4 de enero 2022 - 00:00

El riesgo-país en contra

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Veíamos ayer como las últimas experiencias de una devaluación acelerada del dólar oficial no han sido buenas, al menos no para reducir a posteriori la suba de los precios, y si miramos a más largo plazo, tampoco para impulsar el crecimiento de la economía. De 1962 a esta parte, los años en que el dólar oficial experimentó un incremento en términos reales, se asocian a una baja coetánea promedio de 9% del PBI en dólares corrientes, y en aquellos en que bajó, a una suba de 15%. Así, es tentador culpar al exministro Kicillof y su devaluación de enero de 2014 por el 4,66% que retrocedió ese año el PBI, y más tentador aún apuntar a Prat Gay y su más significativa devaluación de diciembre de 2015 por el 6,26% que se achicó la economía en 2016 (a diferencia de “Minihill” y la caterva de progre/neo/derechosos acomodaticios, no olvidamos a nadie). El problema es que si bien es claro que la relación entre estos dos factores es “tóxica”, esto no responde la cuestión de quién viene primero, si el huevo (el decrecimiento) o la gallina (la devaluación). Por caso, es razonable pensar que cuando la economía “está mal”, la gente busca refugiarse en el dólar, lo que eventualmente fuerza a una devaluación del peso (que puede empeorar aún más la situación), mientras que si crece, la gente confía y tiende a tomar pesos sobre “billetes” (esto explicaría que la correlación “blue”/var. PBI, -54%, sea mayor que la “oficial”/var. PBI, -52% y que el efecto residual de las variaciones del PBI sobre el año siguiente, sean mayores que las del dólar oficial -21% a 3%-). A nivel macro la cosa es menos clara: mientras una devaluación se supone alienta las exportaciones, al mismo tiempo castiga el consumo local, por lo que su efecto sobre el PBI dependería de la estructura económica social. A riesgo de poner el carro delante de los caballos, entendemos el temor de más de un integrante del Gobierno a tomar el camino de una devaluación acelerada. Seguimos mañana. Con la Ciudad de Buenos Aires más vacía -vacacionistas y una temperatura de 36º mediante- y casi 75.000 almas sin fluido eléctrico, la primer rueda de la semana nos mostró al “blue” cediendo 0,96% a $206 y al S&P Merval sumando 2,49% a 85.579,11 puntos. El operado en acciones, $1.038 millones (19% abajo del diario de diciembre), partidos en 40 alzas, 2 sociedades sin cambio y 21 bajas, típico reflejo del inicio de las vacaciones. Con los principales ADR sumando en promedio 1,49% (15 alzas y 5 bajas), la nota discordante la dio la tasa de riesgo-país trepando 1.24% a 1.709 p.b.

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