Israel se encontraba ayer bajo presión internacional para sopesar los riesgos de invadir Gaza sin asegurar la protección de la población del enclave palestino, hostigada por bombardeos desde el letal ataque llevado a cabo por Hamás el 7 de octubre.
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Israel bajo presión internacional ante inminente ataque terrestre
Presidentes y autoridades piden proteger a los civiles. En el enclave se están agotando las reservas de agua, electricidad y comida.

La Franja de Gaza está en una situación humanitaria crítica y sus hospitales se enfrentan a un “colapso total”, alertaron médicos palestinos, que denuncian la falta de combustibles y la escasez de medicamentos.
Israel mantiene además el territorio de 362 km2 y 2,3 millones de habitantes bajo estricto asedio y desplegó frente a él decenas de miles de soldados, con vistas a una posible invasión para “aniquilar” el movimiento islamista Hamás.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, destacó que Israel debe hacer “todo lo posible” para proteger a los civiles, aunque aseguró que no exigió en ningún momento al gobierno de Netanyahu retrasar una incursión.
El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió desde El Cairo, junto a su par egipcio Abdel Fatah al Sisi, que una operación terrestre “masiva” en Gaza sería un “error” porque pondría “en peligro la vida” de civiles “sin proteger a Israel a largo plazo”.
Macron, que subraya el derecho de Israel a defenderse, cree igualmente que una invasión terrestre “sería incompatible (...) con el derecho internacional e incluso con las leyes de la guerra”.
Sisi advirtió igualmente que una “invasión terrestre” de Gaza provocaría “muchas, muchas víctimas civiles”.
La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) indicó que podría verse obligada a cesar sus actividades en Gaza por la falta de carburante.
En el enclave se están agotando igualmente las reservas de agua, electricidad y comida.
La ONU calcula que más de un tercio de los 35 hospitales de la Franja están fuera de servicio por los daños sufridos en los bombardeos o por la falta de combustible.
“Los hospitales están en un estado de colapso total”, alertó Mohammed Abu Selmeya, director del hospital Shifa, el mayor de Gaza.
“Más del 90% de los medicamentos y productos se han agotado”, advirtió subrayando la urgencia de conseguir combustible para los generadores, claves para el funcionamiento del establecimiento.
La ayuda humanitaria empezó a entrar a cuentagotas a Gaza, aunque no incluye el preciado carburante.
Desde el sábado, apenas 70 camiones cruzaron el paso de Rafah, en la frontera con Egipto. Según la ONU, se necesitarían al menos 100 por día.
Israel se niega a permitir la entrada de combustible, alegando que beneficiaría a Hamás.
Una vez que los generadores dejen de funcionar, los hospitales “se convertirán en morgues”, advirtió la Cruz Roja.
Ahmad Abdul Hadi, cirujano ortopédico del hospital Nasser, dijo que debió operar a varios heridos sin anestesia. “No hay suficientes productos anestésicos”, pero “los heridos están sufriendo mucho, por lo que no podemos esperar para operarlos”, explicó.
Agencia AFP
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