20 de mayo 2009 - 00:28

Cuatro candidatos forzaron compostura ante financistas

• LA AUSENCIA DE MICHETTI OBLIGÓ A HELLER, DE NARVÁEZ, BULLRICH Y PRAT GAY A EXAGERAR UN PACTO DE CABALLEROS

Lo más que cruzaron fueron sonrisas los candidatos que asistieron ayer al debate organizado por los ejecutivos de finanzas en la Capital. En la foto, ríe Francisco de Narváez junto a un circunspecto Carlos Heller.
Lo más que cruzaron fueron sonrisas los candidatos que asistieron ayer al debate organizado por los ejecutivos de finanzas en la Capital. En la foto, ríe Francisco de Narváez junto a un circunspecto Carlos Heller.
La campaña porteña se mudó ayer a los acartonados salones del Sheraton, cuando Francisco de Narváez, Alfonso Prat Gay, Carlos Heller y Esteban Bullrich se sentaron a disertar en las jornadas del Instituto Argentino Ejecutivo de Finanzas, sobre las próximas elecciones legislativas del 28 de junio. Obligado pacto entre caballeros, no sólo porque finalmente asistió el segundo candidato a diputado del PRO por la Capital Federal, como suplente de Gabriela Michetti, sino porque el encuentro fue una semana de presentaciones individuales. Las estocadas entre los candidatos fueron más propias de un duelo de guante blanco que de los enfrentamientos agrios a los que la política argentina está acostumbrada. Michetti aclaró, de paso, que nunca había sido invitada por la organización, según habían anunciado, sino se enteró de la invitación por los diarios.

El ambiente también ayudó: los candidatos se presentaron en medio de pantallas, luces y sonido de primer nivel, con la participación del público mediatizado por el moderador. Este introducía a los expositores previa lectura de prestigiosos currículums vitae (e incluso se le escapó un «don Francisco» en el caso de De Narváez).

Alarmante

El primero en hablar fue Bullrich quien, a pesar de supuestamente haber aceptado reemplazar a Michetti a último momento, se presentó con un prolijo power point que puntuaba cada aspecto de su pausada exposición. El candidato a reelegir expuso índices alarmantes de pobreza y educación (sólo 1 alumno de cada 100 puede responder preguntas de alta complejidad, por ejemplo), y destacó la falta de confianza y calidad institucional como problema clave del país para atravesar la crisis institucional. No explicó el diputado porque su único proyecto es, a su edad, repetir en la banca. «El recurso humano es el que define la riqueza de un país y, si seguimos así, no va a haber recurso humano para sostener un crecimiento a largo plazo», señaló Bullrich, mientras Prat Gay tomaba notas compulsivamente de la presentación.

El primer candidato a diputado por la Capital de la Coalición Cívica quiso sacudir un poco las cosas al lanzar la primera estocada y «lamentarse» por la ausencia de Michetti. «Que haya venido Esteban no es suficiente», lanzó peyorativamente Prat Gay, quien luego trató de matizar -sin demasiados resultados- el ataque al avalar los números presentados por el suplente afirmando: «Aunque no sea economista son ciertos». La reivindicación de gremio -»soy economista y orgulloso de serlo», dijo- le sirvió al ex presidente del Banco Central, de Kirchner y Duhalde, como punto de partida para criticar a todos sus colegas por los pronósticos económicos que llevaron a la crisis y las evaluaciones erróneas que se habían realizado alrededor del mundo. Tanto se apasionó en esta crítica, que no le quedó tiempo para disertar sobre el contexto local, para lo que había sido convocado. Ya con los minutos contados llegó a su evaluación de la situación argentina y apuntó contra el kirchnerismo, al afirmar que desarrollan «un modelo que produce un millón de pobres por año». En este punto, destacó que los mayores problemas que enfrentaba la Argentina eran la salida sistemática de capitales, el «mal llamado modelo, que está produciendo un inflación del 18%» y la falta de crédito para financiar políticas anticíclicas. El economista del encuentro, sin embargo, subrayó que esta vez el problema más grave no era la economía, sino la política. Por supuesto, presentó su candidatura a diputado para los próximos comicios como el modo de resolverlo.

Retórica

«Don Francisco» fue, sin duda, el disertante sensible de la jornada. «Le quiero hablar desde lo que siento, porque cuando llegué a la política pensé que tenía que ver con el saber y hoy sé que tiene que ver con el sentir», inició De Narváez, en un intento de alinearse en la tradición retórica de los dirigentes argentinos, que hasta desmayos provocaban en sus épocas de gloria. El candidato del PRO-PJ disidente por la provincia de Buenos Aires fue el que tuvo más claro el trasfondo de las jornadas y a lo que tenía que apuntar: no se perdió en tecnicismos ni discusiones económicas, fue directo al punto y salteándose su candidatura a las legislativas de junio, habló directamente de su postulación a gobernador bonaerense en 2011. «La provincia es el candado que tenemos que destrabar para poder tener un proyecto nacional. Quienes leemos la política sabemos que el 2011 es una elección de segunda vuelta que va a dirimir el territorio bonaerense», aseguró De Narváez, pasando a quinta y dejando a sus contrincantes electorales -literalmente- a años de distancia de sus proyecciones políticas. Entre los puntos que destacó De Narváez, figura por supuesto, su caballito de campaña: la inseguridad, a la que esta vez le agregó, audazmente, el problema del narcotráfico. «Buenos Aires es una gran pista de aterrizaje para los traficantes», disparó, además de denunciar connivencia entre el poder político y el delito.

Carlos Heller podría haber recogido el guante de De Narváez y deslizar alguna estocada en referencia a las acusaciones que su partido permanentemente usa contra el candidato del PRO-PJ disidente en relación con su presunta conexión con el «rey de la efedrina», Mario Segovia. Pero Heller es un caballero. Estoico además, como él mismo resaltó al indicar que «hay cierto desbalance en la composición de esta mesa, hay uno hilo que comunica a todo el resto. Alfonso trabajó para De Narváez, por ejemplo, y hay dos representantes del PRO. Estoy en franca minoría, pero trataré de llevar el cargo estoicamente», dijo, casi presagiando los resultados electorales. Así, desempeñó un resignado papel de defensa de modelo kirchnerista, defendiendo sus políticas frente a la «mayor epidemia mundial que fue el neoliberalismo, ese virus que también a alguien se le habrá escapado». El presidente del Banco Credicoop tuvo otro gesto caballaresco al declinar el título de «doctor» que le habían adosado y aclarar que «sólo soy técnico-mecánico, todo lo demás lo aprendí en la vida práctica». Lo que no se molestó en aclarar Heller fue que, según el moderador, es el candidato del Partido Solidario, nada más. Ni mención de la Alianza del oficialismo,

Encuentro Popular para la Victoria. Es más, en su exposición no mencionó ni una vez a los Kirchner, al peronismo, o al Frente para la Victoria. Paradójico, por lo menos, para un candidato que encabeza la lista del oficialismo en la Capital y defiende un modelo, cuyos autores ni siquiera menciona.

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