¿Crecimiento invisible o imposible?
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Por Carlos Heller
La nueva ronda de ajustes ya empezó cuando el Presidente firmó el decreto (508/18) mediante el cual se dispuso un trámite rápido de renegociación salarial del 5% de aumento distribuido en julio y agosto, a cuenta de las cláusulas de revisión previstas a partir de septiembre. Cabe consignar que la inflación de los primeros cinco meses, que se acerca al 12%, ya se fagocitó gran parte de los aumentos de las paritarias.
Esta aparente "concesión" presidencial fue realizada justo antes de comunicar el fuerte ajuste acordado con el FMI. Hay que resaltar que el Gobierno no cambió la política, la acentuó y la adecuó a la nueva realidad inflacionaria: los salarios seguirán subiendo por la escalera y los precios por el ascensor. En el mejor de los casos, los aumentos llegarían al 20%, cuando la proyección del REM de mayo (que ya quedó desactualizada) ubica a la inflación de 2018 en un valor del 27,1% para todo el año.
El anuncio del acuerdo con el FMI fue realizado al día siguiente de cerrar la paritaria de los estatales en el 15%. No es casualidad: los "aumentos" del Decreto 508/18 no alcanzan a los empleados públicos. Esta fue la antesala del recorte del 13% de los salarios en términos reales que se plantea el FMI entre este año y 2020.
No es el único rubro que sufrirá recortes en términos reales en el trienio mencionado: los gastos de capital (inversión pública) se achicarán un 81% (casi desaparecerán), las transferencias corrientes a provincias disminuirán un 74% y los gastos totales (sin jubilaciones) caerán un 30%, casi un tercio. Es lo más parecido a un ajustazo.
Debido a la "sensibilidad social" del acuerdo, según pronuncian los funcionarios macristas y el propio FMI, entre 2018 y 2020 las jubilaciones crecerían en términos reales un 7%. No queda claro cómo podría suceder tal aumento, si la nueva fórmula ajusta un 70% por inflación y un 30% por salarios, cuando estos últimos irán a la baja respecto a la inflación. Otra muestra de la posverdad que anida en los programas del FMI.
La "salvaguarda para proteger a los más vulnerables" será una flexibilidad del 0,2% del PIB en el cumplimiento de las metas de gasto. Una gota de ayuda en un mar de dificultades sociales que se avecina en esta recesión que viviremos en lo que resta del año. Dificultades que, acuerdo con el FMI mediante, se prolongarán en los años venideros.
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