que serán ejecutadas tras el hallazgo de un gigantesco yacimiento de petróleo y gas en aguas del Océano Atlántico anunciado hace quince días por Petrobras.
Según Rousseff, ese descubrimiento, que puede llevar las reservas brasileñas hasta unos 20.000 millones de barriles de crudo, no tiene impacto alguno en el plan de inversiones de Petrobras en Bolivia, ya que los proyectos en esa nación andina se enmarcan en iniciativas de integración regional. «Nuestra relación con Bolivia es muy importante y estratégica», aseguró la ministra.
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