- ámbito
- Edición Impresa
El empleo se frenó hace tiempo; ¿caerá?
En primer lugar, la dinámica del empleo total estuvo marcada hasta 2007 por un importante crecimiento del empleo privado (5,3% anual) a lo que se sumó la expansión del empleo público (4,7% anual). Desde 2008 las cosas cambiaron: el crecimiento del empleo privado se desaceleró para crecer sólo un 0,8% y en los cinco años posteriores promediar un 0,5% anual, frente al 4,1% de crecimiento anual del empleo público. Es decir que a partir de 2008 toda caída del desempleo agregado estuvo asociada a la creación masiva empleo público.
En parte la desaceleración en el crecimiento del empleo privado se podría explicar por el menor crecimiento de la economía, pero hubo algo más. En efecto, la elasticidad empleo privado a PBI cayó a la mitad entre la primera y la segunda mitad de la década (desde 0.52 a 0.26), por lo que aparte del hecho de que la economía creció menos hubo otros factores que hicieron que la respuesta del empleo privado a cambios en el PBI fuera mucho más débil que en el pasado. La sospecha está por el lado del aumento de los costos laborales y en las crecientes restricciones que se consolidaron y extendieron sobre los mercados de factores y productos, que terminaron por desplomar la productividad y finalmente impactaron en el mercado de trabajo.
La evidencia es contundente, ya no sólo en relación con el crecimiento de costos y deterioro de productividad, sino en cuanto a la respuesta que está dando el sector privado. En efecto la elasticidad del empleo privado formal -es decir excluyendo del empleo privado a los informales- muestra un cambio dramático en estos años. Esa relación promediaba un alto nivel de 2 entre 2004 y 2008 -es decir que por cada 1% de aumento del PBI el empleo privado formal crecía un 2%-. En los 3 años subsiguientes la elasticidad cayó abruptamente al 0,48 (aun excluyendo el año 2009 de contracción del PBI). En los últimos dos años fue negativa (-1.4 en 2012;-2 en 2013), es decir que el empleo formal privado está hoy cayendo a pesar de aumentos en el PBI. O sea que desde el año 2009 a la fecha el aumento del empleo depende exclusivamente del crecimiento del empleo público y de más informalidad, un cóctel de muy baja productividad.
Hay una cuestión adicional. En el tercer trimestre se desplomó un 1,5% el empleo total en el área de Gran Buenos Aires -una región en la que se sospecha creció nuevamente el empleo público, por lo que la caída del empleo privado debe haber sido mucho mayor-. El desempleo no ha explotado por la simultánea caída de la tasa de actividad en una magnitud histórica del 2,7% anual, un registro sólo superado en los últimos 35 años en las ondas del segundo trimestre de 1996 (mayo) y de 2003. Si los números "decentes" del mercado laboral van a depender de nuevas caídas en la PEA, de fuertes aumentos del empleo público y de mayor informalidad, la baja productividad llevará inexorablemente a una baja de los salarios reales. La estrategia de "aguantar" la macro plagando la economía de distorsiones microeconómicas no perdona.
Dejá tu comentario