18 de marzo 2013 - 00:00

La Iglesia toma la Plaza

Julio Alak
Julio Alak
El dogma es inapelable: el que gana conduce y el que pierde acompaña. Los fieles argentinos saldrán hoy a copar la Plaza de Mayo en una jornada donde se iniciará la vigilia previa a la entronización de Jorge Bergoglio como el papa Francisco, al frente de una grey de aproximadamente 1.200 millones de católicos en todo el globo terráqueo.

Más allá de la convocatoria espiritual motorizada por el Episcopado y por el Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires, la concentración, que comenzará esta noche a partir de las 22.30 frente a la Catedral Metropolitana, tendrá inexorablemente una lectura política. La Presidente celebró la elección de un sumo pontífice argentino y será la primera mandataria en entrevistarse con Francisco. Habrá un pedido para que el Papa, confeso defensor de la causa Malvinas, interceda ante el Reino Unido para facilitar una mesa de diálogo. Sin embargo, desde el Vaticano ya se filtró la postura oficial del Santo Padre. Más allá de una discreta gestión de buenos oficios, Bergoglio dejó de ser un pastor argentino para convertirse en un pastor de la Iglesia universal.

El Arzobispado porteño espera para este atardecer una masiva movilización de fieles, que podría alcanzar los cien mil feligreses en las calles. El escenario principal se montará frente a la Catedral, de espaldas a la Casa Rosada, con dos pantallas gigantes a cada lado. Se presentarán artistas en vivo: Axel, El padre César y los Pecadores -el mismo que acompañó a Pappo y a Pity de Viejas Locas-, el grupo folclórico La Tranquera y Buenos Aires Nueva Evangelización. La Plaza estará abierta a todos por igual y no habrá sectores vip ni para autoridades nacionales o locales, ni tampoco para invitados especiales. La vigilia se extenderá hasta la madrugada del martes, cuando comenzará la ceremonia oficial en la Basílica de San Pedro, con la proyección de videos separados por bloques temáticos a cargo de diferentes curas que guiarán las oraciones: la Paz, el Amor, la Misericordia y el Perdón, dos de los ejes del primer ángelus de Francisco.

Tensa calma

Será una jornada de tensa calma para el oficialismo, que desde la primera presidencia de Néstor Kirchner estigmatizó a Bergoglio como el jefe oculto de la oposición. En cualquier otro contexto que no fuera la entronización de un papa argentino, esta arenga a movilizar fieles hubiese sido leída como un desafío del poder celestial al poder terrenal. Cristina de Kirchner deberá procesar ahora el síndrome del 54,11 por ciento de los votos obtenidos en 2011 frente a un sumo pontífice peronista que se eleva para gobernar a una Iglesia de 1.200 millones de fieles. La empresa transnacional de valores más grande y poderosa de Occidente.

Cristina de Kirchner tomó nota de la dimensión histórica del acontecimiento y firmará la pax romana con Bergoglio. Incluso extendió una invitación oficial a la exsecretaria de Derechos Humanos Alicia Oliveira, quien salió en defensa del Arzobispo porteño y cardenal primado en medio de la campaña de un acotado sector del kirchnerismo que acusaba a Bergoglio de ser cómplice de crímenes de la última dictadura. El papa jesuita devolvería gentilezas y confirmaría a monseñor Pedro Candia al frente del Obispado Castrense para sepultar la polémica en torno a monseñor Baseotto, quien fue removido mediante un decreto del expresidente Kirchner en 2005. Baseotto había recurrido a una cita bíblica para proponer que "quienes escandalizan a los niños" merecen "ser arrojados al mar con una piedra de molino atada a su cuello", una alegoría de los vuelos de la muerte. Si Bergoglio ya representaba un escollo como jefe del Episcopado y luego como arzobispo porteño con pedido de jubilación, ahora la relación con la Santa Sede deberá ser manejada con extrema prudencia y equilibrio. Antes del viaje de la comitiva presidencial, que arribó ayer a Roma, el último contacto Gobierno-Iglesia se produjo hace 15 días, con anterioridad al cónclave. Fue un llamado telefónico de Julio Alak a Arancedo para quejarse por el las críticas de la Comisión de Justicia y Paz a la reforma judicial anunciada por la Presidente ante la Asamblea Legislativa el 1 de marzo. Queda pendiente, además, el proceso de reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial que introduce artículos anticlericales como el divorcio exprés, el alquiler de vientres y los contratos prenupciales. Estos proyectos podrían ser desempolvados en este primer semestre, antes de la visita de Francisco a Brasil y a la Argentina en julio, cuando opere el cierre de candidaturas de cara a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias de agosto.

No sólo el peronismo kirchnerista se mueve con extrema precaución frente al nuevo jefe de la Iglesia Católica. También Sergio Massa y Facundo Moyano preparan una comitiva de jóvenes dirigentes para viajar a Roma, cuando ya haya detonado la campaña electoral para las elecciones legislativas de octubre, donde se definirá matemáticamente si el Frente para la Victoria accede al número necesario de diputados y senadores para impulsar una eventual reforma constitucional. Bergoglio ya se pronunció al respecto cuando avaló la candidatura del obispo Joaquín Piña en Misiones para frenar la re-re indefinida de Carlos Rovira.

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