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Congreso sale de gira por el país para cerrar el debate por el Código
Las similitudes entre ambos proyectos no sólo aparecen en la Códificación en sí misma: Napoleón quiso unificar en un Código legislación dispersa que en el caso de Francia se aplicaba inclusive de forma diferente a cada sector de la sociedad y encargó la tarea a una comisión integrada por dos jueces de la Corte, un funcionario de su Gobierno y un jurista.
Como en el caso argentino, esa comisión preparó un borrador que fue elevado a la Corte y a Casación y finalmente al propio Napoleón para que diera el visto bueno.
Modificaciones
El emperador introdujo modificaciones (por cuestiones personales le interesó en particular el capítulo sobre divorcio) y finalmente envió al Parlamento el texto definitivo.
Pero el discurso de Cristina de Kirchner en la presentación del proyecto, entonces, parece remitir a otro momento de la historia. Años después de haber sancionado su Código, Napoleón pronunció una frase que puede encontrarse en cualquier libro de historia francés: «Mi verdadera gloria no está en haber ganado cuarenta batallas; Waterloo eclipsará el recuerdo de tantas victorias. Lo que no será borrado, lo que vivirá eternamente, es mi Código Civil». Toda una inspiración histórica.
Quizás ese espíritu motivó que el Congreso organizara dentro de las audiencias para debatir la unificación y reforma de los códigos Civil y Comercial una gira por el país para discutir la obra que el kirchnerismo mostrará con fuegos artificiales a fin de año, muy a tiempo para sobreimprimirse en la discusión de un proyecto de Presupuesto 2013 que tendrá no sólo cuestionamiento de la oposición, sino números difíciles de procesar para el oficialismo.
Mañana continuarán las audiencias en el Salón Azul del Senado. Las mismas que comenzaron con Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Aída Kemelmajer de Carlucci, siguieron con Julio Alak y tuvieron a la Iglesia como protagonista la semana pasada, con sus críticas a toda la reforma sobre matrimonio y fecundación asistida. Luego el Congreso partirá a San Miguel de Tucumán, el 6 de septiembre, Rosario el 10, La Plata el 13 y cerrará con última función en Neuquén el 20.
Si el Congreso cumple con ese cronograma, estaría llegando a la votación casi en el tiempo que fue indicado por Cristina de Kirchner y que luego se tomó en la agenda que se fijó la Comisión Bicameral que analiza la reforma. Esa comisión también fue idea de la Presidente para acortar los tiempos y, obviamente, el Congreso la aceptó al pie de la letra. Así, votación en los dos recintos mediante, habrá fiesta napoleónica antes de fin de año.
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