22 de junio 2012 - 00:00

Grecia va hoy por vendetta contra Merkel (en fútbol)

La canciller Angela Merkel y el jefe de Gobierno griego Andonis Samarás.
La canciller Angela Merkel y el jefe de Gobierno griego Andonis Samarás.
Una vez más, un partido de fútbol entre selecciones cobra un significado absolutamente extradeportivo. Es el caso del match por los cuartos de final de la Eurocopa que disputarán hoy los representativos de Alemania y Grecia, cuyos gobiernos quedaron en los dos extremos de la grave crisis económica que conmueve a ese continente.

La canciller germana Angela Merkel fue la que de manera más decisiva impuso la necesidad de un severo ajuste para poner en línea la economía griega, en ruinas después de años de dispendio en el gasto público y de falseamiento de los índices oficiales.

Tal como sucede en estos casos, la prensa -sobre todo la más sensacionalista- desplegó consignas como «Ahora traigan a Merkel» cuando Grecia pasó de ronda y se supo que su rival sería la siempre poderosa «Mannschaft».

Pese a estas apelaciones populistas, el ganador de los comicios del domingo pasado

-que tuvieron en vilo a Europa por sus implicancias en el futuro de la eurozona- fue el conservador Andonis Samarás, que prometió tratar de morigerar las durísimas medidas de austeridad que le impuso la Unión Europea, y en las que Merkel y sus funcionarios tuvieron un rol decisivo. Por eso la canciller germana es vista por los griegos como la cara del ajuste; una victoria sobre la selección de Alemania sería vista por los helénicos casi como una revancha contra las medidas de austeridad que Grecia deberá poner en marcha inevitablemente.

Los griegos presentes en el estadio de la mítica ciudad de Gdansk tendrán contra quién descargar su ira, al menos verbal: Merkel prometió asistir al encuentro. La vieja Dantzig (hoy Gdansk) era la cabecera de un corredor que, atravesando Prusia oriental -por entonces territorio alemán-, llegaba al mar Báltico para darle salida marítima a Polonia. Después de la Segunda Guerra Mundial Prusia oriental fue anexada al territorio polaco y se dio a la ciudad su denominación actual. Allí también comenzó a derrumbarse el régimen comunista cuando el sindicalista Lech Walesa y su gremio Solidaridad lo desafiaron y sentaron las bases para lo que años más tarde terminaría con la caída de Muro de Berlín y el posterior fin del imperio soviético.

Como se ve, los significados extrafutbolísticos del partido de hoy exceden incluso el presente. Mucho más prosaicos, los apostadores de todo el mundo que juegan on line en los sitios especializados claramente confían más en el rigor de la selección alemana que en el futuro de la griega: la «Mannschaft» es favorita 4 a 1 en las apuestas.

De todos modos, Kostas Katsouranis, la figura del representativo helénico, trató de separar la paja del trigo: «Vinimos a jugar al fútbol y no nos preocupa la política... para representar a nuestro país. Sabemos lo que están pasando en casa. Tenemos un nuevo primer ministro, así que si tienen preguntas sobre política, háganselas a él».

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