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Lula insiste en denunciar una “caza de brujas” por las causas penales en su contra
Acusó de parcialidad al juez Sérgio Moro, quien deberá determinar si Odebrecht le pagó un terreno para su instituto en San Pablo y si puso a disposición de su familia un departamento.
Antes de entrar al tribunal vestido de traje y corbata, Lula, de 71 años, salió de su auto para saludar a unos 300 partidarios y dirigentes del PT que lo aclamaron.
Otros manifestantes agitaron banderas pidiendo su condena.
Unos 1.500 policías fueron desplegados para velar por la seguridad en la denominada "capital de la Operación Lava Jato", la investigación que descubrió una tentacular red de corrupción en Petrobras.
Lula llegó debilitado a este segundo proceso, después que su exministro de Finanzas Antonio Palocci, que purga una pena de doce años de reclusión, admitiera la semana pasada que las acusaciones contra el líder histórico de la izquierda tienen fundamento.
"Muchos pensaban que llegaría aquí con mucha rabia contra Palocci. Yo entendí que Palocci está preso hace más de un año, que tiene derecho a querer ser libre. Pero si vos no querés asumir la responsabilidad por hechos ilícitos que cometiste, no tirés [acusaciones] encima de los otros", manifestó el exmandatario.
En julio, Moro condenó a Lula a nueve años y medio de cárcel como beneficiario de un tríplex en el balneario de Guarujá (San Pablo) ofrecido por la constructora OAS a cambio de su influencia para obtener contratos en Petrobras. Enfrenta, en total, cinco causas penales.
Si esa sentencia fuera confirmada en segunda instancia, a Lula le sería difícil evitar la cárcel. Y si lo lograra, vería seriamente comprometida su posibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales de octubre de 2018.
Agencias AFP, DPA y EFE |
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