El peligro sudafricano IV

Estos comentarios sobre Sudáfrica son un modesto homenaje a Nelson Mandela (el lector sabrá disculpar el tiempo que le tomamos). Ayer vimos cómo Jacob Zuma (JZ) se había desembarazado de su predecesor Thabo Mbeki y, esquivando todas las acusaciones en su contra (un mes antes de la elección, consiguió que se levanten por "cuestiones técnicas" y que los acusadores "desistan"), había accedido a la presidencia en mayo de 2009 con el 65,9% de los votos, más que el 62,65% conseguido por Mandela en 1994 (a Mandela lo votaron más de 12,3 millones de personas en un país con 40,4 millones de habitantes, el 30,4%; a Zuma lo votaron 11,6 millones en un país con 49,3 millones de personas, el 23,5%). La gran habilidad de JZ -en lo político, un populista de izquierda- fue transformar lo que era una cuestión personal entre él y Mbeki en una tribal, acusando al ANC de haber sido secuestrado por los Xhosa (la "Xhosa nostra"), declarando ante las cortes sólo en isizulú (es capaz de hablar en 10 de los 11 idiomas oficiales del país), etcétera. Su estrategia conservadora y nacionalista (nación Zulú) no hizo sino exacerbarse en su campaña, aprovechando que en Sudáfrica la "identidad" siempre ha sido más importante que los "valores" al momento de unificar a la gente. Alcanzado el poder, JZ sacó a los Xhosa de casi todos los puestos jerárquicos del Gobierno, reemplazándolos con gente de su propia etnia o las aliadas, haciendo de KwaZulu-Natal la más favorecida económicamente del país. Mañana terminamos.

Cediendo el 0,81 por ciento, a 15.843,53 puntos, el Dow marcó la séptima merma de las ultimas nueve ruedas, acumulando un descenso del 1,58 por ciento. Muchas bajas; poca caída.