9 de febrero 2017 - 00:03

Efecto Trump: Gobierno ensaya pactos bilaterales

CHINA PROTAGONISTA EN BRASIL, CHAPELCO Y TAMBIÉN EN CUMBRE CHILENA - El país redefine estrategias comerciales. Macri y Malcorra se preparan para el final del mundo multilateral que declara el presidente de EE.UU.

Festejo. Mauricio Macri junto a Juliana Awada y su hija Antonia en medio del festejo de su 58° cumpleaños en Chapelco.
Festejo. Mauricio Macri junto a Juliana Awada y su hija Antonia en medio del festejo de su 58° cumpleaños en Chapelco.
La celebración del cumpleaños de Mauricio Macri en el Chapelco Golf & Resort rodeado de su familia y amigos íntimos relegó a un segundo plano datos clave para el país y que precisamente se conocieron tanto en la visita previa del presidente a Brasil como en el propio festejo en San Martín de los Andes.

Macri recibió ayer en su hotel en la montaña un saludo de cumpleaños inesperado. "Le deseo buena salud y ventura personal" fue el mensaje del presidente chino Xi Jinping, que continuó con un pedido para "trabajar juntos para impulsar mayores avances en la asociación estratégica integral". Esa atención personal no es una rareza en la región, habida cuenta de los tiempos que corren tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. En Brasilia, Michel Temer había dicho en su discurso ante Macri: "La única relación posible de tutelaje comercial es con China". Las intenciones no sólo aparecieron en esa frase: todo el mundo industrial y comercial de Brasil habló esta semana de las alternativas de un posible acuerdo entre los dos principales socios del Mercosur y los chinos. Hasta la significación misma del grupo regional parece haber cambiado bajo los efectos que la era Trump, que encierra a los EE.UU. sobre sí mismo, está produciendo en las proyecciones futuras de los flujos comerciales.

La novedad es bien conocida: con Trump el multilateralismo voló por el aire; mas si se lo combina con el "brexit" y los peligros del avance de la derecha populista también en Francia, donde no sólo hay procupación por el avance de Marine Le Pen, sino por los gruesos errores que está cometiendo el resto de la clase política francesa que debería estar encargada de frenar esa peligrosa ola derechista.

Sobre esas cuestiones trabajaba en Buenos Aires ayer Susana Malcorra, que se tomó un tiempo, además, para analizar las salidas alternativas para el país con nuevos acuerdos y pactos comerciales frente al cambio de paradigmas en el mundo. En sus explicaciones de ayer Malcorra pareció intentar una refundación (figurada) del Mercosur: "La vinculación con Brasil dentro del Mercosur es esencial, no sólo tiene importancia en lo económico sino también en lo estratégico y en lo político", dijo. "Hay mucho potencial entre Argentina y Brasil tanto en lo bilateral como en el marco del Mercosur. Brasil es un socio fundamental, lo fue ayer, lo es hoy y lo será mañana. La evaluación que hacemos es que el Mercosur tiene mucho más potencial de desarrollo internamente que el que ha logrado hasta ahora".

La afirmación, es obvio, no es nueva. El Mercosur tiene problemas que aún siguen irresueltos y de ahí que su existencia pase más por vocación que una realidad, pero Malcorra pareció con esa frase intentar una redefinición de prioridades en medio de la ruptura de los planes originales en materia de relaciones internacionales que se había fijado el macrismo al llegar al poder: acercamiento con EE.UU. y con la Alianza del Pacífico, además de volver a apurar (enésima vez que lo hace la Argentina en los últimos 25 años) un acuerdo del Mercosur con la Unión Europea. A esa agenda Malcorra sumó ayer otro herido de la era Trump, México, "está en la mira con la revisión del NAFTA, está decidiendo vincularse mucho más con el sur mucho, eso es para nosotros una oportunidad", dijo de ellos.

Ese menú de socios posibles frente a la intemperie que obliga el huracán Trump, tiene sus detalles. Macri y Michel Bachelet anunciarán el domingo una convocatoria a un amplio acuerdo entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Responde a las intenciones claras de Macri en abrir a la Argentina a ese otro bloque, aunque las condiciones no son hoy las mismas que hace un año. Además, todo el proceso tiene también una dependencia de China

En un mes se verá esa realidad durante la Cumbre del PPP que sesionará en Viña del Mar entre el 14 y 15 de marzo. EE.UU. no estará presente, pero los chinos enviarán una delegación a ese encuentro. Curioso: el PPP se había creado, entre otros puntos, para mantener alejado al fantasma de avasallamiento comercial chino.

La Canciller sabe que un acuerdo duradero con los chinos, con quienes hay pujas de sobra por financiamiento de obras y tasas de interés, implica un esfuerzo extra para Argentina o cualquier país que quiera cerrar pactos con Beijing. No es un problema, simplemente es la regla de la diplomacia.

Otro punto: como se dijo, con el "brexit" y la explosión política de Europa de por medio, hablar de un acuerdo Mercosur-UE ahora suena más imposible aún que lo registrado en las últimas décadas. Tampoco Europa es una prioridad hoy para Trump que sólo tiene ojos para Theresa May y su oferta de un mercado solo país-país, más cuando ayer la Cámara de los Comunes avanzó en perfeccionar el "brexit".

La agenda de Trump, entonces, está en otros temas y Macri lo sabe. El Financial Times afirmó ayer que en política exterior el presidente de los Estados Unidos tiene cuatro temas prioritarios: Rusia, China, Irán y Corea del Norte. De esos cruces sólo puede afectar a la Argentina lo que suceda entre EE.UU., Rusia y China; el resto no está en el radar de Buenos Aires.

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