3 de agosto 2015 - 00:00

Humberto Rivas: el arte de transmitir climas de ausencia

La mirada intensa de Rivas supo captar la poética del misterio, del silencio, la presencia y la ausencia de algún ser humano que habitó los lugares que fotografía.
La mirada intensa de Rivas supo captar la poética del misterio, del silencio, la presencia y la ausencia de algún ser humano que habitó los lugares que fotografía.
En Rolf Art, galería dedicada a la fotografía contemporánea, se exhibe "Lo obvio y lo obtuso", del destacado artista Humberto Rivas (Buenos Aires, 1937- Barcelona, 2009).

En una apretada síntesis sobre su quehacer, Rivas estudió Bellas Artes, la pintura era tan importante como el cine y éste fue el disparador de su afición por la fotografía. Realizó su primera muestra fotográfica en la galería Galatea en 1959, participó del célebre grupo renovador Forum, entre cuyos integrantes estaban Sameer Makarius, Lisl Steiner, Pinélides Fusco. Se incorporó al Di Tella del que fue fotógrafo oficial y los retratos de ese momento se convirtieron en emblemáticos: Borges, Gambaro, Noé, Distéfano, Macció, Aizenberg, Germaine Derbecq, quien lo invitó a exponer en su galería, la mítica Lirolay. Su actividad fotográfica y pictórica era intensa pero en 1968 dejó de pintar y hasta rompió los cuadros que tenía.

A raíz del advenimiento de la dictadura en 1976 se radicó en España, convirtiéndose desde entonces en un referente de la fotografía creativa y maestro de generaciones de fotógrafos. Es imposible, por su vastedad, mencionar sus exhibiciones individuales y colectivas en Europa así como su tarea docente en España, Portugal, México y Argentina. Fue galardonado con importantes premios, entre ellos, el de Artes Plásticas de Barcelona (1997), Premio Nacional de Fotografía Ministerio de Cultura Español (1998), Premio Konex de Argentina (1999) y el Konex a su trayectoria (2012).

En 2014 Ediciones Lariviere de Buenos Aires publicó "Humberto Rivas. El silencio", con textos de Nelly Schnaith, Horacio Fernández, Luisa Ortiz, Griselda Gambaro y María Helguera. También en 2014 se realizó en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta la primera exposición antológica de su producción bajo la curaduría de Adriana Lauría, inolvidable muestra de 150 obras, retratos, bodegones, personajes, paisajes y humildes poblados del noroeste argentino, vistas urbanas de Europa, las huellas y ruinas de la Guerra Civil Española.

En esta muestra de alrededor de 20 obras se incluyen paisajes interiores y exteriores de las décadas del 70 y del 80. Según un texto de Miguel Fernández -Cid de 2008- "Humberto Rivas, en pleno auge de una fotografía digital con mucha información y detalle, sigue fiel a una práctica más cercana al misterio, pero sin ánimo de resistencia. Su estética es precisa, casi minimalista: luz y enfoque...".

La mayoría de las obras expuestas remiten a exteriores urbanos a partir de su radicación en Barcelona. Vidrieras cerradas, muros de ladrillos de casas o fábricas abandonadas, ventanas y puertas tapiadas, callejones, paredes descascaradas, con grietas, como las arrugas o pliegues de la vejez de sus retratados. Un clima de desolación impera en esas fotos. También aparecen, nostálgicas, las imágenes de casas bajas, deshabitadas, tomadas tanto en Galicia como en nuestra Corrientes. La iluminación es acorde con esas señales de desolación y también de decrepitud.

De 1979 se exhiben obras que remiten a interiores empapelados con flores que combinan con la colcha arrugada de una cama o en fragmentos de una pared de una casa deshabitada en Londres. Estos paisajes sin figuras humanas remiten a tiempos pasados, quizás lo que queda de un tiempo de grandeza, de seres anónimos que por allí pasaron, lo que invita a fabular alguna historia. Fotos, en general, de pequeño formato en las que la mirada intensa del artista supo captar la poética del misterio, del silencio, la presencia y la ausencia de algún ser humano que habitó esos lugares.

El artista señaló en un reportaje que "me importa mucho qué es lo que transmite la imagen y si hay angustia en un paisaje esto es lo que debe transmitirse en la fotografía. Creo que ninguna palabra puede añadir nada a mis imágenes quizás por eso lo del silencio". De allí que el título de la muestra remite al ensayo de Roland Barthes a propósito del análisis semiótico y los distintos niveles de sentido de la imagen fotográfica, de aquello que no puede describirse con palabras pero que síse puede en sus imágines .Clausura el 16 de octubre (Posadas 1583 PB "A").

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