«Aranha» se llama la muestra que la misionera Mónica Millán inaugura hoy en la galería Oscar Cruz de San Pablo. Las voluptuosos dibujos y pinturas de Millán, cuyo origen se remonta a las formas de la selva, han adquirido la condición de una joya, que atrapa las miradas con su magnetismo. El barroquismo de la obra inspira un texto iluminado y también barroco del catálogo, escrito por Eduardo Stupía, que habla de una obra que es «motivo de asombro y maravilla». Así describe: «La gramática celular de Millán no intenta engañar al ojo con trazos pasajeros de falso detallismo efectista; su dibujo, tan hipersensible como maniático en su precisión, inscribe y define pacientemente cada milímetro, cada molécula, cada segmento de esa puntillosa erupción. [.] El color, que la artista hasta ahora había concentrado casi exclusivamente en la amorosa modulación de sus cerámicas y en la temperatura casi carnívora de sus sobrenaturales flores y plantas tejidas, es convocado en irrupciones, emparches y agregados de cintas, retazos, bordados y costuras [.], Son apariciones de un enorme poder evocativo, candorosos fetiches del íntimo costurero cotidiano que operan como vibrantes inserciones geométricas, cromáticas, matéricas y texturales para alterar la biología visual de la artista, mientras remiten a la fidelidad biográfica, espiritual y casi animista que Millán cultiva en relación al hábitat artesanal, ecológico y físico de su tierra natal».
A.M.Q.
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