Colaborador (y luego enemigo) de González Inárritu hasta que inició su propio camino, el autor dice no tener planes previos al escribir.
Guionista de "Amores perros", "21 gramos" "Babel", "Los tres entierros de Melquiades Estrada" y "El búfalo de la noche", guionista y director de "Camino a la redención" y "Desde allí", productor creativo de la serie iniciada con "Hablar con los dioses", profesor de escritura creativa, el mexicano Guillermo Arriaga volvió a la literatura con la novela "El salvaje" (Alfaguara), que cruza la historia de un huérfano que busca venganza con la de un esquimal obsesionado en cazar un lobo, y que vino a presentar en la reciente Feria del Libro. Dialogamos con él:
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Periodista: ¿Cómo construyó esta novela?
Guillermo Arriaga: Fueron cinco años y medio de trabajo, y sin construcción previa. No planeo las historias. Cuando llevo a vender mis historias a Hollywood, me preguntan: ¿y en qué acaba eso? No sé, no lo he escrito, ¿te interesa? ¿Pero de qué va? No te preocupes, en la marcha voy descubriendo de qué se trata, los personajes. Todo es improvisado. Antes de estar en ella no sabía de qué se trataba. Tengo un fuerte sentido de orientación que hace que no me pierda en una ciudad, que sepa en dónde estoy y hacia dónde voy. A quienes tenemos un déficit de atención nos cuesta entender matemática, incluso gramática. ¿Vamos a condenar a García Márquez o a Roberto Arlt porque no sabían ortografía? Yo escribo. Me baso en mi memoria, tengo un depósito de vivencias que me ayuda.
P.: ¿Qué lo impulso a escribir "El salvaje"?
G.A.: Quise escribir de un muchacho de diecisiete años que pierde a su hermano asesinado, cuyos padres mueren en un accidente y su abuela en la depresión, y queda totalmente solo. A su hermano lo asesinan unos fanáticos religiosos. Se pregunta ¿cómo me reconstruyo? ¿Cómo haré para vengarme? Los temas son la muerte que tendemos a no ver como parte de la vida, la impunidad y la corrupción, la justicia que afecta de modo distinto según la clase social. En el fondo se trata de lo indestructible del espíritu humano, de cómo es capaz de salir adelante aún de las situaciones más trágicas. "El salvaje" es una novela de amor. No una novela rosa, sino sobre el amor y la amistad, valores que hemos cursificado pero que no son cursis. El ser humano necesita de amor.
P.: En sus películas y novelas intensifica las emociones.
G.A.: Hay tradiciones narrativas que están en contra de la emoción. Cuánto menos emoción tenga la obra, mejor. Flaubert es promotor de esto. Le decía a Louise Colet: "no tengas emoción, las emociones son baratas". Yo no creo eso. Lo que hizo Homero, Shakespeare, Stendhal y luego Dostoievski o Faulkner es emotivo. ¿Por qué vamos a seguir la línea que sostiene que la emoción va contra del arte? La emoción es consustancial. Yo quiero que mi literatura emocione, muerda, corte, provoque.
P.: ¿Cómo surge la historia de Amaruq, el perseguidor de un lobo?
G.A.: Tomé libros de antropología, de historia de los esquimales. Amaruq es un mestizo inuit cuya familia huyó al sur de Canadá. Su abuelo le dice que un lobo es su dios y debe atraparlo para convertirse en él, porque si no estará condenado a cazarlo en sus sucesivas vidas. Quería que eso fuera un dato en la novela y se convirtió en una historia paralela. Al final me di cuenta de que pasaban cosas semejantes en la historia del muchacho y la de Amaruq. Uno enloquece, el otro enloquece. Uno hace el amor, el otro se enamora. Ese contrapunto me ayudó a comprender la historia principal.
P.: Su novela lleva por sobresaltos narrativos con las características de su cine.
G.A.: A los 27 años, por influencia de Faulkner y de los cubistas, que con fragmentos hacen ver una mujer, escribí los cuentos de "Retorno 201" donde ya están las estructuras no lineales, los cambios, la forma narrativa que después llevé al cine, para hacer novela en el cine. La literatura ha tenido influencia decisiva en mi cine, mientras que el cine ninguna en mi literatura.
P.: ¿Ahora en que está?
G.A.: En un proyecto de novelas. Escribo unas páginas y veo si tiene aliento la historia. Estoy produciendo películas en varios países, en Brasil, India, Turquía. Produje y propuse la historia de "Desde allá", película venezolana que ganó el León en Venecia. Estuve haciendo "Hablar con los Dioses" junto a directores como Babenco, Kusturica, entre otros y curaduría de Vargas Llosa. Por YouTube su pueden ver algunos de los cortometrajes que he venido haciendo en estos años.
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