- ámbito
- Edición Impresa
Aumento y amnistía, promesa para desactivar motín policial
• Anoche se apagaban los epicentros críticos. Elevó salarios. La negociación incierta. Temores
El último artículo del acuerdo es, en clave, la promesa de que los efectivos que participaron de los acuartelamientos no serán pasados a disponibilidad una vez que se desactiven totalmente las protestas. Anoche, a pesar del incremento anunciado por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, perduraban focos, acotados, de amotinamiento policial.
Los puntos más calientes de la protesta uniformada fueron Mar del Plata -donde el domingo por la noche se registraron saqueos-, Almirante Brown -hubo, en un momento, casi 300 personas reunidas en plaza Brown- y La Plata, concentrado en este caso en la dirección de Infantería.
Los focos en La Plata y Mar del Plata, anoche, se diluían en medio de tironeos entre los propios amotinados. La razón es simple: Granados, con el guiño de Scioli, negoció con un puñado de emisarios policiales.
La agremiación de las fuerzas de seguridad no está permitida pero, desde la semana pasada, Granados armó una "mesa de trabajo" donde sentó a José Carranza y Salvador Baratta, referentes del Sindicato Policial y Penitenciario (SinPoPe). Excluyó, en cambio, a otro sector, el que encabeza Nicolás Masi (SiPoBa) que participó inicialmente en la protesta de Infantería en La Plata pero, con las horas, se corrió. La noche del domingo en esa sede policial estuvo plagada de tensiones.
La ausencia de un negociador válido se explicitó en los encontronazos cuando se informó, en el corte de 1 y 60 en La Plata, donde estaba personal de Infantería, jubilados de la fuerza y retirados. Algo similar ocurrió en Mar del Plata. En Brown la crisis se aplacó con otra velocidad.
Fue un día áspero y largo. Scioli llegó de Brasil a la madrugada y al mediodía anunció una suba salarial, pero pidió que se levante la medida.
Temprano, habló con Granados y discutió las variantes. El planteo original fue disponer un pase a disponibilidad masivo de los "acuartelados", pero se evaluó que una medida de ese tipo podría producir el efecto contrario: que en otros puntos de la provincia, policías adhieran a la protesta por solidaridad.
Un factor adicional. Anoche, en Gobierno, trataban de determinar el porqué de los acuartelamientos quirúrgicos: se habló de un clima hostil y recurrente en Mar del Plata -adonde, por la tarde, viajó el jefe de la Bonaerense, Hugo Matzkin-, del efecto de un cambio de jefe en Brown -donde Granados designó a quien fue, durante largo tiempo, el jefe de la distrital de su distrito, Ezeiza- y La Plata, donde el levantamiento se concentró en Infantería, el grupo que tiene condiciones laborales más duras y que, habitualmente, es complejo.
Otros episodios, como uno ocurrido en Lanús o la protesta que se registró en Necochea, tenían características particulares. El aumento otorgado anoche por Scioli -que dijo que no "negoció- se efectiviza a través de un decreto que incluye al personal penitenciario, núcleo que amenazó con convertirse en otra usina crítica para el Gobierno bonaerense.
Anoche, Brown y La Plata empezaban a normalizarse y el Gobierno confiaba en que de ese modo, el riesgo de saqueos -inducidos por la ausencia de efectivos- empezaba a diluirse. El alerta, sin embargo, continuaba.
Dejá tu comentario