10 de febrero 2009 - 00:00

Livni apuesta hoy a polarizar para frenar a Netanyahu

Benjamín Netanyahu y Tzipi Livni protagonizaron una intensa campaña, con el conflicto de la Franja de Gaza en el eje del debate.
Benjamín Netanyahu y Tzipi Livni protagonizaron una intensa campaña, con el conflicto de la Franja de Gaza en el eje del debate.
Jerusalén - Los israelíes eligen hoy entre el endurecimiento de su política externa y de defensa, con el «halcón» Benjamín Netanyahu, y la apuesta a conservar, llegado el caso, una vía negociadora con los palestinos, con la actual canciller Tzipi Livni en nombre del oficialismo.
Hasta 34 partidos concurren a las urnas, pero sólo el conservador Likud de Netanyahu y el centrista Kadima de Livni tienen opción de ganar un pulso que podría depender de la tasa de participación y enfrenta a dos conceptos opuestos en ese Estado.
Tras meses de encabezar Netanyahu la intención de voto, Livni recuperó terreno en los últimos días y, según un sondeo que publicó el pasado fin de semana el diario Haaretz, ambos llegan a la cita electoral con un virtual empate técnico.
La encuesta otorgó entre 25 y 27 escaños al Likud, y entre 23 y 25 al Kadima, mientras que la tercera formación en liza sería la ultraderechista Israel Beitenu, con entre 16 y 18, y el izquierdista Partido Laborista, con entre 14 y 16, la cuarta.
Con ese eventual reparto -y una mayoría conservadora en el resto de formaciones que estarán representadas en la Knesset o Parlamento, de 120 escaños-, lo seguro es que tanto Netanyahu como Livni necesitarán contar con Israel Beitenu para formar Gobierno.
Alianza
En el caso de que sea Netanyahu quien tenga esa oportunidad, se trataría de una alianza natural, ya que el Likud e Israel Beitenu comparten un discurso que limita la diplomacia con la Autoridad Palestina (AP).
En la otra cara de la moneda se encuentra Livni, que apuesta por la negociación para la creación de un Estado palestino -en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este-, y la devolución de los Altos del Golán, clave en los contactos indirectos para la paz con Siria.
Pero si Livni es quien tiene la oportunidad de integrar la nueva coalición gubernamental, no es menos seguro que la presencia en el Ejecutivo de Israel Beitenu -un partido con tintes xenófobos, según analistas y gran parte del arco político israelí- la obligaría a moderar su disposición a la negociación.
La posible alianza contra natura no ha impedido que el Kadima haya intentado hasta el último momento aglutinar al centroizquierda con el mensaje implícito de que contar con Israel Beitenu no es bueno, pero que un Gobierno del Likud con ese partido sería peor. «La cuestión no es si (el partido pacifista de centroizquierda) Meretz gana cinco o siete escaños, o los laboristas ganan 14 o 16, lo que está en juego para la izquierda es si Tzipi gana a Bibi» (Benjamín Netanyahu), subrayaron ayer en la prensa local portavoces del partido de Livni.
El primero de los factores para tener en cuenta es el índice de afluencia a las urnas entre el millón de posibles votantes que se declaran indecisos, lo que supone aproximadamente un 20% del padrón. Según las pronósticos, una alta participación en ese segmento de población favorecería a Kadima. El segundo factor es el anuncio de un acuerdo de última hora con Hamás tras la guerra de Gaza que incluya la libertad del soldado Gilad Shalit, pero resulta más que improbable.
En ese marco, el presidente de la AP, Mahmud Abás (Abu Mazen), se manifestó ayer preparado para cooperar con el Gobierno israelí, cualquiera sea el resultado de las elecciones previstas mañana. «No sé quién vencerá en las elecciones, pero cooperaremos con cualquier Gobierno que salga de estas elecciones, sobre la base de los acuerdos bilaterales y de las resoluciones internacionales adoptadas hasta ahora», dijo Abás en una conferencia de prensa en Varsovia.
Agencias EFE, AFP, Reuters, ANSA y DPA

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