24 de mayo 2022 - 00:00

Benvenuto: la pasión por el libro-objeto

Benvenuto. La artista, con uno de los libros que creó en la pandemia.

Benvenuto. La artista, con uno de los libros que creó en la pandemia.

“La pandemia fue algo atroz para mí”, dice a este diario la artista plástica Stella Benvenuto. “Me quedé totalmente bloqueada, estaba siguiendo el ciclo de mi última exposición, ‘Entre el cielo y la tierra’, que fue de 2019, y no lo pude hacer. Era una obra enorme, necesitaba cuatro ayudantes, y la pandemia nos dejó solos y aislados a todos. Después de ese bloqueo empecé a dibujar, inconteniblemente”.

Cuando Benvenuto dice “dibujar” se refiere, como lo viene haciendo en la última etapa de su obra, a bordar. “Después de una larga trayectoria en otras expresiones artísticas, en especial la pintura, encontré mi camino más claro en el bordado, mi corazón y mis sentidos están más abiertos. El bordado es como un refugio de la reflexión y el espíritu en un tiempo dominado por el vértigo, la tecnología y la violencia. Con la pandemia, esa violencia que nos rodea se incrementó.”

Entonces, luego de dibujar pasó a género esos dibujos, obras de unos 30 x 40 cm. Una vez que llegó a 8 dibujos tuvo la ocurrencia de hacer libros con ellos. “Llegaron a ser un total de seis, tres horizontales y tres verticales, que encuaderné con los materiales que tenía a disposición, como el lino. Todos los dibujos, en cada libro, tienen una palabra: no lo precede, no fija un título, sino que sucede al dibujo. Esa palabra surgió de acuerdo con el estado de ánimo que tenía ese día. Los libros tienen, todos, la misma frase bordada: ‘Los susurros se convierten en grito, buscando la verdad’. Y luego la palabra. Y, por último, en el reverso de cada página, se ven todos los puntos y las puntadas, los nuditos, porque tienen tul. Es muy hermoso también ver el revés de la trama.”

Discípula de Michelle Marx y de Emilio Petorutti, Benvenuto inició de muy joven su formación en pintura en Buenos Aires y la continuó en Italia. A su regreso, en 1968, asistió al taller de Carlos Cañas y, en 1971, al de Jorge Dermirjian. En 2004 comenzó a interesarse en la fotografía, la escultura y el diseño de objetos, y en 2011 se asomó al arte textil. Lo nuevo, entonces, es el libro-objeto, el libro como objeto artístico. “Lo curioso”, agrega “es la luminosidad, el brillo de los colores que han ido saliendo en plena tristeza.”

Los libros, algunos de los cuales pueden verse en galería Calvaresi Contemporáneo (Defensa 1136, San Telmo), donde fueron presentados el último jueves, es sólo una estación previa a una nueva forma: “cuando los terminé comencé a hacer dibujos de cabezas de mujeres, temas femeninos: son la afirmación de la mujer, algo que quizá va en contra de cierta tendencia actual a borrar la diferencia entre los géneros. Yo jamás diría ‘todes’”, comenta, sonriendo. Benvenuto nunca ha dejado de subrayar que el bordado, históricamente unido al perfil de una mujer menos hogareña que sumisa, debe ser liberado de esa mácula. “Yo cuando bordo me transporto a otro mundo, encuentro la libertad”.

Marcelo Zapata

Dejá tu comentario