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Cobos, el atajo del Gobierno para la salida de Redrado
Para eso, Cristina de Kirchner debería enviarle una nota al vicepresidente, invocando una causal de remoción de titular del BCRA. Así, de acuerdo con la Carta Orgánica del Banco Central, el vicepresidente se vería obligado a convocar una comisión bicameral integrada por los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, y de Economía del Senado -cargos vacantes- y por los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados. Pero el dato más trascendente para los intereses de la Casa Rosada es que el dictamen de este cuerpo no es vinculante, es decir que cumplido el mero trámite, y gracias a la convocatoria de Cobos, la Presidente podría despedir por decreto al amotinado Redrado. Además, es el único dictamen de una comisión que no necesita ser tratado por el pleno de las Cámaras.
El martes, Aníbal Fernández se encargó personalmente de hacer sonar los teléfonos de Redrado. El jefe de Gabinete intentó por todas las vías desactivar la reunión del titular del BCRA con los radicales Ernesto Sanz, Ricardo Gil Lavedra y Gerardo Morales. El encuentro del economista con los jefes de la oposición superó el umbral de tolerancia del matrimonio presidencial. «Éste es otro Cobos», gruñó Néstor Kirchner en la intimidad de Olivos, ya saturado por la demora de Redrado en abrir la cuenta bancaria y girar unos u$s 6.500 millones de reservas para el Fondo del Bicentenario creado por un DNU de su esposa sin ratificación parlamentaria.
Los intentos de Fernández por dejar sin efecto el encuentro con los popes de la UCR fracasaron ayer por la mañana y el Gobierno salió a pedir la renuncia de Redrado. La demonización del jefe del Banco Central creció exponencialmente y los kirchneristas de paladar negro repentinamente lo acusaron de tener «terminales con el establishment financiero». El jefe de los senadores oficialistas, Miguel Pichetto, calificó de «desestabilizadora» la actitud de Redrado por «ir en contra de las decisiones económicas del Gobierno nacional y de hacer causa común con los dirigentes de la oposición, a los que recibió hoy» (por ayer).
Iniciativa
Pero además, Pichetto ventiló una de las venganzas que prepara el matrimonio: reformar la Carta Orgánica del Banco Central, una iniciativa que figura en el borrador del proyecto de reforma de la ley de entidades financieras que el titular de CAME, Osvaldo Cornide, analizó con la Presidente en el viaje al Vaticano. «Tal vez sea la hora de revisar el mito de la autarquía del Banco Central, porque después de todo cualquier Gobierno, sea del signo político que fuere, necesita herramientas para diseñar autónomamente la mejor política para el país; en consecuencia, el Banco Central no puede limitar la decisión política de un Gobierno soberano, sino que tiene que estar en línea con el proyecto que impulsa el Presidente elegido democráticamente», advirtió el senador rionegrino.
Anoche, el Gobierno había reflotado la vía del Congreso para destituir a Redrado tras disipar el temor de potenciar la figura de Cobos como árbitro del conflicto. El carácter no vinculante de la Comisión bicameral que debería analizar el caso reflotó la esperanza de lograr una rápida salida del jefe del BCRA. Aunque Cobos desempatara en favor de Redrado, la última palabra la tendría la Presidente, quien podría echar al funcionario incluso habiendo cumplido la formalidad institucional, y legal, de haber consultado al Congreso.
El único obstáculo para conformar esa comisión bicameral, que se constituye al solo efecto de analizar la remoción del titular del Banco Central, es que falta designar a los presidentes de las Comsiones de Presupuesto y Hacienda y Economía del Senado. En Diputados esos cuerpos están presididos por el kirchnerista Gustavo Marconato y por el cívico Alfonso Prat Gay, pero la Cámara alta recién designará a sus autoridades en febrero.
Es decir que en sólo tres semanas, el Gobierno podría activar un macanismo plural, institucional e inobjetable para despedir a Redrado. Incluso si el dictamen de esa bicameral recomendara sostener al funcionario en su cargo, la Presidente podría iniciar las sesiones ordinarias del 1 de marzo con nuevo presidente del BCRA. Claro que para eso, antes, debería pedirle a Cobos que convoque a la comisión invocando las causales de remoción: mal desempeño o incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Para invocar esas causales, la Casa Rosada cuenta con un informe de Marcos Eduardo Moiseeff. Gerente principal de Asuntos Legales del BCRA, que avala la validez del DNU presidencial que crea el Fondo del Bicentenario: «Entiendo que la ley es -como ya dije- muy clara al referirse al extremo de la vigencia por cuanto contempla que los DNU tienen fuerza de ley hasta tanto no sea aplicado por las Cámaras del Congreso
Por último, el Código Penal tipifica específicamente la conducta del funcionario que no cumple con una ley, entendiendo de aplicación ante tal incumplimiento la figura de abuso de autoridad».
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