Gabriela Michetti y el primer candidato a legislador porteño de PRO, Fernando De Andreis, ayer en un acto con niños que jugaron al fútbol en Barracas y portaron carteles de campaña.
Gabriela Michetti condujo anoche una reunión con cerca de 500 macristas a los que dio cita en la sede del sindicato de canillitas de la Capital Federal, un local prestado para la ocasión, con la idea de convencerlos de la necesidad de que no abandonen la campaña y se plieguen a salidas callejeras. La queja sobre que la campaña «está floja» que plantearon la semana pasada en una mesa chica ante el jefe de esa actividad, Horacio Rodríguez Larreta, decidió a la candidata a participar directamente en la organización, pero ante una suerte de plenario PRO. En el macrismo creen que a pesar de los augurios de los encuestadores, la presencia en los barrios de grupos de convencimiento de votantes tiene que intensificarse más de lo que hasta ahora se ha desplegado. Por eso allí, junto a legisladores y candidatos, se dio curso a la propuesta de que cada uno de los presentes se comprometiera a multiplicarse por diez, llevando aliados, nuevos o conocidos, a las recorridas que planifican para este fin de semana, es decir, con grupos de timbreadores que difundan la candidatura de la ex funcionaria.
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«Somos 500 y cada uno de nosotros tenemos que llevar diez más a esta campaña», se promocionó desde el micrófono del auditorio que compartieron Larreta, Michetti, el candidato a legislador porteño Fernando De Andreis, y el diputado local Martín Borrelli, entre otros. La salida fue extensa, ante los militantes que quisieron fotografiarse con la candidata.
«Intentamos inyectar un envión de entusiasmo a la campaña en los últimos días», explicaron los organizadores acerca de la convocatoria.
Es la primera campaña electoral que Mauricio Macri afronta desde que ocupa el cargo para el cual compitió dos veces, pero a la facilidad que da esa posición en estos avatares parece jugar como un obstáculo que una buena porción de dirigentes no renueva banca, y por otro lado, que Michetti debe afrontar también las críticas a la gestión que pudieran hacerse. A ese temor le atribuyen el cambio de agenda que ocurre casi a diario, anunciando actos que luego se cambian de lugar y de tema, como un reflejo a la posibilidad de escraches, según dan cuenta en el macrismo.
Por ejemplo, hoy Michetti tiene previsto asistir a la puesta en marcha del nuevo Centro de Monitoreo Urbano, donde se registran las imágenes de las cámaras dispuestas en distintos puntos de la Ciudad, como parte del plan de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. La visita fue anunciada para la semana pasada, pero finalmente se suspendió. «Tenemos un montón de temas que queremos difundir y la forma y el lugar los decidimos por las mañanas», precisó Michetti para explicar los cambios de programación diarios.
Ayer por la mañana, la candidata desayunó en la Cámara Argentina de Comercio; por la tarde, se tomó fotografías junto a niños que disputaron un River-Boca, en el Club Barracas Juniors, para llamar al «consenso» a los partidos políticos que competirán en el cuarto oscuro de junio, y reclamó más «diálogo» entre los postulantes.
«El desafío de la dirigencia política es integrarnos a través del diálogo, que es una herramienta muy poderosa», sostuvo la candidata.
«Una de las mayores diferencias entre los argentinos se da en el fútbol, y por eso, a través de este juego, queremos transmitir hoy el valor del diálogo y de la importancia de escuchar a los demás», explicó Michetti para justificar el partido que jugaron los niños.
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