8 de enero 2016 - 00:00

Cruje el Senado, última trinchera de unidad FpV

Miguel Pichetto, Cristina de Kirchner y Gabriela Michetti
Miguel Pichetto, Cristina de Kirchner y Gabriela Michetti
 Miguel Ángel Pichetto venía, hasta esta semana, surfeando la bravía interna peronista. Jefe del scrum político más potente que le queda al PJ -el bloque de 41 senadores, que puede ser la llave o el tapón para las medidas del Gobierno- el rionegrino había logrado reelegir sin ruidos ni pataleos sino, sobre todo, mostrar una bancada compacta y sin disidencias.

Pero el lapicerazo de Gabriela Michetti, que hachó a más de 2.000 empleados del Senado, se convirtió en una crisis, hasta acá, inevitable. Pichetto avaló la medida de la vice, con quien construyó una relación cordial y fluida, y generó la reacción de un puñado de senadores del PJ/FpV, que emitieron un comunicado contra la decisión de Michetti.

En el Senado deslizan que la santacruceña María Esther Labado fue quien juntó las firmas, pero que lo hizo por indicación de Cristina de Kirchner. De hecho, entre los firmantes figuran los más K: la camporista de Mendoza Anabel Fernández Sagasti, los chaqueños Alberto Aguilar y María Inés Pilatti Vergara, el neuquino Marcelo Fuentes y la cuñada de Máximo K, Virginia García, que entró en lugar de Pablo González, que se fue como vice de Alicia Kirchner. El FpV de Santa Cruz tiene, entonces, un cupo femenino del 100%. Lo mismo ocurre con La Rioja, donde el PJ sienta -al margen de Carlos Menem, que tiene su propio bloque- a Hilda Aguirre y Teresita Luna; las dos ponen su gancho al pie.

La urribarrista de Entre Ríos Sigrid Elisabeth Kunath, el sanjuanino Ruperto Godoy, el puntano Daniel Pérsico aparecen ahí por alineamientos locales, mientras que la correntina Ana Almirón y la santafesina María de los Ángeles Sacnun, dos butacas que se anotan en la cuenta de La Cámpora, completan el staff de los que protestaron contra los despidos.

Pero esos levantiscos sufrieron, con las horas, dos bajas: el zarateño que es senador por Tierra del Fuego Julio Catalán Magni y la jujeña Liliana Fellner, que aparecían mencionados entre los firmantes iniciales, ayer salieron a despegarse del planteo y, sobre todo, a alinearse -sin dejar de cuestionar la medida de Michetti- con los mandos que Pichetto expresa en el bloque.

La novedad es que, finalmente, la fractura que cruza al panperonismo llega finalmente al Senado. En la provincia de Buenos Aires hay bloque roto en la Cámara alta y un subbloque en la Cámara baja, en diputados nacionales, el operativo que sentó a Héctor Recalde como presidente tuvo efecto y está latente, cada vez más, la idea de que se conforme un subbloque, una tribu que reporte a gobernadores como Juan Manuel Urtubey y que se supone integrada por, entre otros, Diego Bossio y José Luis Gioja, el sanjuanino que se anotó para manejar el bloque y se tuvo que conformar con la vice de la Cámara. No es poca cosa, pero no es lo que querían él y el PJ territorial.

Pablo Ibáñez

Dejá tu comentario