21 de diciembre 2016 - 23:08

“Hoy se estudia más el cerebro porque afecta a la economía”

• DIÁLOGO CON EL NEURÓLOGO CATALÁN NOLASC ACARÍN, QUE PRESENTÓ UN LIBRO SOBRE SU ESPECIALIDAD
Su libro “El cerebro del rey”, cuya lectura es accesible a cualquiera, se ocupa de temas como el sexo, la conducta, el envejecimiento y la muerte en relación al órgano por antonomasia de la especie.

Acarín. “El hombre es víctima de una de las 4 C: cerebro, corazón, cáncer y carreteras”.
Acarín. “El hombre es víctima de una de las 4 C: cerebro, corazón, cáncer y carreteras”.
Las revelaciones sobre los enigmas del cerebro, las enfermedades que lo atacan y los padecimientos que provocan, pasaron del interés de los científicos al de la gente común. Los libros y películas basadas en los estudios de Oliver Sacks, los libros y las charlas de Facundo Manes lo evidencian. Nolasc Acarín, académico catalán, médico, neurólogo y emérito de la Real Academia de Medicina de España vino a presentar "El cerebro del rey. Vida, sexo, conducta, envejecimiento y muerte de los humanos", que publicó RBA. Se trata de un libro de divulgación que recorre la vida del "rey de la creación" desde su alejamiento del resto de los primates a su inserción en los desafíos sociales, políticos y personales que provoca el alargamiento de la vida. En su visita a Buenos Aires dialogamos con él.

Periodista: ¿Por qué han crecido tanto los estudios sobre el cerebro?

Nolasc Acarín: Por interés económico. Hay enfermedades vinculadas al cerebro, como la depresión con sintomatología mental, el Parkinson con sintomatología motora o el Alzheimer con deterioro cognitivo, que rompen la vida a la mitad, cortan el ciclo productivo. Una depresión grave o la aparición del Parkinson es consecuencia de un trastorno molecular de las conexiones cerebrales. Cuando una persona de 45 años, luego de haberse formando en una empresa, tiene una enfermedad de ese tipo pasa de enfermo a inválido, deja el trabajo, y eso es un perjuicio económico para el empleado, para la empresa y para el Estado. A fines de los 80 todo comenzó con una iniciativa del Instituto de Salud Mental de los EE.UU.: se mostró que 50 millones de estadounidenses son afectados cada año por trastornos relacionados con el cerebro, incluyendo enfermedades mentales graves, cuyo tratamiento, rehabilitación y mantenimiento representa un gasto total de 305 mil millones de dolores anuales a valores de 1989. En enero de 1990 el presidente George Bush lanzó la "Década del Cerebro" teniendo claro el incremento de enfermedades mentales, y con el fin de estimular los avances logrados en la comprensión de los procesos patológicos cerebrales. Se hizo un cambio en la ley de mecenazgo que provocó que el fondo para la investigación científica creciera en forma exponencial. Así el cerebro se convirtió a partir de ahí en el gran tema.

P.: ¿Ese interés científico del Estado partió sobre todo de las perturbaciones que provoca el alargamiento de la vida y el incremento de las patologías cerebrales?

N.A.: Permítame empezar por nuestros parientes para poder entender el asunto. Las chimpancés, gorilas y orangutanes mueren alrededor de los 50 años. Si a los 45 tuvieron la menopausia, que es lo habitual, y han dejado de procrear, su existencia desde el punto de vista biológico no tiene ningún sentido. El objetivo de la existencia es transmitir nuestro paquete genético a la siguiente generación, los hijos. Luego de eso la existencia pierde sentido, y todos los primates mueren pocos años después, excepto nosotros. El sapiens tiene capacidad de supervivencia porque tiene una infancia más larga, y un período de aprendizaje que necesita más maestros. Desde hace 30.000 años vivimos en una sociedad tecnificada donde aprendemos las habilidades para producir y usar herramientas, desde un arco a una computadora; aprendemos a saber qué hierbas son las buenas y cuáles no; para eso se necesita tiempo y maestros. Y los maestros son los ancianos de la tribu, porque los padres van a cazar y a cosechar. Sin ancianos ni usted ni yo hoy estaríamos aquí. Junto con el lenguaje y los hábitos sexuales, la longevidad es uno de los caracteres más específicos del primate humano.

P.: ¿La existencia tiene hoy unos de sus límites en la enfermedad cerebral?

N.A.:
En las 4 C: cerebro, corazón, cáncer y carretera. Se ha avanzado mucho en corazón, en oncología, y en cerebro. "La Década del Cerebro" de EE.UU. fue luego aprobada por muchos otros países. La investigación en neurociencias es casi una moda, interesa al mundo científico y por extensión a la opinión pública. Pero el arranque fue la presión económica del salto demográfico, el envejecimiento poblacional, el Alzheimer y la demencia que avanzan a medida que se avanza en la vida. En España el costo de una persona con Alzheimer es de 30.000 euros al año, si se multiplica por 800.000 personas que pueden tener una forma de demencia, eso destroza cualquier presupuesto en salud. Y ningún político en campaña se animará a decir "Vótenme, que les voy a subir los impuestos para cuidar a los ancianos enfermos". Bueno, nosotros vamos a intentar ser como Sócrates, Tiziano, Picasso o Ernst Jünger vitales y creativos hasta el último de nuestros días.

P.: ¿Qué buscó transmitir con "El cerebro del rey"?

N.A.:
Que somos, como lo dijo Darwin hace 150 años, un producto más de la evolución. Nos engendran, crecemos, nos reproducimos, envejecemos y morimos dentro de un encuadre de evolución general, como cualquier otro animal. Gracias a Donald Hebb sabemos que, a partir de la estimulación, nuestro cerebro cambia, se amplia. Entonces si tenemos 30 mil genes nuestra conducta puede estar influida por ellos, pero no está dirigida por ellos sino por lo que hemos aprendido y lo que llamamos nuestra identidad, ya que tenemos billones de sinapsis, de conexiones cerebrales, y eso dirige nuestra conducta. He escrito y reescrito "El cerebro del rey" de modo que lo pueda leer cualquier persona aunque no tenga formación biológica o médica. Lo he armado para que se lo lea de corrido o salteando, según los temas de interés, de por qué el placer es una estrategia de la naturaleza, a diferencia de la identidad sexual, del alma, la conciencia y la memoria.

P.: ¿Cuál es su próximo libro?

N.A.:
Uno sobre Alzheimer donde comento cuáles son los problemas personales, familiares y estatales que provoca la enfermedad, cómo aparece, los modos de desarrollo, los avances médicos y la técnicas para alejar ese mal.

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