... que, tanto el magro resultado del encuentro de Leones, sólo justificable por la premura, y las idas y vueltas de la convocatoria, como la imposibilidad del Gobierno de terminar el conflicto con el campo, tras más de un año de desencuentros, hablan a las claras del nivel de desgaste que sufren ambas partes. Actualmente están más forzadas por las propias circunstancias, que por finas estrategias o lineamientos políticos. La Mesa de Enlace trata de ponerse al frente de los autoconvocados, mientras que el Gobierno intenta permanecer inmutable cuando, en realidad, cada día se ve más compelido a adoptar medidas que no quiere, más porque la realidad se lo impone, que por la acción de los dirigentes. Así, Leones pasó casi sin pena ni gloria, con un Hugo Luis Biolcati «apichonado» a causa de lo ocurrido con el ministro Julio De Vido, y soportando el embate de una línea interna de la Rural más crítica aún, que las recriminaciones de sus pares de la Mesa de Enlace («¿Cómo te comiste, vos, el amague?», comentan que es lo más suave que le preguntan). Del otro lado, un Carlos Garetto (Coninagro) que allí jugó como local, y tuvo hasta hinchada propia. Como saldo quedó mucho calor, tierra, cantitos típicos, poca gente, una demasiado (para algunos) fuerte demanda por la presencia del mellizo Alfredo de Angeli que, aunque estuvo ausente con aviso por un asunto familiar, igual parece haber optado por no asistir, y 3 días de paro de comercialización de impacto relativo por el fin de semana en medio. Así se llegará, aparentemente, a un nuevo encuentro oficial, ahora con la ministra Débora Giorgi, en un clima en el que ambas partes saben que no van a conseguir todo lo que pretenden.
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... que, «la única verdad es la realidad», es una de las famosas frases que le atribuyen al ex presidente Juan Domingo Perón, y que es particularmente escuchada estos días en las reuniones. Lo real es que independientemente de lo que hacen o dicen los dirigentes, ya cayó la producción agropecuaria (y no sólo por la seca como intentan justificar los funcionarios voluntaristas de turno), bajaron las exportaciones, disminuyó la recaudación y, del otro lado, cada vez hay más conflictos sociales que explotan en distintos puntos del país, y crece la presión de diversos sectores. Así, aunque con estilos distintos, ya son mayores los reclamos al Gobierno de parte de los sindicatos y del sector industrial, que del propio campo. De hecho, este fin de semana a los reclamos frigoríficos y de usinas, se sumaron los de la industria de la maquinaria, y los de grupos comerciales de varias localidades, jaqueados por la abrupta caída de actividad que se registra. Esto es lo que hace que ya el Gobierno haya comenzado minidevaluaciones permanentes (que para algunos pueden ser equivalentes a disminuciones de las retenciones), o flexibilización de las exportaciones vía los tan vapuleados permisos (los ROE), etc., decisiones todas que nada tienen que ver con logros de parte de la dirigencia agropecuaria, sino con la dura exigencia de la realidad que, se prevé, será mayor aún en los meses que vienen. Por caso, una dura (aunque sorda) disputa se está registrando en el sector molinero. Es que si no mejoran las condiciones para los productores va a caer nuevamente la próxima cosecha, y eso significa directamente que va a haber que importar trigo (que tampoco se sabe de dónde). Pero, no todos están de acuerdo con mejorarle el precio a los productores (o resignar parte del precio de compra de la materia prima), especialmente si no se puede trasladar la suba al consumo, y quieren que el Gobierno subsidie más y que, ante los díscolos de la industria, imponga los controvertidos precios «mínimos», o «sostén», que obliguen a todos por igual. Simultáneamente, también el tema de Brasil trae controversia, y no sólo por el trigo, aunque en el caso del cereal la situación es muy emblemática pues el Gobierno le «cerró» las exportaciones a su socio principal, obligándolo a recurrir a otros mercados, e incumpliendo pactos anteriores, entre otros, del propio Mercosur. En lácteos el esquema es bastante similar.
... que «¡Juancito, con la carne no se jode!», dicen que es otra frase que se le atribuye a Perón, en un supuesto diálogo con su cuñado Juan Duarte. Pero, parece que los actuales funcionarios, aunque aparecen enrolados en ese lineamiento político, no lo comparten demasiado. Al menos, no lo tienen tan en cuenta, pero el problema ya es grave y con pocas posibilidades de solución, pues el adelantamiento que hubo de faena por malas políticas, y luego agudizado por la sequía, determina ahora un relativo faltante para el consumo interno que no se puede suplir. Simultáneamente, la exportación (que, en general demanda otras categorías de hacienda), casi «desarmó» los planteos ante las restricciones que le imponían para exportar, y ahora son los frigoríficos los que enfrentan los mayores problemas por no poder mantener el personal. De todos modos, y aun con la crisis internacional, los mercados externos están registrando alguna reacción positiva que podría ser alentadora. Otros sectores con complicaciones inminentes son el de semillas donde se registra una importante caída de oferta que, probablemente obligará a importar (sobre todo forrajeras y, tal vez maíz), y también el de agroquímicos donde, además de la brutal caída en las ventas (producto del achicamiento de la producción en cantidad y calidad), se está registrando también un sensible atraso en las decisiones de compra para la próxima campaña. El hecho de que los productores esperen hasta último momento para definir las operaciones, está complicando adicionalmente el manejo financiero de las empresas.
... que, no sólo hay malestar con la primera línea nacional de funcionarios. También ocurre en las provincias, y con legisladores y otros que pretenden escalar posiciones. En este caso, el cuento es con el senador correntino Fabián Ríos. El hombre, enrolado en el kirchnerismo más duro, pretende ahora alzarse con la gobernación de la provincia, hasta ahora en manos de los primos Colombi (UCR). El caso es que a Ríos no le bastó haber votado en su momento a favor de la discutida Resolución 125 («Total, Corrientes no tiene soja» (sic), justificó en su momento), sino que ahora, al ser consultado sobre cuáles eran los sectores más afectados de la provincia respondió: «El textil», como si Corrientes no fuera fuertemente agropecuaria (ganadera, forestal, arrocera, citrícola, etc.), además, registró el último brote de aftosa en 2006, y hasta hace 15 días, salvo una pequeña franja sobre el Uruguay, soportó tres años de una de las más duras sequías que se tenga memoria. ¿Ríos se habrá enterado de algo de esto?
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