10 de agosto 2016 - 00:00

Macri, menú binario con UCR: entre la tregua y la hostilidad

Pacta con los bonaerenses pero patrocina ruptura en Santa Fe. La tensión por el ingreso de peronistas. Nombres y variantes en una sociedad en crisis.

Mesa. Salvai, Perechodnik y Mosca, en representación de Vidal, recibieron a dirigentes de la UCR para armar la mesa política de Cambiemos. Estuvieron, también, intendentes del PRO.
Mesa. Salvai, Perechodnik y Mosca, en representación de Vidal, recibieron a dirigentes de la UCR para armar la mesa política de Cambiemos. Estuvieron, también, intendentes del PRO.
Mauricio Macri validó un protocolo binario para administrar el vínculo entre el PRO y la UCR. Según el territorio, el macrismo abraza a los radicales o potencia una fractura. Ayer, casi en simultáneo, puso en vigencia los dos recursos: en Buenos Aires promovió una tregua y en Santa Fe preparó el escenario para una batalla.

Los dos partidos más potentes del frente Cambiemos -la Coalición Cívica de Elisa Carrió es el tercer actor pero es, territorialmente, minoritario- enfrentan a ocho meses de Gobierno una crisis de convivencia que se expresó en varios episodios. La rabieta de Ricardo Alfonsín por la incorporación "inconsulta" de peronistas al Gobierno de María Eugenia Vidal fue el más ruidoso pero no el único. En Catamarca, Entre Ríos, Córdoba, Chubut y La Pampa se registraron momentos de tensión.

Ayer, en un gesto poderoso, Marcos Peña, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó estuvieron en la sede del Comité Nacional de la UCR para la presentación de la mesa santafesina de Cambiemos junto a José Corral y Mario Barletta (ver página 18). Sin coronar la idea inicial de que la foto incluya a Macri y sea en Casa Rosada, tiene un mensaje político claro: el PRO quiere que la UCR defina la misma línea de acción a nivel nacional y provincial. "O son socios del PRO en Cambiemos o son socios de los socialistas: las dos cosas no", dijo un operador macrista.

Santa Fe es un caso atípico que potencia el menú binario del PRO frente a la UCR. En la estratégica Buenos Aires se decidió el mecanismo inverso: Federico Salvai, ministro de Gobierno de Vidal, armó una juntada para integrar la mesa bonaerense de Cambiemos. No estaba la CC de Carrió pero operó, como gesto, luego de los reproches radicales en la provincia.

Malestar

Vidal no fue, pero mandó a Salvai, a Fabián Perechodnik, secretario general de la Gobernación y a Manuel Mosca, vice de Diputados. Como intendentes estuvieron Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús) y Ramiro Tagliaferro (Morón). Por la UCR, ficharon Daniel Salvador -vice de Vidal-, el senador alfonsinista Carlos Fernández; el presidente del bloque de Diputados UCR Jorge Silvestre y los alcaldes Miguel Gargaglione (San Cayetano); Franco Flexas (General Viamonte) y David Hirtz (Adolfo Alsina). Alfonsín, presidente del Comité Provincia y vocero del malestar radical, se excusó porque tenía comisión en el Congreso y mandó a Ricardo Sánchez.

Salvai, diplomático, dijo que la conformación de la "mesa política" respondía a una demanda de la UCR que varias veces transmitió Salvador y prometió una cumbre cada 15 días para discutir sobre "la gestión" y "estrategias políticas y electorales". El planteo refiere a decisiones que vendrán tarde o temprano como el protagonismo de Carrió o la eventual incorporación de Margarita Stolbizer a una lista o al gabinete. El nombre de la diputada aparece, en algún mapa, como una buena señal para la UCR porque viene de ahí. En la misma línea opera la variable de Facundo Manes como candidato para el 2017, a quien se pone en la cuenta del radicalismo.

Fernández, por su lado, expresó la queja de la UCR sobre la llegada de peronistas a Cambiemos y la focalizó en la incorporación del intendente de Azul, Adrián Bertellys, un sciolista que se mudó al PRO, lo que desató la furia radical.

"Es la forma de crecer -intervino Grindetti- mientras los dirigentes respeten los principios de Cambiemos". Hay, detrás de eso, un asunto espinoso sobre a quienes abrirles la puerta. ¿A Alejandro Granados o Mario Ishii, peronistas del conurbano, a los que el PRO atribuye querer sumarse a Cambiemos?

La juntada en la sede porteña del BAPRO sumó dosis de diván y la promesa, mutua, de respetar un mecanismo: que las decidiones o los reproches antes de hacerlas públicas, circulen por esa mesa política. Una señal de conciliación para tiempos duros.

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