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Francia: socialistas controlan Senado tras más de medio siglo
François Hollande, el favorito dentro del socialismo francés para quedarse con la candidatura presidencial, saludó el batacazo de la izquierda en el Senado como una señal de un cambio de tiempo político en su país.
A falta de confirmación oficial, el primer secretario en funciones del Partido Socialista, Harlem Désir, anunció al cierre de esta edición que su partido había conseguido los 23 escaños suplementarios que necesitaba para dar un vuelco en el Palais de Luxembourg.
Votantes
Ciento setenta de los 348 sillones estaban en juego ayer, dentro de una jornada electoral en la que debía renovarse la mitad de la Cámara alta por sufragio de los llamados «grandes electores». Los votantes fueron 71.890 diputados, consejeros generales, regionales y delegados de consejos municipales, pertenecientes a 44 circunscripciones.
«Esta victoria es el final de una larga lucha, así como de una anomalía democrática, debido a que se ha logrado, a pesar de un sistema de escrutinio particularmente desfavorable para la izquierda», comentó Désir. François Hollande, favorito del PS para enfrentar al oficialismo en los próximos comicios presidenciales, coincidió al afirmar que el resultado es «una descomposición del sistema Sarkozy» «premonitoria» para 2012.
El Senado francés nació en 1795, aunque su forma actual data de 1958, cuando se creó la V República. Desde ese año, la cámara siempre estuvo dominada por los conservadores. Su composición se renueva por mitades cada tres años, así que los electos del 25 de septiembre ocuparán su escaño hasta 2017.
Importancia
El presidente del Senado es la segunda personalidad en importancia del Estado francés, ya que reemplaza al presidente en caso de incapacidad y está presente en todos los actos institucionales. El cargo es ocupado ahora por Gérard Larcher, del partido conservador UMP que lidera Sarkozy. Su más que probable sucesor es el socialista Jean-Pierre Bel, que en los últimos años venía ejerciendo como jefe de filas de los socialistas en el Palais de Luxembourg.
Pese al giro en el Senado, el Gobierno francés podrá seguir apoyándose para aplicar su política en la Asamblea Nacional, la Cámara baja, a la que la Constitución da un papel preponderante. Eso sí, la izquierda mayoritaria en el Senado podría retrasar la adopción de los proyectos de ley aprobados.
La primera víctima del giro político podría ser la «regla de oro», el principio de vuelta al equilibrio presupuestario que Sarkozy quería incluir en la Constitución.
Según un dirigente oficialista, la propuesta «está muerta», ya que el Gobierno ha perdido la posibilidad de reunir la mayoría de tres quintos de los diputados y senadores necesaria para cambiar la carta magna. Asimismo, las discusiones sobre los presupuestos del Estado y de la Seguridad Social para 2012, que deben concretar las medidas de rigor del Gobierno, podrían resultar también complicadas.
Batalla dura
Sarkozy se ha vuelto un poco más popular en los últimos meses, pero sigue siendo uno de los presidentes que menos gustan de la Francia de posguerra y se enfrenta a una dura batalla por las elecciones previstas para abril. Los franceses están deprimidos por sus perspectivas económicas, el desempleo sigue siendo obstinadamente elevado y la crisis de la deuda europea volvió bajo examen a las finanzas públicas de Francia.
La vocera del Gobierno, Valérie Pécresse, reaccionó al anuncio del Partido Socialista diciendo que «lo sentía» por el presidente saliente de la cámara y por los senadores que no habían logrado renovar su escaño.
Agencias AFP, Reuters y EFE


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