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Clave: Zaffaroni deja la Corte antes de diciembre

Eugenio Zaffaroni
Especulaciones cuyas acciones se dispararon a mediados de 2013, cuando en una tertulia en su despacho lo alentaron a que, al igual que Carlos Fayt y Enrique Petracchi, solicitara un amparo para continuar en la Corte luego de cumplir 75 años. "Nunca olviden que yo juré por una Constitución distinta a la de ellos", replicó para dar por terminado el debate.
La salida del ministro de mayor reputación en el mundo académico -actualmente tiene bajo su órbita la Biblioteca de la Corte- no implica nuevos ingresos ya que, por ley, el máximo tribunal debe regresar al número de cinco miembros (todavía debería retirarse otro de los justices). Antes de fin de año, el kirchnerismo perderá a su interlocutor más ameno en ese complejo universo de claves y códigos encriptados que es la Corte.
Más allá de la posibilidad de dedicarse a tiempo completo a la docencia (realiza varios viajes al exterior por año) u a otra actividad, Zaffaroni nunca ha logrado entenderse plenamente con el resto de los ministros. En los últimos meses se ubicó en las antípodas de la otra penalista de la Corte, Carmen Argibay, y recientemente deslizó comentarios críticos a la actuación de Elena Highton de Nolasco en la Oficina de Violencia Doméstica que depende la Corte y que recientemente presentó su informe de la gestión 2013. Procuró eludir choques frontales con Ricardo Lorenzetti, pero en la intimidad siempre opinó a contramano de prácticamente todas las políticas que impulsó el titular del máximo tribunal.
Los cuestionamientos también parten hacia su persona. Quejas variopintas de los ministros que van desde su presencia en atriles con hombres del kirchnerismo hasta esa incertidumbre que suele aparecer los lunes por la noche, cuando se sabe que el juez se encuentra en el exterior y todavía es un misterio si llegará a tiempo para el acuerdo de la mañana siguiente.
El último acto que protagonizó en la Corte lo encontró con un acompañante: Juan Carlos Maqueda, el más político de los ministros.
Gestos y señales que tienen más que ver con cuestiones de comportamiento que con el pensamiento jurídico. El único fallo de peso de 2013 que encontró a Zaffaroni en una soledad absoluta fue el que frustró la elección de consejeros de la Magistratura que había sido aprobada por el Congreso. Luego siempre encontró pensamientos afines entre sus pares.
En un año de alta politización del ámbito judicial Zaffaroni guardó una neutralidad que sorprendió incluso a aquellos que lo descontaban a bordo de las cruzadas reformistas que terminaron en experimentos fallidos.
Coordinador de la reforma del Código Penal junto con un grupo de referentes de la oposición que fueron convocados a Balcarce 50 por la propia Cristina de Kirchner, conoce el detalle de que el texto ya fue revisado en los máximos niveles del Gobierno, aunque, al igual que en el caso del Código Civil y Comercial, sobran las dudas sobre si el oficialismo tendrá la artimética legislativa y la voluntad política de convertir en ley el proyecto.
Su salida de la cumbre del Poder Judicial será sólo el comienzo de una serie de ofrecimientos de todo tipo de ámbitos, más allá de su vocación por la docencia. La política, el entretenimiento (el año pasado tuvo su propio show cinematográfico en la TV estatal) y hasta el ámbito diplomático, cuyos estereotipos no distan del perfil personal del juez, prometen mostrar sus cartas para tentar al penalista que mejor representa al garantismo local en otras latitudes del mundo.
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