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Gobierno apoyó a Moyano contra Techint
Hasta anoche las partes no estaban negociando, con lo que, de continuar la situación actual, el martes, a las 13, cuando venza la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo, Hugo Moyano volverá a bloquear las cinco principales plantas de Siderar. El sindicato de camioneros amenaza también con que esta vez extenderá el conflicto a todo el país y que la producción de todo el sector siderúrgico quedará paralizada. Además, Moyano tiene en sus planes, con la intervención de su hijo Pablo, impedir el tránsito en varias de las principales rutas del país, paralizándolo hasta que Techint acepte sus condiciones.
El ministro Florencio Randazzo se convirtió ayer en el vocero del Gobierno en respaldo de Moyano y contra la posición de la empresa. El ministro del Interior reclamó ayer al Grupo Techint «regularizar» la situación de los trabajadores que prestan servicios a esa compañía a través de terceras empresas, como pretenden los Moyano. Según el funcionario, Techint «tiene que poner a los trabajadores en condiciones legales, ni más ni menos, ni dramatizar ni querer pasar como víctima, cuando acá las víctimas son los trabajadores, que muchas veces trabajan en condiciones paupérrimas». Randazzo repitió así el discurso casi calcado que Moyano había dado el miércoles pasado, cuando se consideró además «liberado» para volver a los bloqueos contra Siderar.
El ministro consideró que la metalúrgica «es responsable solidaria con las empresas contratadas» de la situación de los trabajadores. Según Randazzo, «se está viviendo un proceso de transformación económica, social y cultural muy importante. Hace siete años teníamos un 27% de desocupación y ahora la discusión es por mejorar el ingreso de los trabajadores».
Ayer Siderar sostuvo su posición sobre que la empresa es ajena a este reclamo, y consideran que el planteo del sindicato debe dirigirse a las empresas transportistas. Aseguran, además, que no hay reclamo alguno del sindicato de Moyano a empresas transportistas, ya sea en forma directa, ante el Ministerio de Trabajo, o ante la Justicia.
Para el grupo Techint, la situación de los choferes en conflicto debe ser negociada entre las transportistas y el gremio de camioneros dentro del Ministerio de Trabajo, para lo que la empresa se ofrece como «facilitadora» de un acuerdo. Asegura, además, que el transporte de cargas es un servicio especializado realizado por empresas con tecnología, equipos y personal particular e independiente de la producción de acero, con lo que debe ser tratado como una cuestión laboral separada de la industria metalúrgica.
De estallar nuevamente el conflicto, y de llevarlo Moyano a los extremos prometidos, comenzarán rápidamente a afectarse industrias clave como las terminales, autopartistas, construcción, metalmecánica, maquinaria y artículos para el hogar, entre otras. Los efectos no serán igualmente inmediatos, ya que en muchos casos, especialmente entre las automotrices, hubo una compra acelerada durante los últimos días de chapas de acero, como prevención ante una eventual reaparición de los bloqueos. Habitualmente, las empresas trabajan con stocks de no más de dos días. Sin embargo, muchas de las compañías se abastecieron ya con compras para resistir al menos una semana.
Siderar es la única proveedora de chapa para la fabricación de autos, autopartes, los productos que forman parte de la llamada línea blanca -heladeras y lavarropas, entre otros- y también participa en la provisión de acero para la construcción.
Mientras duró el bloqueo del gremio de los camioneros, al mando de Pablo Moyano, hijo del titular de la CGT, varias compañías de esos sectores estuvieron a punto de bajar líneas de producción por falta de insumos. Un caso fue el de General Motors, que amenazó con frenar su producción en la planta de Alvear, a 15 kilómetros de Rosario, donde se producen 500 vehículos por día. En menor medida, también fue afectado por el conflicto el resto de las terminales: Volkswagen, Ford, Fiat, PSA Peugeot Citroën y Renault.
El freno en los despachos diarios de Siderar implica detener la producción de 2.000 autos por día (equivale a un 0,2% de las 700.000 unidades previstas por ADEFA, la asociación que reúne a las terminales). En línea blanca, en el mercado estiman que un freno en los despachos de Siderar ocasionaría una pérdida en torno a las 10.000 unidades diarias de lavarropas, heladeras y otros productos.
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