5 de marzo 2013 - 00:00

Acelera Obama y arriesga choques con Netanyhau

Barack Obama dialoga con la prensa junto a su flamante ministro de Defensa, Chuck Hagel.
Barack Obama dialoga con la prensa junto a su flamante ministro de Defensa, Chuck Hagel.
Washington y Tel Aviv - En la que será la primera visita a Israel como presidente de Estados Unidos, Barack Obama demandará al Gobierno de Benjamín Netanyahu un calendario concreto para la retirada de sus fuerzas israelíes de la Cisjordania ocupada, lo que abriría las puertas de un nuevo desencuentro entre el jefe de la Casa Blanca y su par israelí.

La publicación norteamericana World Tribune, especializada en política internacional, señaló sobre la base de declaraciones de funcionarios israelíes bajo anonimato que la solicitud forma parte de una nueva iniciativa de paz para la creación en 2014 de un Estado palestino. "Obama dejó claro a Netanyahu que en su visita no quiere solamente fotos, sino tratar los temas de Irán y de los palestinos", reveló una de las fuentes al World Tribune. "Eso significa que él actuará por su cuenta si Israel no le da nada con lo que trabajar".

Ante la difusión de esta noticia no hubo desmentidos ni confirmaciones oficiales. Pero Netanyahu , sin citar nunca el presunto pedido, afirmó en videoconferencia con la anual asamblea del AIPAC, principal lobby proisraelí de EE.UU.: "Estoy dispuesto a compromisos, pero no haré nunca ninguno sobre nuestra seguridad nacional".

El premier israelí enfrenta una situación de parálisis en la formación del nuevo Gobierno tras las elecciones de enero, para lo cual solicitó al presidente, Shimon Peres, otras dos semanas de tiempo. Una fase delicada sobre la que el premier está trabajando y que probablemente llevará a un Gobierno sin la presencia de los partidos religiosos Shas y Frente de la Torah, pero potencialmente aún más condicionado que en el pasado por los colonos. Esta situación política es impuesta por el centrista Yair Lapid (revelación de las elecciones) y por la derecha nacionalista vinculada al movimiento de los asentamientos Naftali Bennett. Estos sectores tienen intereses en algún punto contrapuestos, lo que arrincona a Netanyhau.

Consciente de la importancia de un Ejecutivo plenamente en funciones para la visita de Obama y los temas sobre la mesa, Netanyahu aseguró ayer que trabaja para un "Gobierno fuerte y estable".

Un Gobierno que pueda afrontar los pedidos palestinos: en Arabia Saudita, el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abás (Abu Mazen -que verá a Obama en la visita de marzo), recordó al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que la reanudación de las negociaciones de paz está condicionada a la congelación de los asentamientos judíos en Cisjordania y en Jerusalén Este y a la liberación por parte de Israel de un número significativo de detenidos.

Los próximos días serán decisivos y el frente interno israelí está en movimiento: el partido religioso Shas advirtió que votará por el desalojo de los asentamientos ilegales y la congelación de los proyectos ediles judíos, en línea con iniciativas diplomáticas para un acuerdo de negociación en los territorios.

Así como EE.UU., Israel también lanzó sus demandas antes de la esperada cumbre bilateral. Sobre las ambiciones nucleares de Irán, Netanyahu advirtió ante la AIPAC que es hora de aceptar que "la diplomacia no ha funcionado". "Las palabras por sí solas no detendrán a Irán. Las sanciones por sí solas no detendrán a Irán. Es necesario combinar las sanciones con una amenaza militar clara y creíble", señaló Netanyahu. El premier calculó que Irán "aún no ha cruzado la línea roja, pero se está acercando. No podemos permitirlo. Debemos parar su programa nuclear antes de que sea demasiado tarde", insistió.

Al respecto, el vicepresidente de EE.UU., Joseph Biden, insistió en la misma conferencia que se debe agotar antes la vía diplomática para garantizar el respaldo de la comunidad internacional en caso de intervención. "El presidente de EE.UU. no puede engañar y no engaña. Barack Obama no está engañando cuando habla de que hará todo lo necesario para evitar un Irán nuclear", aseguró Biden en lo que representó un marcado contrapunto.

El vicepresidente subrayó, no obstante, la "rotunda preferencia" del Gobierno de Obama por la diplomacia, e instó a agotarla "porque si, Dios no lo quiera, llega la necesidad de actuar militarmente, es importante que el mundo entero esté con nosotros". "Ningún presidente ha hecho tanto para asegurar físicamente el Estado de Israel como Barack Obama", añadió.

Agencias DPA, ANSA y Reuters,


y Ámbito Financiero

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