23 de junio 2014 - 23:49

La variable "buitre" dentro de la decisión de inversión

La pelea con los fondos buitre se metió en las empresas que siguen atentas su desenlace. Si bien la actividad económica e industrial no presentan un contexto favorable para la rentabilidad, el riesgo técnico de un default amenaza la posibilidad de conseguir financiamiento externo y eso perjudica las proyecciones de las compañías. Empresarios y economistas de los principales candidatos evalúan el impacto real sobre las compañías y las posibles resoluciones del conflicto.

La variable buitre dentro de la decisión de inversión
Los fondos buitre roen lento, a la vista de todos, las puertas del Banco Central a la espera de una resolución favorable para ellos, pero perjudicial para el Estado, de la deuda de u$s 1.330 millones defaulteada en medio de la crisis de 2001. Los empresarios no hacen la vista gorda y dentro de sus compañías actúan en consecuencia de esa presencia rapaz. La variable "holdouts" se toma en cuenta dentro de la ecuación productiva y define la inversión de muchas compañías, con diferentes matices, desde el primer fallo adverso al país a fines de 2012 cuando el Gobierno se encaminaba a un reingreso limpio al mercado de capitales.

Si bien la actividad económica e industrial no presentan un contexto favorable para la rentabilidad, el riesgo técnico de un default amenaza la posibilidad de conseguir financiamiento externo y eso perjudica las proyecciones de las empresas. "El impacto más directo, los vaivenes por la deuda impaga, es la incertidumbre que genera y por eso creo que el segundo semestre va a ser un calco del primero", alertó Mario Blejer, hombre de la Universidad de Chicago que piloteó el BCRA en la turbulencia de 2002. El economista que respalda la gestión de Daniel Scioli en la provincia especuló ante Ámbito Biz que si se resuelve la problemática buitre se normalizará el crédito porque se abrirá el acceso a los mercados. "Entonces ahí sí habría buena 'performance' de la inversión y se disiparía la incertidumbre", proyectó.

Coincidió con este pronóstico Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Ciudad. "Si la relación de la Argentina con el mundo se regulariza resolviendo este problema puntual, seguramente cambiará el clima y el panorama no sólo será estable sino que mejorará", vaticinó. Para el diputado del PRO, el tablero puede darse vuelta de manera sencilla por el bajo nivel de endeudamiento del país con privados y organismos multilaterales. De acuerdo con las últimas estadísticas del Ministerio de Economía, a septiembre del año pasado, este monto ascendía a u$s 79.323 millones, un 17,9% del PBI de 2013 (antes de la corrección del INDEC por exigencia del FMI). Esto representa sólo el 39,5% de la deuda total, ya que no incluye lo que el Estado le debe a las agencias públicas y los pasivos que se añadieron luego con Repsol y el Club de París.

Para Sturzenegger, salvado el conflicto con los acreedores que quedaron fuera de las reestructuraciones, el sector externo plantea nada más que viento a favor para el país. "Las condiciones son y vienen siendo extraordinarias", elogió. Por ello planteó que el foco de los empresarios está puesto en lo interno, en particular, en el resultado de las elecciones. Por ello, y de acuerdo con las encuestas a las que tiene acceso el economista, opinó que "el futuro estará, ya a partir del año que viene, traccionando a favor de la inversión".

Aunque también advirtió que en caso de que la Argentina vuelva a caer en default (algo que parece poco probable tras el discurso del viernes de Cristina de Kirchner) el panorama sería muy complicado. "Si la Argentina va al default, el riesgo-país estallará y las inversiones se paralizarán. Es demasiado el riesgo porque habríamos entrado en una etapa seudo mística del kirchnerismo donde se está dispuesto a dañar la economía, aun fuertemente, para preservar los últimos jirones del relato", evaluó. Y remarcó que "en ese contexto sólo pueden avizorarse aumento de la inflación, más cepo y más restricciones a la producción. No es, ciertamente, el mejor clima para la inversión. El único efecto que contrarrestaría esto sería el derrumbe del valor de los activos en la Argentina que obviamente atraería a especuladores".

La raíz de la preocupación latente por los hedge funds (fondos que absorben alto riesgo) surge de las implicancias en la financiación. Néstor y Cristina de Kirchner se han propuesto retornar a los mercados internacionales para que las compañías y el propio Estado encuentren créditos más baratos en momentos de tasas de interés bajísimas. Marco Lavagna, director de Ecolatina, alertó que "el fallo (de Thomas Griesa en 2012) impactó significativamente en la estrategia de endeudamiento externo que venía desarrollando el Poder Ejecutivo, y la posibilidad de entrar en un default afecta incluso el potencial de negocios de la Argentina en el largo plazo. "El sendero de acercamiento a los mercados financieros internacionales que el Gobierno comenzó a transitar a partir del acuerdo con el CIADI a fines del año pasado, también mejoraba el costo de financiamiento privado (especialmente de las grandes firmas y las de capitales extranjeros). Actualmente, tras la derrota judicial las firmas temen la posibilidad de un default que no sólo corte el financiamiento externo sino que profundice el deterioro económico observado en la primera mitad de 2014 (contexto recesivo, con devaluación y aceleración de la inflación)", remarcó.

El economista del Frente Renovador incluso planteó que esta pelea con los buitres trascenderá al actual Gobierno por las implicancias que tendrá en los años venideros. "La devaluación, la aceleración de la inflación, la caída del consumo, la incertidumbre cambiaria y ahora también el riesgo del no pago ahuyentan a la inversión", criticó. No obstante, se mostró optimista con que la situación mejore en 2015 si se logra un acuerdo con los litigantes que minimice la posibilidad de nuevos reclamos. En ese caso, Lavagna proyectó que "la Argentina podría retomar su agenda del endeudamiento externo y las expectativas de los privados mejoraría".

"La Argentina no necesita del ingreso de capitales como motor del crecimiento, sino procurar retener las ganancias para sostener la expansión del mercado y recién ahí buscar que ingrese algo de inversión extranjera", dijo Claudio Lozano, con lo que cuestionó la estrategia oficial. La búsqueda del retorno al sistema internacional ha tenido un impacto negativo concreto, según percibió el economista, que fue imponer un ajuste por el lado de la demanda, ante el deterioro del poder adquisitivo por la inflación y, consecuentemente, menores ingresos en términos reales para las empresas.

Sin embargo, para el diputado de Unidad Popular es predecible el desenlace con el grupo inversor de Elliott Management, Paul Singer: "El camino del ajuste cada vez más cercano a la ortodoxia, con ajustes, acuerdos con Repsol, CIADI y el Club de París, están en línea con una salida negociada con los buitres". Y esto fue reafirmado el viernes en el discurso de la Presidente.

La autonomía de la inversión local respecto del financiamiento externo es un punto con el que concordó Fernanda Vallejos, de la Gran Makro, con lo que alivia la presión de la variable "buitre" en la fórmula del empresariado. "La inversión a lo largo de todo el ciclo fue financiada con ahorro interno y reinversión de utilidades, teniendo la economía doméstica un alto grado de independencia del financiamiento externo. Y esto, en lo que hace a la inversión productiva, ha sido reforzado por políticas activas en materia de financiamiento impulsadas por el gobierno nacional", juzgó. Además, la economista se mostró confiada en que se llegue a un acuerdo con los buitres.

"El Gobierno argentino trabaja en la articulación de la mejor solución frente a la resolución de la Justicia norteamericana, preservando el respeto de la ley argentina y el derecho de la mayoría, el 93% de bonistas, que ingresó en los canjes de 2005 y 2010, en línea con los esfuerzos que la Argentina viene desplegando para la normalización de su situación financiera, como parte de la política de desendeudamiento que caracteriza al ciclo político y económico vigente desde 2003. Se alcanzará la mejor solución posible, resguardando el interés nacional y garantizando que no se ponga en riesgo el crecimiento de la economía y el sendero del desarrollo nacional. Seguramente una respuesta en ese sentido favorecerá el desenvolvimiento de la economía, en general, y con él la expansión de la inversión", confió Vallejos.

Este fondeo surge también de la Bolsa de Comercio en el caso de las grandes compañías, donde el "juicio del siglo" golpeó a los inversores y sorprendió a desprevenidos por la gran volatilidad que les imprimió. "Las emisiones de obligaciones negociables y acciones están frenadas desde los últimos meses. Las empresas esperan la oportunidad de que se amaine el clima hostil para financiarse con menores tasas y mejores precios", confió el ejecutivo de una gran colocadora de títulos a este medio. Por caso, en una de las semanas más agitadas del año, el jueves pasado los papeles de Edenor se desplomaron un 10,2% en la plaza financiera local tras el comunicado del Palacio de Hacienda que rechazaba la posibilidad de pagar en Estados Unidos los bonos Discount que vencen a fin de mes, pero tras el discurso de la jefa de Estado del viernes, en el que pidió negociar con los buitres en "condiciones justas", las ADR de esta misma firma volaron un 14%.

La película buitre data de la omisión del 7% de los acreedores que nunca aceptaron quita (del 70%) de la deuda una vez que se intentó comenzar el largo proceso de volver a los mercados financieros, en 2005. El Gobierno siempre apostó a que termine 2014 para poder sentarse con los hedge funds a negociar un pago mejor al que reciben los otros tenedores de títulos, pero nunca esperó un fallo adverso meses antes; menos en momentos en que la inversión no encuentra atractivo en una industria que cayó un 2,2% en el primer cuatrimestre, según la UIA. Con el parate de la actividad brasileña, esta valla financiera externa plantea un desafío aún más profundo para que el empresariado arriesgue capital en la economía local. Para dónde se incline el tablero de ajedrez al que los alfiles buitres juegan puede ser definido entre esta semana y comienzos de 2015. El turno es del Gobierno nacional.

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