23 de diciembre 2013 - 00:00

La CIA se desplegó en Colombia para liquidar a las FARC

Las revelaciones se conocieron en momentos en que el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla negocian un acuerdo de paz. En el lapso de estas conversaciones, las FARC se adjudicaron varios ataques, como el ocurrido el 7 de diciembre en el departamento del Cauca y que dejó siete muertos, entre civiles y policías.
Las revelaciones se conocieron en momentos en que el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla negocian un acuerdo de paz. En el lapso de estas conversaciones, las FARC se adjudicaron varios ataques, como el ocurrido el 7 de diciembre en el departamento del Cauca y que dejó siete muertos, entre civiles y policías.
Washington - Estados Unidos y Colombia fortalecieron su ya estrecha relación militar desde 2000 con la puesta en práctica de un programa secreto de la CIA que ayudó a Bogotá a asesinar a una veintena de guerrilleros de las FARC utilizando el sistema empleado para luchar contra Al Qaeda, reveló ayer el diario estadounidense The Washington Post.

Aunque la colaboración entre ambos países estaba canalizada a través del Plan Colombia, el programa secreto -que fue autorizado por George W. Bush y mantenido por Barack Obama- contó con un presupuesto adicional de 9.000 millones de dólares, fue coordinado directamente por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) e incluía la utilización de bombas inteligentes guiadas por sistemas de GPS.

De acuerdo con la investigación, el número de operaciones de esas características aumentó desde la llegada a la presidencia de Colombia de Juan Manuel Santos en 2010, especialmente en los últimos dos años.

The Washington Post, que cita como fuentes a funcionarios diplomáticos y de inteligencia de ambos países, fechó el inicio formal de las operaciones en 2003, justo después del secuestro por parte de las FARC de tres contratistas estadounidenses tras estrellarse su avión en la selva. Bush encargó la gestión a George Tenet, entonces director de la CIA, quien ordenó la creación la Célula de Fusión de Inteligencia de la embajada estadounidense en Colombia, conocida informalmente como "el Búnker".

Desde esa oficina se diseñó el plan de inteligencia que incluía la localización de líderes de las FARC y, en menor medida, del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y la identificación de sus vínculos con organizaciones de narcotráfico y lavado de dinero. Los grupos paramilitares que también tenían relaciones con los carteles de narcos fueron excluidos de los blancos.

A través de sofisticados sistemas de localización por satélite, similares a los utilizados por Washington en Afganistán e Irak, los analistas de la CIA ubicaban los campos guerrilleros y pasaban luego información al Ejército colombiano.

Sin embargo, ante los pocos resultados logrados, en 2006 el presidente colombiano Álvaro Uribe solicitó a Bush el inicio de operaciones similares a la que eliminó al entonces jefe de Al Qaeda en Irak, Abu Misab Al Zarqawi.

Tras ese encuentro, la CIA propuso colocar sistemas de guía Paveway sobre bombas de gravedad MK-82, que permite convertir a esos explosivos en bombas inteligentes dirigidas por satélite.

La primera operación de esas características se llevó a cabo en el oriente de Colombia en septiembre de 2007 contra Tomás Medina Caracas, conocido como "Negro Acacio", y se saldó con la muerte del líder guerrillero. Las misiones tenían todas las misma estructura: primero, el bombardeo de precisión sobre la ubicación seleccionada; después, bombardeos generalizados con aviones Embraer A-29 SuperTucanos; a continuación, se ametrallaba la zona con AC-47, y, finalmente, tropas colombianas transportadas en helicópteros Black Hawk recogían los restos, a los heridos y equipos electrónicos.

Hasta 2010, las bombas inteligentes estaban encriptadas para que Colombia tuviese que pedir autorización a Estados Unidos, pero desde ese año Washington entregó a Bogotá el control completo sobre los ataques.

La operación estrella, y la más polémica, fue la que se lanzó contra Raúl Reyes, considerado número dos de las FARC, en febrero de 2008 en la frontera entre Colombia y Ecuador.

Los aviones colombianos, guiados por los informes de la CIA y sin salir del espacio aéreo de Colombia, bombardearon el campamento del líder guerrillero, situado al otro lado del río Putumayo, en el lado ecuatoriano, y posteriormente tropas colombianas se llevaron los restos del ataque. Se trata de la primera vez que se detalla la participación activa de la CIA en dicho ataque.

El general Manuel José Bonnet, excomandante del Ejército colombiano, afirmó que la ayuda empezó inclusive antes de la implementación del llamado Plan Colombia. "Siempre hubo una relación muy estrecha con la inteligencia americana, ya que los intercambios de información son frecuentes para un lado y para el otro, porque así es como se opera", dijo.

Agencias EFE, DPA y ANSA

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