13 de abril 2016 - 00:14

Industria en ajuste y recalculando a futuro

El año comenzó con la misma heterogeneidad sectorial con la que culminó en 2015. El ajuste macroeconómico preocupa por los efectos inmediatos. La fuerte suba de tarifas y el fantasma de una apertura indiscriminada de importaciones están entre las mayores preocupaciones. En el mediano plazo, algunas empresas quedan ante el desafío de idear un nuevo perfil.

Industria en ajuste y recalculando a futuro
La foto de la primera parte del año para la industria parece ser un fotograma más de la película que se viene proyectando en los últimos cuatro años.

Un contexto de amesetamiento, con altibajos mensuales y heterogeneidad hacia el interior de los distintos sectores.

Claro que el inicio del año agrega el factor del ajuste macroeconómico que lleva adelante el Gobierno, lo que produce sensaciones dispares entre los industriales que se debaten entre las preocupaciones actuales devenidas del tarifazo de servicios y el temor a la apertura importaciones, y la expectativa de que pasado el cimbronazo del redireccionamiento de la política económica, la producción nacional empiece a mostrar signos de recuperación a fines de este año.

Presiones

En febrero, la producción industrial cayó un 1,6%, cerrando el primer bimestre con un avance interanual del 1,5%, según la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados (OJF). Este avance, sin embargo, se explica debido a que las actividades industriales vinculadas al sector agropecuario exhibieron un dinamismo "inusual", asociado a la mayor liquidación de divisas tras los acuerdos de los agroexportadores con el Gobierno.

"El año pasado la industria cayó un 0,8% y la proyección que tenemos para este año es de una caída del 1,5%. Esto tiene que ver con cuestiones internas, como la contracción del consumo y la inflación y también por cuestiones externas, en donde está influyendo de forma directa Brasil, que el año pasado cayó un 9% en términos fabriles y este año va a retroceder un 5%", explico José Urtubey, directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), en diálogo con Ámbito Biz.

En cuanto al comportamiento que se espera en los primeros seis meses del año, el director de Abeceb, Dante Sica, analizó: "Hay dos cuestiones, por un lado el proceso de ajuste macroeconómico para quitar los desequilibrios que afectaban la normalidad del mercado y por otra parte un contexto internacional, en especial Brasil, un poco más duro y todo eso repercute mucho". En la misma línea, Fausto Spotorno, director de Centro de Estudios Económicos de OJF, explicó que con el ajuste macroeconómico "lo que el Gobierno está buscando es obtener beneficios de largo plazo. En el corto plazo van a estar todos sufriendo un poco, y es posible que en la pyme el dueño tenga que vender los dólares que pudo ahorrar, porque le va a convenir más eso que estar endeudándose a tasas altísimas para financiar el capital de trabajo".

En un contexto en donde se evidencia además una caída del consumo interno producto del reacomodamiento de distintas variables económicas y con una inflación que no cede, la Unión Industrial del Chaco (UICh) realizó una encuesta entre sus asociados.

En febrero, el 47% de los encuestados respondió que las ventas cayeron respecto del mes anterior, en términos interanuales el número sube al 49%. En cuento a las perspectivas para los próximos tres meses, el 46% piensa que las ventas se estancarán, el 16% que las ventas van a disminuir.

"Hay una contracción muy importante en el nivel de ventas. Faltan políticas claras del Gobierno nacional, porque salvo algunos anuncios, todavía no conocemos el programa económico. Todavía no se sabe cuál es la política industrial de este Gobierno, porque venimos de 12 años de protección a la industria y hoy está entrando cualquier cosa", advirtió Andrés Irigoyen, presidente de la UICh.

Tarifas

Los industriales aceptan que durante años el esquema de tarifas subsidiadas a la energía los hizo vivir en una irrealidad, pero lamentan que el Gobierno no haya dado previsibilidad ante el nuevo cuadro tarifario, que en el caso de algunas pymes implican subas de más del 500%.

"En el área metropolitana de la provincia es donde impacta más fuerte la suba de la tarifa eléctrica. El problema es que nadie niega que había un retraso tarifario, el tema es la manera. Habría que haber buscado una forma escalonada, trabajada en conjunto para que ese impacto en la pyme industrial se pueda ir absorbiendo", se quejó Pablo Reale, presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA).

En ese sentido, Urtubey advirtió que "desde el Gobierno hay que acompañar algunas medidas con otras decisiones, porque por ejemplo, el sinceramiento tarifario repercute en la competitividad de casi 7 mil establecimientos industriales que se van a ver afectados".

Reconversión

En un escenario en donde comienzan a modificarse algunos paradigmas que dominaron la era K, la industria en general, y las pymes en particular, se enfrentan a un panorama en el que quizás deberán en algunos casos reconvertirse de forma drástica y en otros buscar soluciones puertas adentro.

En lo que hace al recálculo de variables internas, Reale consideró: "Llevar la tarifas a un valor razonable en función de que estuvo 14 años muy quieta, hace que las empresas tengan que pensar seriamente en lo que es la eficiencia energética, ya que antes una tarifa tan baja no incentivaba a invertir en algo que jamás iba a recuperar porque la tasa de retorno era inexistente. Claro que las empresas en este nuevo escenario deben pensar en la reconversión pero eso requiere de condiciones de soporte desde el Estado porque por ejemplo con tasas del 40% de referencia no hay posibilidades de tomar crédito para la inversión que requiere la eficiencia energética".

"En el pasado se generaron un montón de estímulos artificiales y empezaron a aparecer empresas en esas distorsiones. El problema es que a mediano plazo uno sabe que esa distorsión hay que eliminarla. Y ahí la función del Gobierno es decirles a esas empresas que se tienen que reconvertir porque no van a poder seguir viviendo en esa distorsión que se va a eliminar", analizó Spotorno.

Con una mirada de mediano plazo similar, Sica explicó que "se va a una economía un poco más abierta, pero el Gobierno también está planteando tener un perfil industrial y cuidar el empleo. Es una etapa de transición en donde hay señales de largo plazo del Gobierno, a la vez que señales de corto plazo que quizás sean un poco más contradictorias, pero es propio de un semestre muy duro. En principio, ninguna importación desplazó producción local, que ese es el mayor fantasma que hay. En los próximos años se va a ver que algunos que producían se harán importados, otros cambiarán de rubro y va a haber un reacomodamiento. Algunos sabían que esta política tenía fecha de vencimiento y están tratando de buscar nuevos negocios que sean sustentables dentro de lo que son sus fábricas".

Sectores

Los altibajos entre los distintos sectores industriales viene siendo una constante en los últimos cuatro años, en donde dependiendo de factores exógenos y/o endógenos algunos registran un mayor nivel de actividad que otros.

En el actual escenario, se mantendrá la misma tendencia durante todo el año. La principales caídas las sufrirán la venta de electrodomésticos con un retroceso del 5,3%; la producción automotriz, con el 3,9%; la de petróleo y gas, el 1,5%; el textil con el 1,2% y la siderurgia con un 1%, según estimaciones de Abeceb. Pero habrá otros que cerrarán el año en alza, tal el caso de exportaciones mineras que crecerán un 4,4% y agroquímicos

"Se está viendo que todos los sectores que estaban destinados al mercado interno están teniendo un nivel de caída, algunos más fuerte y otros más débil. Los sectores de exportación están teniendo una mejora en la rentabilidad y en su nivel de expectativas con respecto a su nivel de actividad futuro", explicó Sica.

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