12 de septiembre 2014 - 00:00

Dicen en el campo...

... que, después de lluvias torrenciales sobre los ya anegados campos bonaerenses y de buena parte del Litoral, los días soleados no alcanzaron para mejorar el ánimo de los productores, cada vez más enojados por las amenazas de la Ley de Abastecimiento. Entre el cumpleaños del exgobernador y destacado productor agropecuario misionero, Ramón Puerta; varias exposiciones; una picante asamblea de productores en Bolívar; un viaje a San Luis con la gente de Ledesma, y un vernisage de Bertani en la mítica Zurbarán, de Ignacio Gutiérrez Zaldívar, entre otros encuentros, se acumularon cantidad de datos del sector. Por supuesto que en la carrera, los superpoderes para el secretario de Comercio, Augusto Costa, si se aprueba la nueva Ley de Abastecimiento, ganaba por lejos a los restantes problemas, al punto que algunos hasta se ilusionaron con la posibilidad del retorno de su antecesor en el cargo, el controvertido Guillermo Moreno. Lógico que el mantenimiento de la caída en los precios de Chicago y las lluvias destrozando los escasos caminos que quedan ocuparon el segundo lugar de reclamos e inquietud al punto que, finalmente, hasta el propio gobernador Daniel Scioli se tuvo que reunir con la dirigencia bonaerense (dado lo inocultable de la situación), para encarar algunas ayudas, aunque ya tardías. Es que hay zonas enteras incomunicadas desde hace meses y sin poder sacar la producción a causa del pésimo estado de los caminos cuyo mantenimiento, en más de un caso, está postergado desde hace varios años.



... que, otro tema igualmente grave sobre el que se viene alertando hace tiempo, aunque su real magnitud se va a evaluar recién con los resultados de la próxima cosecha, es la falta de financiación y el nivel de endeudamiento que tienen los productores que, junto con la caída de la rentabilidad de la producción de granos, son la principal causa de la baja que se espera en la superficie agrícola en esta campaña, que puede repercutir (en forma muy negativa) sobre el maíz, y los restantes granos, con la única excepción -tal vez- de la soja. Según una reciente encuesta de AACREA, sólo el 16% de los productores cree que es buen momento para hacer inversiones, mientras que el 68% de los encuestados reconoce deuda estructurada de corto plazo. En este contexto, no sorprende entonces la baja de proteína que está registrando la soja de producción argentina (por falta de fertilización), que se agudizaría más aún en este ciclo que está comenzando. El tema no es menor, considerando la supercosecha de otros competidores, como Estados Unidos o Brasil, que dejarían a la soja local a la cola de los oferentes. También, seguramente, afectará a la industria aceitera local que, por otro lado, ya afronta una capacidad ociosa superior al 30%. Lo poco atractivo que luce ahora el negocio agrícola y la falta de financiación, completan el panorama. De hecho, dicen los productores que los sojeros están siendo "castigados" (según sostiene el Gobierno, por "no vender"), con la suspensión de los créditos, mientras que el resto de las actividades, casi no accede a los préstamos del Banco Oficial por la extrema burocracia de los gerentes en la mayoría de las sucursales, aunque tengan carpetas que califican...



...que, bien distinta es la situación en Brasil donde, a pesar de las complicaciones económicas, el Gobierno acaba de destinar casi u$s 300 millones para contener la caída de los precios del algodón y del trigo. Este último cultivo también recibe fuerte respaldo en Bolivia, donde los productores están cobrando más de u$s 400 por tonelada, debido a la decisión de su presidente, Evo Morales, de aumentar la producción para depender menos de las importaciones extra zona. Por supuesto que todo esto ocurre por la desaparición de la Argentina como abastecedor confiable del cereal, a partir de la fuerte caída de producción de los últimos años, situación que se va a repetir en 2015 ya que la siembra, que los más optimistas ubicaron en alrededor de 4 millones de hectáreas, fue y es- afectada por los excesos de humedad, sobre todo, en zona central triguera que es el sudeste bonaerense. De ahí que la cosecha esperada será similar a la muy baja de los últimos años, por debajo de los 10 millones. Esto, sin embargo, permitiría que tal vez el volumen que aún queda del año pasado, y que no se permite exportar ni como grano ni como harina, no se desplome totalmente en sus cotizaciones. Se estima que puede haber más de 3 millones de toneladas de trigo 13/14, mientras que demanda interna es solo de la mitad hasta que ingrese la nueva cosecha a partir de noviembre.

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